El Enclave llena la hostelería como antes de la pandemia

Un éxito ha resultado la última edición del Enclave del Agua para el sector hostelero, que ha llenado los alojamientos durante el fin de semana tres años después del parón provocado por el covid. La Asociación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur) constata un empujón durante estos días de conciertos del Enclave, con un movimiento similar al de antes de la pandemia, de modo que los resultados iniciales, a falta de una valoración más detallada, son mas que optimistas.

José Antonio Cedazo, vocal de Restaurantes del Comité Ejecutivo de Asohtur, reconoció la «repercusión importantísima» que ha tenido el festival de música entre los bares y restaurantes de la ciudad, por la afluencia que ha tenido de gente de fuera de la provincia, pero también por la alta participación de los sorianos.

«Estamos muy contentos porque el verano ha tardado en arrancar, pero tras este fin de semana ya se ve movimiento en Soria». De hecho, señaló que los establecimientos próximos a los escenarios han estado desbordados. La otra cara de la moneda la han sufrido aquellos bares y restaurantes lejos de las zonas de música, que incluso han registrado menos gente a cuenta del Enclave. 

Lo que sí que dejó claro es que es un festival que está muy consolidado en la provincia y que dinamiza la ciudad: «Mueve a gente de Soria, pero atrae a muchos de fuera, que comen en restaurantes y se alojan en los establecimientos hosteleros». A este respecto, indicó por ejemplo que los bares del entorno de los vermús musicales han dado muchas comidas y muchos bocadillos. Por eso, puso sobre la mesa la posibilidad de que el Ayuntamiento estudie buscar otras localizaciones por la ciudad para estos conciertos de día y así «dar cancha a todo el sector y a otras zonas».

En este mismo sentido se pronunció María Victoria Marco, vocal de Alojamientos del Comité Ejecutivo de Asohtur, quien reconoció que «pese a que se confirmó tarde el Enclave y el último fin de semana de julio es muy jugoso, lo cierto es que ha contribuido a aumentar las cifras de pernoctaciones durante los días de festival entre un 25 y un 30%, aunque se hayan visto muchas furgonetas y muchas caravanas». Además, añadió que «el público que ha venido a la ciudad ha gastado en restaurantes y bares; no se han visto botellones», como recordó que ocurrió en los Sanjuanes. 

Marco puso de manifiesto que este tipo de atracciones siempre son positivas y vienen bien a la ciudad porque se genera movimiento de gente. No obstante, aseguró que en Soria el último fin de semana de julio se viene llenando desde hace muchos años. Es más, indicó que tanto julio como agosto son fechas clave para el sector, de cara a ‘compensar’ los meses más duros del invierno, cuando el turismo flojea y a la hostelería le cuesta subsistir.