ENTREVISTA. JOSÉ RAMÓN HUERTA. PRESIDENTE DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE SORIA
«El modelo en la sanidad rural debe cambiar pero compatibilizando con las visitas donde no sea posible»
Médico y paciente de covid, asegura que ya en diciembre de 2019 existieron casos. Aboga por modificar el modelo asistencial rural pero sin olvidar las visitas fijas porque no todos tienen movilidad, ni facilidades para la cita previa
El modelo de la asistencia sanitaria rural tiene que cambiar, «sí o sí», opina el presidente del Colegio de Médicos de Soria. Pero si el paciente no puede acceder, habrá que seguir haciendo «esfuerzos adicionales, hay que ir a verle». Eso ha de compatibilizarse con la falta de médicos, algo crónico que, según las previsiones, no se solventará hasta 2028. «¿Pero qué va a ser de nosotros hasta entonces?», se pregunta José Ramón Huerta, quien recuerda que Soria tiene la población médica más envejecida de España.
Pregunta.-¿Cómo queda la situación de los consultorios locales cuando la pandemia va perdiendo fuerza?
Respuesta.-En Soria Rural, que es lo que más conozco, prácticamente es una situación de normalidad absoluta. Se va a todos los que se iba. Sí que ha habido una contracción coincidiendo con la pandemia. Donde hay pocos pacientes, una decena, que antes se iba todas las semanas, ahora sólo una vez al mes. Se ha aprovechado la coyuntura, pero es que no tenía razón de ser. Prácticamente desde el principio de la pandemia hemos seguido yendo, salvo los cuatro primeros meses, pero es que la gente ya no va tanto. Yo seré el que más pueblos tengo, hoy 35 porque estoy supliendo a los que salen de guardia, pero asignados tengo 17 fijos, y ahora voy cada 15 días. Los pacientes están cambiando sus hábitos porque muchas veces tienen miedo de ir a la consulta, por no contagiarse. En los sitios pequeños se ha notado. Ha habido un reajuste determinado por las circunstancias, pero en más del 90% hay una situación de normalidad, y se está atendiendo muy por encima de la normativa que decía que por debajo de 50 tarjetas no se debería ir ningún día, y se sigue yendo. Y son en torno al 50% de las poblaciones de Soria.
P.-¿La cita previa es práctica y efectiva?
R.-En muchos casos sí, en otros no. Entorpece y dificulta a la gente. A ciertas edades, internet y el móvil inteligente les supera. Por eso hay que flexibilizar un poco. Lo que ha pasado con la banca no puede pasar en la asistencia sanitaria. Para mucha gente va bien pero teniendo en cuenta la población envejecida y con los problemas con internet en algunos pueblos, a esos no les va tan bien, y hay que seguir compatibilizando con la presencia. En otros aspectos, para asuntos burocráticos supone un avance. La cita previa se va a quedar para organizar buena parte de la asistencia y para mejorar ciertos aspectos que no necesitan presencialidad, como renovación de documentación o en el caso del covid. Se adelantó el plazo de cuarentena de diez a siete días pero a la semana, una tercera parte siguen dando positivo, por lo que les pedimos que se hagan un test de antígenos y si dan positivo tienen que continuar. En los centros de salud se ha reforzado la telefonía pero llaman muchos, están toda la mañana y no consiguen contactar, y se quejan. Son avances que son necesarios pero la cita previa tiene sus problemas y sobre todo a la gente mayor hay que darle otras opciones. En diciembre, enero y febrero hubo mucho y la gente infectada se presentaba en la consulta, pero porque no podían contactar por teléfono. Es un avance pero no podemos olvidar lo que teníamos.
P.-¿Dice que acuden menos personas a consulta?
P.-Bastante menos. Hay mucha actividad pero por telefóno. Hay quien no va por miedo, que no sale de casa y tiene mucho cuidado. Para el futuro, hay que pensar incluso en redimensionar las consultas para evitar contagios. Además, a la receta electrónica la pandemia le ha dado un impulso, porque no necesitan renovar receta, que era una de las cosas por las que más iban. En los pueblos yo les digo a muchos que no pidan cita, los que tienen problemas para hacerlo, y simplemente van a consulta, con todas las medidas de seguridad. Que conozco casos de gente que se ha cuidado muchísimo y al ir a votar el día de las elecciones se ha contagiado.
P. -Comenta que hay pacientes de covid que a los siete días, tras finalizar la cuarentena, siguen contagiando. ¿Se redujo el plazo de forma imprudente?
