CONSTRUCCIÓN
Freno al inicio de nueva vivienda por la falta de demanda y la crisis de precios
La Asociación de Empresas de Construcción constata un retraimiento de los potenciales compradores por la incertidumbre económica general y el alza del coste de materiales
El final del confinamiento y una relativa normalización de la pandemia provocada por el covid a finales de 2020 había llevado a un aumento de la demanda de vivienda nueva y la construcción vivía momentos de alegría, de «boom» reconoce el sector, pero la crisis de precios, rematada por la guerra en Ucrania, ha cambiado las tornas. «Había una progresión de la demanda pero se ha parado mucho. Los nuevos proyectos de obra para vivienda se han frenado desde hace unas semanas, sobre todo a raíz de lo que está pasando en el Este», aseguró el presidente de la Asociación de Empresas de Construcción y Obras Públicas de la Provincia de Soria (Aecop), Rafael Martínez, explicando una consecuencia derivada principalmente de la incertidumbre que embarga tanto a los potenciales compradores como al propio sector, pendiente al minuto de la evolución de los costes de los materiales.
La construcción sigue su marcha, porque las promociones en obra son muchas y la prioridad es terminarlas y darles salida, pero el pensar en comenzar nuevos proyectos se ha dejado de momento en el tintero. «Lo que está en desarrollo hay que acabarlo como sea, y esperamos que no sea a pérdidas, pero está claro que la ganancia va a ser mucho más pequeña. Todo va en contraganancia de la empresa, pero si paras es peor», reconoce Martínez, puesto que eso supondría no sólo las reclamaciones de los clientes sino incluso aumentos de costes posteriores.
El presidente de Aecop asegura que la subida de precios ya venía detectándose antes de la guerra en Ucrania, pero el hecho de que esta información se haya globalizado ha llevado a los futuros compradores a parar en seco, ante la duda de qué ocurrirá. «Desde que se ha percibido la subida de las materiales primas, aunque ya hubiera empezado antes, mucha gente se ha retraído, no tienen ganas de obras y prefieren esperar a tiempos más tranquilos», apunta Martínez. No obstante, son conscientes de que «la demanda latente» existe, por lo que la esperanza es que todo acabe volviendo a su cauce, lo que no se sabe es cuándo.
Sobre el alza de los precios, señala que es muy complicado determinar lo que finalmente va a costar la vivienda de una promoción que tuviera que comenzar ahora. Incluso las que ya están en marcha. «Tenemos problemas con determinados materiales, productos que no esperas que haya problema porque antes había, desde baldosas y cerámicas a algún tipo de aislamiento», afirma, pero explica que también se debe a que muchas fábricas han reducido su catálogo: «Tiendes a buscar productos más estándar y enfocas al cliente al producto en estocaje».
Lo cierto es que los precios de los suministros subieron hace meses pero ahora se han estabilizado y el sector ya se ha acostumbrado. «Todas las tormentas son fuertes y te acabas adaptando», apunta. Por ejemplo a que los tabiques para interior hayan subido un 100% y los porcentajes de encarecimiento varían según el producto en cuestión, pero hay que mirar constantemente su evolución. Además, la previsión de futuras subidas provocó un aumento de las peticiones, un mayor acopio, lo que acabó por elevar también los precios, algo así como el efecto aceite de girasol, comenta Martínez. «Incluso hay comerciales que te ofrecen porque, dicen, la semana que viene va a subir». Así está el panorama.
En la obra pública tampoco pinta mucho mejor. «Las licitaciones están quedando desiertas porque nadie quiere entrar, no por falta de ganas sino porque puedes hasta perder dinero con la volatilidad del coste de los materiales».
La Junta de Castilla y León aprobó recientemente un Real Decreto que permite solicitar una revisión de precios en el caso de que suban los costes de los materiales, «y eso va a ayudar mucho», asegura el presidente de la patronal soriana del sector, aunque el trámite tiene que pasar ahora a las diputaciones provinciales y luego a los ayuntamientos.
Afortunadamente al sector no le falta trabajo, para empezar, en las promociones de vivienda actualmente en marcha. «Ahora hacemos mucha reforma, porque al ser más pequeñas, puedes ajustar un precio más real con la previsión de que en dos semanas no vayan a subir los precios», explica. A eso se suman las viviendas unifamiliares en los pueblos, que siguen levantándose, e incluso parte de esa obra pública que aceptan empresas en buena situación económica que pueden afrontarla.
El otro lado de la moneda la encuentran en la falta de mano de obra especializada. «No quieren trabajar en una profesión que es relativamente dura, aunque las condiciones evidentemente se han mejorado mucho. Ahora la gente quiere trabajar con un ratón y un ordenador, y no en la obra», sostiene el presidente de Aecop, quien recalca que esa carencia está provocando el retraso en la finalización de los proyectos: «Si hubiera más profesionales se acelerarían las obras», matiza.