SUCESOS
Aparece muerto un perro en el interior de una bolsa de plástico grapada junto al colegio de Ólvega
La asociación Amigos de los Felinos de Ólvega piensan que lo sucedido es "algo más que una gamberrada" y creen necesario saber las circunstancias que han rodeado la muerte del animal y el suceso
Hay ocasiones en que una imagen habla por sí sola, retrata un hecho y también a su autor. Así ocurre en esta ocasión, en la que faltan adjetivos. Un perro ha aparecido muerto dentro de una bolsa de plástico grapada a pocos metros del colegio de Ólvega. El hecho, ya de por sí insólito y constitutivo de una falta cuando no de un delito, cobra mayor vileza con el añadido que llevaba la bolsa. En ella aparecía, también grapada, una nota escrita a bolígrafo en la que podía leerse: “Me voy a Rumanía a pasear”.
El suceso ha ocurrido esta semana en la villa del Moncayo y ha sido denunciado en redes sociales y también ante la Guardia Civil por la Asociación Amigos de los Felinos de Ólvega, AFO, según fuentes de este colectivo. “Nos pareció algo brutal y pusimos en conocimiento de la Guardia Civil”, se apuntó desde la asociación.
Este “macabro suceso”, tal y como lo definen, arranca el lunes cuando a la hora de la salida del colegio alumnos del centro ven la bolsa y su contenido y comienzan a arremolinarse en torno al animal, que estaba en una parcela cercana, entre el centro educativo (Ceip Virgen de Olmacedo) y el centro de salud. Uno de ellos fue a su domicilio a por un móvil y sacó algunas fotografías, que han llegado a la asociación. Según la AFO, “alguna madre presente en el lugar llamó a la Guardia Civil y le dijeron que era competencia del Ayuntamiento. Luego llamó al Ayuntamiento y al parecer fue el municipal y tiró la bolsa al contenedor”.
La asociación sostiene que lo sucedido es “algo más que una gamberrada” y tildan el hecho de “brutal y macabro”, a la vez que creen necesario saber qué circunstancias han rodeado la muerte del animal y el hecho de que acabara metido en una bolsa con semejante nota “con bastante sorna”. Además del escrito mencionado aparecía el dibujo de un avión y la cara de un monigote.
Desde la asociación se apunta que la bolsa y el animal deberían haberse guardado, para al menos intentar dar con el dueño del perrillo pero también para saber cómo había muerto. El perro era pequeño, pero posiblemente no cachorro, y de color rojizo. “Así, no podemos saber cómo murió, si es que lo mataron o qué pasó”, se apunta desde Amigos de los Felinos de Ólvega.
Según la alcaldesa, Elia Jiménez, el Ayuntamiento tuvo conocimiento de lo sucedido el lunes por la mañana y el vigilante municipal “hizo lo que tenía que hacer” y lo comunicó a la Guardia Civil, que ya dispone de las “pruebas pertinentes” por mediación del citado trabajador.
A la pregunta de si la bolsa con el cadáver del animal acabó en el contenedor, la dirigente municipal aseguró desconocer este extremo. “No te puedo decir. La nota sí está entregada”, añadió Jiménez, reiterando que el trabajador actuaría “según le indicara la Guardia Civil”.
El asunto salió al final del pleno celebrado esta semana, fuera ya de la sesión en la que “al ser extraordinaria y urgente no se admitían preguntas”, en palabras de la alcaldesa. La concejal del PSOE Montserrat Tello se interesó por si el Ayuntamiento iba a hacer algo al respecto. En este sentido, pidió que se hiciera “un escrito de repulsa y condena de esta atrocidad para colgar en el pueblo”, a lo que “nos dijeron que no porque sería darle más bombo”, indicó Tello.
En segundo lugar, sugirieron un escrito de la corporación al colegio, para alumnos y docentes, “con el objetivo de dejar claro que esto, además de ser un delito, es un acto que no vamos a tolerar desde el Ayuntamiento”. En este caso, “están de acuerdo en que se hablará con el colegio para que los profesores saquen el tema con los alumnos”, indicó Tello.
La asociación, mientras, no se da por vencida, y ha hecho un llamamiento vecinal: “Nos gustaría toda la colaboración posible para encontrar al autor de este maquiavélico acto. No hace falta decirlo, pero esto es un delito grave y, como tal, debe tener consecuencias”, suscribe la AFO en un post.