Instalaciones
El Consistorio acuerda con Defensa el uso social del resto de Santa Clara
La Subdelegación militar marcha a Duques de Soria tras unas cesiones mutuas por 20 años, mientras el acondicionamiento de la iglesia se reactiva con la nueva adjudicación por dos millones
El establecimiento militar de Santa Clara toca su fin. El alcalde, Carlos Martínez, informó ayer del acuerdo con el Ministerio de Defensa por el que podrá dedicarse al uso social la Subdelegación militar, la ‘casona’ con entrada por Antolín de Soria. De esta manera se amplía con un añadido el pacto de cesión de la antigua iglesia y lo que resta del recinto servirá para centro cívico y su ampliación. Como en el caso de la iglesia, el edificio de la Subdelegación de Defensa es cedido al Consistorio por un plazo de 20 años, ampliable por el mismo tiempo, mientras que el Ministerio marcha a unos locales municipales en Duques de Soria, cedidos por la parte local.
Se trata de los espacios que en su tiempo iban a albergar la Universidad del Deporte, cuyo convenio denunció recientemente el Consistorio debido a que la antigua iniciativa de la Fundación Cidida ha sido impulsada por la Universidad de Valladolid. Con los estudios ya en marcha y sin el recurso que iba a ser privado, el convenio había perdido su objeto.
Cesiones recíprocas para que Santa Clara deje la larga ocupación de la milicia que se remonta a la primera guerra carlista, dado el estratégico emplazamiento del entonces convento en un alto. Tras el parque y el cambio de uso de los inmuebles del Instituto de Ciencias de la Salud, el ciclo concluye ahora con la ‘casona’, después de que la antigua iglesia fuera cedida para rehabilitarla como centro cívico del Calaverón. Como en el caso de la nave, el edificio de la Subdelegación queda abierto a posteriores negociaciones en torno a la propiedad mediante permuta.
El regidor dio cuenta de la novedad en el encuentro con los medios para dar cuenta de los acuerdos de la Junta de Gobierno, que precisamente dejó otra noticia sobre Santa Clara. La rehabilitación de la iglesia está en condiciones de seguir, después de que la oferta de la empresa Bauen haya sido la mejor valorada en el concurso de la ejecución. Esta práctica adjudicación, a la espera de que la firma aporte la documentación requerida, supone la vuelta a los trabajos interrumpidos hace unos meses, cuando la aparición de unos restos arqueológicos dio lugar a la inesperada renuncia del anterior adjudicatario. La resolución del contrato por mutuo acuerdo motivó una segunda licitación. La propuesta económica de Bauen asciende a dos millones y el plazo para completar las obras es de 16 meses, refirió Martínez.
Aquellos restos, procedentes fundamentalmente de seculares enterramientos, motivaron un modificado del proyecto, si bien no suponía una elevación de la cuantía económica. No obstante, es necesario reconfigurar espacios, ya que no se puede ejecutar el sótano de los servicios generales, ni llevar la dependencia al exterior, donde también se produjeron hallazgos.
En cuanto a la ‘casona’, su uso se considera como complementario del centro cívico, con la oportunidad de separar incluso los espacios para la Asociación de Vecinos del Calaverón. Habrá, eso sí, que reformar el interior. Una obra que se sumará en su momento a la de la iglesia, donde las labores consisten en el vaciado de las viejas estructuras de Defensa para liberar la esbelta nave y concentrar unos niveles que se repliegan hacia el coro.