EMPRESA
Ontañón compra 300 hectáreas de Ribera del Duero en San Esteban
La célebre bodega riojana ya tiene presencia en la D.O., y ahora duplicará su superficie / Un proyecto «a largo plazo» atraído por el clima, la altura y la orografía soriana
La Ribera del Duero soriana está en plena ebullición. El buen hacer de los viticultores locales y las condiciones climáticas, de altura y de orografía de la zona están atrayendo a bodegas de renombre. Si hace unas semanas se cerró la llegada de Protos ahora es la riojana Ontañón la que ha cerrado la compra unos terrenos en Soto de San Esteban, pedanía de San Esteban de Gormaz. Se trata de entre 300 y 400 hectáreas en las que Ontañón Familia desarrollará una «proyecto a largo plazo» para reforzar su ya notable presencia en la D.O. Ribera del Duero, según confirmaron desde la bodega riojana.
Ontañón es una bodega nacida en la pequeña localidad de Quel (2.000 habitantes), cerca de Arnedo (La Rioja). Ahora mismo la firma está dirigida por la cuarta generación de viticultores. Ontañón Familia cuenta ya con dos bodegas en la D.O. Rioja –Ontañón y Queirón–, y otras dos en las D.O Ribera del Duero y Rueda.
Desde la propia firma riojana explicaron que su presencia en la D.O. Ribera del Duero se remonta a finales de los años 80 cuando se asentaron en la zona de Sotillo de la Ribera (Burgos). Tanto en sus viñedos de La Rioja como en el resto de territorios donde se han asentado, Ontañón se guía por una filosofía de «creer en el viñedo». De hecho, el fundador de la bodega apostó por cultivar las zonas más agreste de Quel cuando otros apostaban por arrancar las viñas. «El viñedo es la clave, tenemos una obsesión por la materia prima», recalcaron. En este sentido insistieron que para Ontañón el viñedo es «el alfa y el omega» de su actividad.
Desde sus inicios en La Rioja la bodega ha apostado por la la compra de nuevas viñas, terrenos o el trabajo con viñas viejas, un patrón que ha repetido en su expansión por Rueda o Ribera del Duero. Ontañón Familia defiende que es fundamental «conocer el terreno» para «pensar en sus claves, saber su climatología y reconocer sus usos y su historia».
El conocimiento de la Ribera del Duero ha sido clave para la llegada de Ontañón a San Esteban. La firma riojana pretende desarrollar un proyecto «a largo plazo» en unos terrenos que hoy en día no están dedicados al cultivo de la vid. Su decisión de adquirir los terrenos de Soria se debe a las «maravillosas» condiciones que ofrece el suelo. Desde Ontañón destacaron aspectos como la «frescura» del clima soriano o la «orografía» propia de la finca, que permitirá que el cultivo se haga en una altura de más de 1.000 metros favoreciendo que se pueda «jugar con los matices» de la uva. También ha sido importante esa orografía porque las fina permitirá cultivar viñedos en diferentes zonas cambiando la «exposición» de las vides a las cuestiones climáticas.
«Es un sitio para hacer un vino de maravilla», recalcaron desde Ontañon alabando tanto la calidad del suelo como su paisaje. «Es un lugar privilegiado por su altura, por ser Ribera del Duero y por estar a la orilla del Duero y lo que supone su historia», afirmaron. La cuestión de la altitud es clave contra el cambio climático ya que permite «una maduración más lenta y reposada». Otro factor clave ha sido la calidad del suelo que permitirá elaborar caldos con excelentes niveles de «finura, elegancia y aroma». «Lo tiene todo», subrayan.
La operación se firmó hace apenas unos días y la idea de Ontañón es «empezar cuanto antes», aunque no hay una fecha fijada. La bodega riojana insiste en que para el vino es clave «la paciencia» por lo que se tomarán el tiempo necesario para la preparación de los terrenos, los primeros cultivos y la cosecha de las primeras uvas que realmente se utilicen en la elaboración de los vinos de Ontañón. «No es una cosa de un día para otro», advierten recordando además que será necesario afrontar los procesos de elaboración, crianza y reserva.
En estos momentos Ontañón ya posee unas 300 hectáreas de la D.O. Ribera del Duero, por lo que la adquisición de la finca en Soto de San Esteban les permitirá prácticamente duplicar su superficie. No obstante, advirtieron que de las alrededor de 300 hectáreas adquiridas recientemente en Soria «no todas» se dedicarán a viñedos ya que hay partes sembradas con trigo u otros cereales que se mantendrán, según el acuerdo alcanzado. El proyecto está aún en una fase embrionaria, desde Ontañón explicaron que no se ha tomado una decisión definitiva sobre si los terrenos de Soria albergarán en el futuro una bodega o no. La firma ya cuenta con unas instalaciones en Fuentecén (Burgos).
Proyectos
No es un fenómeno exclusivo de la Ribera del Duero soriana, pero sí que hay un factor clave en los terrenos de la D.O en la provincia de Soria que está atrayendo a grandes bodegas, la altura. Ahora mismo los terrenos por encima de los 1.000 metros están muy codiciados porque son una ‘herramienta’ para combatir el cambio climático. Es una de las razones esgrimidas por Ontañón, pero también por Protos que hace unas semanas cerró el alquiler de unas 63 hectáreas en Zayas de Torres con la pretensión de alcanzar las 200.
«Se trata de una zona muy interesante por su calidad y porque es más fresca que las áreas tradicionales de la Ribera del Duero, al estar a más altura», aclaró el director general de Protos, Carlos Villar, en la información recogida por Expansión. De la misma forma se añadía «si Peñafiel –sede central de Protos D.O. Ribera del Duero– se sitúa a 750 metros sobre el nivel del mar, estos viñedos están por encima de los 1.000 metros, lo que nos va a ayudar a buscar calidad y diversificar riesgos independientemente de la climatología de cada año».
Además, recientemente el Ayuntamiento de San Esteban ha lanzado un concurso público para el arrendamiento de casi un centenar de hectáreas para viñedos de la D.O Ribera del Duero. Las condiciones geográficas y climáticas de los terrenos, ubicados en Rejas, aventuran que el contrato pueda suponer la llegada a San Esteban de un potente proyecto.