Heraldo-Diario de Soria

AGRICULTURA

El campo recibe 9,34 millones de euros por los siniestros de esta campaña

Agroseguro ha abonado ya a los agricultores el 98% del dinero. El pedrisco ha sido la principal causa de las declaraciones, y los municipios más afectados son Coscurita y San Esteban

Efecto del pedrisco en una finca.-Valentín Guisande

Efecto del pedrisco en una finca.-Valentín Guisande

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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La Agrupación de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguros) ya ha realizado casi la totalidad del pago de las indemnizaciones al campo por los siniestros declarados en los herbáceos en la provincia, la mayor parte por pedrisco, que ha arrasado con 53.416 hectáreas.

Hasta la fecha Agroseguro ha abonado ya 9,19 millones de euros de un total de 9,34 millones que recibirán los agricultores en la provincia por los daños en el campo en la temporada que ya se da por finalizada, incluidas las indemnizaciones para viña, así como las producciones hortofrutícolas y el girasol, lo que supone el 98% del total, según constató a este periódico el director de la zona norte de Agroseguro en la que se circunscribe Soria, Francisco Javier Zarcero. 

Han sido 59.874,63 las hectáreas afectadas en la última campaña en el campo, el 98% por pedrisco, que se llevó 53.416 hectáreas. Llama la atención además que 19 términos municipales aglutinaron la mitad de la superficie siniestrada. El más perjudicado ha sido Coscurita, con 2.825,95 hectáreas arrasadas. Le siguen San Esteban de Gormaz y Viana de Duero, con 2.560,05 hectáreas y 2.446,53 hectáreas, respectivamente. Hay otras 16 localidades con más de 1.000 hectáreas siniestradas: Berlanga de Duero (1.921,93), Nepas (1.738,38), Arancón (1.622,62), Morón de Almazán (1.569,07), Almazán (1.539,40), Langa de Duero (1.503,23), Cubo de la Solana (1.426,25), Alconaba (1.408,18), El Burgo de Osma (1.326,25), Candilichera (1.255,41), Escobosa de Almazán (1.242,14), Frechilla de Almazán (1.241,54), Soliedra (1.232,40), Castilruiz (1.217,40), Fuentearmegil (1.086,27) y Aldealafuente (1.002 hectáreas). Estas superficies suman 30.164,86 hectáreas, el 50% del total.

Por comarcas, la más perjudicada ha resultado Almazán, con 19.475,32 hectáreas. Después, Campo de Gómara, con 12.644 hectáreas, y El Burgo de Osma, con 10.104 hectáreas. Soria registró 5.041 hectáreas, Tierras Altas, 3.131 hectáreas, y en último lugar, Arcos de Jalón y Pinares, con 798 y 198 hectáreas, respectivamente.

Los herbáceos extensivos (cereales de invierno y girasol) han acaparado la mayor parte de los 9,34 millones de euros en indemnizaciones, con 7,8 millones de euros, lo que hace aún más importante la suscripción de los seguros agrarios en la provincia de Soria. La línea de frutales se llevó casi 600.000 euros, y otros 520.255 euros en uva de vino. El resto, para las líneas de cultivos hortícolas, e industriales no textiles.

Por todo ello, Agroseguro recuerda que el próximo lunes 15 de noviembre termina el plazo para que los productores de cultivos herbáceos que contrataron el módulo 1 o 2 en secano en la última cosecha y ahora vuelven a hacerlo para la cosecha 2022 obtengan un 5% de bonificación al contratar. Una mejora que el año pasado benefició al 74% de los agricultores, que a su vez aglutinan el 84% de la superficie total protegida, que suscribieron los módulos de otoño de esta línea de seguro, que ofrece protección a producciones con tanto peso en el campo provincial, como son el trigo, la cebada, la avena, el centeno o las legumbres, entre otros cultivos. Esta bonificación del 5% se concede para la contratación que se realice hasta el 15 de noviembre, aunque el periodo de suscripción continuará abierto hasta el 20 de diciembre, ya sin el 5% de descuento. 

Según los datos facilitados por Agroseguro, el año pasado se realizaron 3.333 declaraciones de seguros en la línea de herbáceos extensivos (el 74% antes del 15 de noviembre) unas pólizas protegieron una superficie total de 253.221,31 hectáreas para garantizar una producción de 850.623.741 kilos. Esto ha permitido que la superficie siniestrada en Soria en la última temporada apenas haya supuesto una cuarta parte de la totalidad de terreno asegurado en herbáceos extensivos.

Pero lo cierto es que estar seguro en el campo al profesional le supone una inversión cuando menos importante. De hecho, para que el productor pueda hacer frente al pago de unas pólizas de alto coste, debido tanto a los numerosos riesgos que cubre como la larga duración de dicha cobertura al ser de todo el año, el sistema español cuenta desde su creación con una subvención del Gobierno central, a través de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), dependiente del Ministerio de Agricultura, que se completa con ayudas procedentes de las arcas de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta. Por eso, cualquier movimiento a la baja de estas partidas presupuestarias desata la preocupación del agro. 

Y Soria lidera año tras año las estadísticas de aseguramiento agrario al ser un territorio que en gran parte soporta una climatología irregular y extrema, desde pedrisco a heladas, pasando por sofocantes temperaturas, sequía, e incluso hasta inundaciones, de modo que la producción agraria está sometida a riesgos difíciles de prever y evitar. De este modo, asegurar la tierra se convierte en una necesidad, si se quiere reducir la incertidumbre de los agricultores, ganaderos, acuicultores y propietarios forestales y garantizar la estabilidad de sus explotaciones. Tampoco la situación de los últimos años ha favorecido a la agricultura, dado que se está caracterizando por su gran variabilidad, precisamente con fenómenos meteorológicos muy intensos y extremos.

De hecho, este año 2021 está destacando por su alta siniestralidad debido a la ocurrencia de fenómenos meteorológicos adversos de manera constante: fuertes borrascas y heladas durante el invierno, tormentas de viento, lluvia y pedrisco durante la primavera y el verano, o el paso de una doble DANA durante el mes de septiembre. A esta complicada situación se ha sumado una fuerte incertidumbre tras un mes de octubre caracterizado por escasas precipitaciones, que han recordado la necesidad de proteger las producciones frente al riesgo de sequía.

No hay que olvidar que, en el último lustro, el país ha vivido dos episodios de sequía. En 2017, los agricultores sufrieron gravemente la ausencia de precipitaciones, elevando las indemnizaciones abonadas a productores de cultivos herbáceos hasta los 220 millones de euros. En 2019, a pesar de ser recordado como el año de las reiteradas gotas frías (DANA), la sequía elevó el coste de los siniestros para estos cultivos a 93 millones. Junto a los daños por pedrisco, y por el resto de riesgos, el total abonado a los productores asegurados de cultivos herbáceos supera los 480 millones en los últimos cinco años.

 

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