R.-No, es que había unos costes que eran demasiado y al no ser tan grave el ómicron, se acortó. Calculo que una tercera parte sigue dando positivo a los siete días y hay que llevar cuidado, hay que hacer pruebas y muchos tienen que continuar diez días. Un poco precipitado desde el punto de vista sanitario sí es, los diez días eran más seguros.
P. -Han pasado dos años de pandemia y además de médico ha sido paciente afectado. ¿Cómo valora la gestión que se ha hecho y la actitud de la población?
R. -A mí me ha acortado mi esperanza de vida. Yo casi lo tengo comprobado, que todo empezó por alguien que vino y en dos o tres eventos como funerales se diseminó. A mí me llega por esa vía. Tuve 20 pacientes con covid en una semana que no sabía que lo era, aunque sospechábamos, pero no teníamos ni una mascarilla y se me lleva por delante. La actitud de la población ha sido en general muy buena, excepto un10% que sigue igual. Aquí veo que somos más cumplidores de la norma general y en Soria todavía más. Y la gestión del covid ha sido poco afortunada desde el Gobierno. La de Soria no ha sido mala, pero se iba a salto de mata. Pero el problema ha sido general porque la OMS tampoco se ha lucido. Los sistemas sanitarios no estaban preparados y debe de ser una oportunidad para reforzar los sistemas sanitarios, para tener personal y tecnología suficientes para que no nos vuelva a pasar. Ahora se sabe que la lista de muertos es tres veces la oficial, porque muchos murieron sin PCR, pero es que antes de declararse la pandemia tenemos la certeza de que ya murieron de eso, y probablemente desde diciembre.
P. -¿En Soria el covid estaba desde diciembre?
R. -No se sabe, pero mi impresión es que algún caso ya hubo en diciembre, por como evolucionaron hasta fallecer.
P. -¿De qué se quejan los profesionales?
R.-Del exceso de trabajo, en Atención Primaria y en el hospital. Hay una sobrecarga importante. Creo que no he visto nunca tantos pacientes por día como en los últimos tres meses de la sexta ola, ha habido más pacientes que nunca, aunque no con la gravedad de otros momentos. Estamos desbordados. Ha habido sobrecargas originadas porque en 2020 y 2021 no se han hecho las revisiones, pero cuando estábamos ya normalizando llegó ómicron y ha habido una acumulación de trabajo importante. El problema ha sido la pandemia, derivado de unas condiciones arrastradas. En mi zona básica de salud, hace cinco años éramos 21 médicos para unos 8.000 habitantes, y ahora somos 14 para 10.000, y en enero hemos estado trabajando ocho porque había que cogerse los días libres atrasados. Hemos estado desbordados.
P.-¿Evidentemente faltan médicos?
R.-La falta de médicos es fundamental, por eso si hay algo importante en la sanidad soriana y de Castilla y León es la financiación, para tener los médicos suficientes y que estén cubiertas todas las plazas. Los estudios apuntan que hasta 2030 no se va a normalizar la situación de plazas y esta lacra está echando el resto del trabajo sobre los que quedamos. Por eso muchos están quemados y cabreados, por trabajar con estos riesgos y las retribuciones que hay... Un MIR que acaba después de diez años tiene un sueldo del doble del salario base, es tercermundismo. Y sólo se subsana con guardias, en condiciones que te hacen sobrepasar los márgenes legales, que las 48 horas son para proteger al trabajador y al paciente. Las inversiones son también para contar con la tecnología, que es fundamental para diagnóstico y tratamiento, y el futuro va por ahí. Pero la tecnología en medicina exige más personal. Y no llegamos. Hay que contar con ello en condiciones de equidad, que significa igualdad de oportunidades. Y la sociedad soriana así lo ha dicho en las urnas votando a Soria Ya.
P. -¿Cómo se aplica esa equidad?
R.-No es cuestión de dar la misma asignación a la persona de Valladolid que a la de Soria, porque no es así. El de Valladolid tiene los servicios allí y el de Soria tiene los mismos derechos y hay que darle las mismas oportunidades de acceder. El darnos a todos por igual es injusto. No queremos cirugía vascular o neurocirugía en Soria, porque sería ir para atrás. Un cirujano vascular que hace una operación cada dos meses no es fiable. Que se dé facilidades para ir donde haya. No es lógico tampoco que uno de Ágreda, a 100 kilómetros de Zaragoza, tenga que ir a Salamanca, a 400. En igualdad de oportunidades los médicos no quieren venir aquí, porque si hay posibilidades de sacar una plaza en sitios más atractivos no vienen, y ahí hay que hacer un esfuerzo para darnos las mismas oportunidades.
