Heraldo-Diario de Soria

PATRIMONIO

San Saturio ruega por un ‘milagro’

Las pinturas de la ermita ofrecen una imagen preocupante a la espera de nuevas intervenciones

Publicado por
J.S.
Soria

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El estado de las pinturas de la ermita de San Saturio es preocupante. La situación no es nueva sino que a lo largo de los últimos años se ha denunciado recurrentemente, pero los problemas no terminan de zanjarse definitivamente en uno de los emblemas del patrimonio cultural y turístico de la provincia de Soria. Hace dos años un informe de la Asociación de Amigos del Museo Numantino puso el foco sobre la situación con la esperanza de que la solución no se eternice tanto como la declaración de Bien de Interés Cultural de la ermita que en 2021 cumplirá  42 años sin completarse. 

Las imágenes de la capilla muestran claramente el deterioro y como año tras año la situación de los murales empeora notablemente. Esta circunstancia ya fue denunciada por los Amigos del Numantino en 2019 reclamando a las autoridades un plan para la protección del templo. ««Creemos que el continuo deterioro de las pinturas -objetivamente evidenciable si se comparan imágenes- exige una actuación decidida para detener el proceso de desgaste, que será irreversible de no actuar en consecuencia», advertían desde el colectivo cultural. 

Los Amigos del Numantino recodaban que desde la última restauración, realizada en 1977, los frescos han perdido nitidez, contraste, o se han oscurecido, hasta llegar a dificultar la percepción adecuada de las escenas que pintó Juan Antonio Zapata entre 1704 y 1705. Cabe recordar también una pequeña intervención en el año 2014, aunque meses después volvieron a aparecer unas manchas en las pinturas. 

«La originalidad y calidad artística del conjunto, sus valores devocionales, turísticos y culturales unidos a la evidencia objetiva de su mal estado de conservación justifican, sobradamente, la conveniencia de un ambicioso plan estratégico de carácter multidisciplinar que puede desarrollarse en varias fases», señalaba  en su escrito la asociación hace ya dos años.

El colectivo planteaba una primera fase para detectar las causas de los daños y luego paliar o solucionar las mismas en función de sus características. Al término de esa fase abogaban por una restauración para devolver los frescos al mejor estado posibles. Los problemas de conservación de la ermita ponen sobre la mesa otro debate, como es el cobro de una entrada al templo como fórmula para obtener unos ingresos que se puedan utilizar en las obras que sean necesarias para el mantenimiento del mismo. 

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