MEDIO AMBIENTE
Capturan 47 siluros en los dos últimos años en el embalse de Los Rábanos
Los ejemplares pescados dentro del plan de control de Fomento y Medio Ambiente presentaron tallas de entre 35 y 115 centímetros con una talla media de 70 centímetros
La presencia del voraz siluro en Soria comienza a poder cuantificarse en cifras, aunque sea de aquellos que son capturados para su eliminación. En los últimos dos años, la labores realizadas desde la Junta para poner coto a este pez se han saldado con 47 capturas en el embalse de Los Rábanos. Algunos de los ejemplares comenzaban a mostrar un tamaño considerable, por encima del metro, aunque aún alejado de las espectaculares dimensiones que puede alcanzar esta dañina especie alóctona.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente capturó en los dos últimos años un total de 57 ejemplares de siluros en los embalses de Los Rábanos y del Sobrón, en Burgos, en el marco del plan de control de esta especie exótica invasora que está provocando daños allí donde se asienta. Estos dos embalses se han erigido en la zona cero de la erradicación de este animal, que es «sumamente complicada y costosa», según el balance de los resultados de las actuaciones, informa Ical.
Ahora, detallan fuentes de la Consejería, desde que en el año 2019 se pusiera en marcha este plan se han realizado un total de 32 autorizaciones de actividades de control poblacional sobre siluro, de las cuales 29 corresponden a la provincia de Soria y tres a la de Burgos. Esto se ha traducido en un número de capturas comunicadas que asciende a 47 en Soria, todas ellas en Los Rábanos, con ejemplares cuyas tallas oscilan entre los 30 y 115 centímetros, con una talla media de 0,7 metros de longitud. Mientras, las informadas en El Sobrón, un total de diez ejemplares capturados, cuentan con tallas que van desde los 55 a los 110 centímetros, con un talla media de 0,72 metros de longitud.
El Silurus glanis (Linnaeus, 1758) está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, en virtud del Real Decreto 630/2013, 2 de agosto, por el que se regula. Tras las primeras capturas en 2010, que se hicieron muy continuadas a partir de 2015, en mayo de 2019 se puso en marcha un plan de control de la especie en el embalse del Sobrón (Burgos), el azud de Almarail y los pantanos de la Cuerda del Pozo y de los Rábanos. En este camino, la Junta retiró del plan el embalse de la Cuerda del Pozo, donde no se registró la captura de ningún ejemplar ni ha habido citas sobre su presencia desde 2014, informa Ical.
El balance es «positivo» para la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, principalmente por la colaboración en las actuaciones de control de las asociaciones colaboradoras de pesca de las provincias de Burgos y Soria. «Implica a los pescadores locales en las tareas de control de una especie sumamente dañina para el ecosistema acuático, a la vez que se promueve la educación ambiental en cuanto a los efectos perniciosos para el medio de cualquier especie exótica», sostiene el informe. Otros resultados beneficiosos de estos trabajos se traducen también en la captura y eliminación de ejemplares de otras especies exóticas como la lucioperca, black-bass y alburnos.
La propia Junta reconoce «sumamente complicada y costosa» la erradicación de esta especie, para lo que es fundamental realizar una prospección de las masas de agua donde se presuma su presencia y establecer medidas de contención y control tanto desde un punto de vista biológico (a través de planes o campañas de descaste) como administrativo (produciendo normativa que inhiba las tentaciones de introducciones ilegales fuera de las áreas detectadas buscando nuevas áreas de pesca del siluro, amparadas en un equivocado interés comercial y mal denominado deportivo). Otro pilar fundamental es la «educación y divulgación de los efectos tan perjudiciales que causa la especie al resto de especies».
Sin duda, prosigue el informe, es una especie que a pesar de todos los esfuerzos de pescadores y administraciones implicadas «sigue sin estar bajo control dada su enorme capacidad reproductiva y de adaptación al medio». Por ello, considera «fundamental» extremar las medidas de vigilancia y control con el decisivo apoyo de los pescadores y de toda la sociedad. Todo ejemplar capturado debe ser sacrificado.