P. -Dice que en Soria no puede haber de todas las especialidades. ¿Radioterapia?
R.-Lo que queremos es un servicio excelente, porque te juegas la vida. Un servicio de radioterapia con el número de tumores que hay en Soria no puede garantizar la calidad necesaria. En algunos sitios ven 40 tumores al día, aquí ni en un año. Yo quiero el mejor, aunque implique ir a Burgos o Valladolid, pero siempre que el transporte sea adecuado. No me lleves en furgonetas con suspensión para patatas. Hay que hacer un esfuerzo en tema de transporte. Debería haber helicópteros aquí, porque hay uno en Aranda de Duero pero lo lógico es que estuviera aquí. Si queremos todo en todos los sitios, perderemos calidad. Hay que pedir, pero que se garantice siempre lo mejor.
P. -¿Qué futuro tiene el hospital universitario? ¿La renovación del hospital con sus dotaciones ayuda?
R.-El hospital universitario es un paso más, no es la solución. Un hospital que tiene acceso a formación e investigación hace que los profesionales vengan, y se quedarían. Pero tiene unos requerimientos específicos, una dotación adicional. Y el nuevo hospital claro que ayuda a que vengan, mucho. Tecnológicamente es un paso adelante. La pena es que se empezó a planificar en el año 2000 y no lo vamos a tener hasta 2025, que deberíamos estar planificando ya el siguiente porque la tecnología avanza muy rápido. La radioterapia será sustituida en 10 o 15 años por la protonterapia, que se ha puesto en toda España, pagada por Amancio Ortega, excepto en Castilla y León. Es el futuro que ya está aquí.
P. -¿Cómo es el día de un médico rural, cuántos kilómetros tiene que recorrer?
R.-Yo creo que la media está en los 50 kilómetros al día. No es práctico. El médico no puede estar dando vueltas por ahí, no puede ser correcaminos, la medicina tiene que ser más resolutiva, por eso se proyectan modelos en los que se facilite el transporte al paciente y pueda acudir al centro de salud o a consultorios intermedios bien dotados. Hay que tender a eso. Desde Valladolid tenemos muchas reservas pero los problemas no son iguales en todas las provincias. Pero también hay que tener en cuenta peculiaridades y atender a esos que no pueden acceder, compatibilizando. Hay que cambiar el modelo, sí o sí, pero tiene que ser para mejorar, no puede perder nadie, y para que no pierdan hay que hacer esfuerzos adicionales manteniendo algunas cosas adicionales. Si la gente puede ir al centro de salud donde hay un electro, un ecógrafo..., pero al que no puede, hay que ir a verlo, cuando lo solicite a demanda, por supuesto, pero quizá también una vez al mes. El modelo así no puede seguir, dando vueltas los médicos con el coche. Que demasiado poco cabreo hay, poniendo coche y con la subida de la gasolina. Hay reconocimiento pero hay que incentivar a los médicos. Las diferencias de sueldo con el resto de Europa son enormes, por eso no me extraña que se vayan.
P. -La anunciada jubilación masiva pone en riesgo el relevo de profesionales. ¿La Administración está tomando medidas?
R.-No han hecho caso de las necesidades. El Ministerio de Sanidad y el de Educación tenían que tomar nota para formar en función de necesidades futuras. A la Junta también se lo hemos dicho. En los últimos años se ha reforzado el número de plazas del sistema MIR, pero hay problemas con los tutores, que no les pagan, no están incentivados, y tiene que haber recursos de formación que mantengan la calidad del MIR. En Aragón están peor, y menos mal, sino se irían muchos de aquí. Hay falta de médicos en todos los sitios, pero más en los menos atractivos, como Soria. Aquí tendrían que tener incentivos no sólo económicos sino de progresión y contratos de mínimo un año. En Valladolid tienen posibilidades, pueden hacer tesis doctorales y formación, y luego obtienen una puntuación de méritos y se van donde les da la gana, y al de Soria le discriminan, así que algo le tienen que dar al de Soria porque si no, no va a querer nadie venir aquí. Se están haciendo esfuerzos pero a medio plazo, y hay que hacer más. A partir de 2028 empezará a normalizarse la falta de médicos, ¿pero qué va a ser de nosotros hasta entonces? Porque en Soria tenemos a los médicos más envejecidos de España y plazas de difícil cobertura. Hay que reconocer que la Gerencia va haciendo esfuerzos para fijar médicos.