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TRUFA

«Soria es y será el centro de la micología de España y el mundo»

El tailandés Anthony Burd se corona como el mejor chef en Cocinando con Trufa

Los ganadores y las autoridades junto al novedoso jurado infantil en la entrega de premios. GONZALO MONTESEGURO

Publicado por
A. C.
Soria

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«Soria es y será el centro de la micología de España y del mundo». Con estas palabras de la concejala de Turismo del Ayuntamiento de Soria, Yolanda Santos, el concurso Cocinando con Trufa encaraba su recta final en la fase gastronómica.  También desde la Diputación su presidente, Benito Serrano, y desde la Delegación Territorial de la Junta la delegada, Yolanda De Gregorio, reforzaban el compromiso institucional en torno a un producto «transversal», que genera beneficios en el campo, en la reforestación, en la gastronomía o en un turismo con promesas de impulso.

Las palabras sobre el valor internacional de la trufa negra de Soria y por extensión de la de Castilla y León fueron proféticas. Asia y Europa se repartieron los premios con el ‘diamante negro’ de la gastronomía como gran protagonista en el escaparate mundial.

El primer premio fue para Tailandia gracias al equipo de Anthony Burt, creador de la pasta laminada de trufa con ternera y foie en jugo de trufa, apadrinado por el restaurante La Chistera. El segundo recaló en el equipo de Eslovenia, capitaneado por Jure Dretnik y acompañado por el soriano Trashumante, con sus ñoquis de koji negro con variaciones de apio, nabo y trufa negra. El tercero fue para Italia, ya habitual en el palmarés, gracias al risotto al oro negro de Giuseppe D’Errico apadrinado por Baluarte. Como novedad, un jurado infantil elegía a su favorito. Se quedó en casa, con el soriano Juan Carlos Benito bajo el paraguas de La Lobita y su huevo trufado con manitas y morro ibérico, glasé de gambas y trufa.

Más allá del plano gastronómico o de la mayor cata simultánea de trufa, con cerca de 200 personas aprendiendo a catalogar los ejemplares, la jornada dejó compromisos como el de «seguir contribuyendo al desarrollo de nuestra provincia» a través de la trufa negra de Soria. Lo manifestó Serrano, quien recordó que desde hace más de 20 años se ha dado apoyo económico a la plantación de casi 1.500 hectáreas de árboles micorrizados.

Tras palabras de gratitud para el sector de la hostelería y el turismo por su impulso, insistió en el «afán» de la Diputación «por conseguir que su producción se englobe en una marca de garantía». Minutos después Santos sumaba el apoyo del Ayuntamiento a la medida.

A juicio de la edil «la trufa es una seña de identidad de los sorianos» y su impulso encaja a la perfección «con los Objetivos de Desarrollo Sostenible». Tras repasar todos los sectores a los que beneficia la trufa incidió en que debe ser prioritario «fijar al territorio» ese valor añadido, «porque es aquí donde se produce». Para finalizar su intervención,

Santos recalcó el empuje científico que está recibiendo este hongo hipogeo e incluso ejemplificó en la trufa la unión entre culturas. En el concurso participaron equipos de  Italia, Ecuador, Tailandia, Estados Unidos, México, Eslovenia, Francia y España, lo que hizo «ver que son más las cosas que nos unen que las que nos separan» antes de enviar un aplauso a Ucrania.

Finalmente la delegada territorial ahondó en la idea de que «la seña de identidad» de la trufa negra «la tenemos con Soria». Por ello apuntó la necesidad de que el producto sea un vehículo «para poner de relieve dónde está Soria, dónde está Castilla y León».

En una cita «con un caché muy alto» por el elevado nivel de concursantes y jurado –hasta nueve Estrellas Michelin– también destacó novedades como la apertura del concurso a un jurado infantil o la emisión en línea para que pudiese seguirse desde cualquier punto del planeta. De Gregorio aprovechó para que este tirón de la trufa negra llegase a otros productos e invitó a los cientos de asistentes «a comer y a comprar productos de la tierra, de Soria, de Castilla y León». Hoy, las Sendas Truferas con salidas prácticas al campo pondrán el punto final a una cita bienal que, a tenor de las declaraciones, tiene el futuro garantizado.