GUERRA EN UCRANIA
Otro viaje a Polonia traslada refugiados ucranianos pero a un centro de Burgos
Los veteranos del Club de Rugby de Soria ayudan a cinco personas a escapar de la guerra
Ya están en casa los dos veteranos del Club de Rugby Ingenieros de Soria que el pasado lunes partían en una furgoneta rumbo a Varsovia en nuevo viaje humanitario del equipo en el que han estado acompañados por tres catalanas que conocieron en el primer periplo y que se han vuelto a sumar a esta aventura solidaria. Gracias a todos ellos, once ucranianos han huido de la guerra y pueden descansar ya en España. Víctor Modrego indicó ayer a HERALDO-DIARIO DE SORIA, que, finalmente, ninguno de ellos va a quedarse en Soria. Aunque agradecen de corazón la colaboración de las personas que han puesto sus casas a disposición de estos refugiados, lo cierto es que las cinco personas que compartieron furgoneta con los sorianos se encuentran ahora en un Centro de Ayuda al Refugiado de Burgos. En concreto, una madre con su hija adolescente y otra madre con dos hijos, uno adolescente y otra con poco más de un año.
Víctor, que repite viaje ya que también cruzó Europa en el primer desplazamiento promovido por los veteranos junto al capitán, Mario Alonso, viajó junto a Emilio Blanco en una furgoneta cargada de material donado por los sorianos. Su primera parada fue en Lérida para compartir destino junto a otra furgoneta ocupada por otras dos voluntarias. Y después pusieron rumbo a Varsovia (Polonia) donde dejaron a buen recaudo todo el material que transportaban en un Centro de Refugiados habilitado en una especie de recinto de la Expo.
Después, recogieron a las once personas que les iban a acompañar en el viaje de vuelta a España (dos niños pequeños, varios adolescentes, sus madres y una mujer mayor). De ellas, seis se han quedado en Lérida y los otros cinco han viajado hasta Burgos.
Víctor indica que, de momento y a no ser que las cosas hayan cambiado durante la semana que han permanecido cruzando Europa, no ha llegado la ayuda económica que en un primer momento se había oído por parte de la Diputación Provincial aunque no descarta que esté gestionándose y pueda llegar. Mientras, ellos han tirado de sus propios recursos y de sus vacaciones para intentar, de alguna manera, mejorar en la medida de lo posible la vida de estas once personas que han conseguido poner a salvo en España a pesar de que la mochila que cargan a su espalda es muy pesada. En los centros de refugiados gestionan todos los trámites, les ayudan con el idioma, incluso a encontrar trabajo. Y es que, añade, «son personas que no quieren caridad. Es gente formada que estaba trabajando, tenía su vida... Y de un día para otro los han arrancado de su rutina, de su estabilidad, de su vida... Teníamos que ayudar, que hacer algo por ellos», asevera Víctor.
Tras llegar a casa, solo piensa en descansar y reflexionar. No se plantea, de momento, un tercer viaje aunque tampoco lo descarta de plano. Aunque, asegura, «las instituciones, asociaciones... están empezando a movilizarse más conscientemente de todo lo que está pasando y cada vez los viajes particulares son menos necesarios». Pero, concluye, «la guerra es día a día así que es imposible tener certeza ninguna». De momento, al menos, gracias a la labor totalmente desinteresada de estos dos sorianos junto a dos voluntarias leridanas, once personas dormirán hoy más tranquilas.