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SOCIEDAD

"Da gusto arrancar estas joyas"

Lleva más de veinte años restaurando maquinaria antigua, una pasión que ha trascendido de lo familiar a la Siega Antigua

Alberto Martínez. FRANCISCO GARCÍA GIL

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Alberto Martínez lleva más de veinte años restaurando maquinaria agrícola antigua y lo hace a capricho. Una pasión que empezó con una segadora-atadora de la marca Ajuria que se fabricaba en Vitoria y que le ha permitido recopilar una veintena de ejemplares adquiridos no sólo en la provincia sino en otras comunidades, todos ellos en funcionamiento. Un auténtico museo en Nepas que cada dos años se exhibe en la Muestra de Siega Antigua para el deleite de los allí presentes.

Metido en el taller cuando no hay tarea agrícola, Alberto recupera viejos y muy deteriorados tractores y otras máquinas, que desarma completamente, cambia piezas, restaura y pinta hasta dejarlos como recién salidos de fábricas. “A veces tengo que limpiar hasta con la punta de un cuchillo para llegar hasta el último rincón”, señala este agricultor de Nepas. De siempre le ha gustado arreglar y conservarlo todo y cuando cumplió los 14 años se apuntó a un curso por correspondencia de mecánica diésel. Después, autodidacta a partir de su experiencia. Con este trabajo permanente y tenaz, ha ido conformando un museo con diez tractores, una trilladora, dos gavilleras, una guadañadora, dos segadoras-atadoras, una sembradora, una aventadora y una seleccionadora de manivela, todas ellas que se vieron por la zona desde finales del XIX hasta 1970 aproximadamente.

Su última obra es un tractor de la marca John Deere de los primeros que se fabricaron en España. “Se trata de un gemelo del primero que entró en casa de mi padre en el año 1965”. El modelo más antiguo que posee es de 1947, uno similar al primer tractor que llegó a Nepas, en 1951. Y tiene sin restaurar todavía cuatro máquinas.

Aunque le cuesta decantarse por una de sus joyas, elige una segadora-atadora fabricada en Chicago en 1920. “Da gusto verla funcionar porque tiene un sistema que no falla”. Recuerda también una gavillera que adquirió hace 20 años en Rello, el pueblo de su mujer. “La repasé un poco y un domingo la pusimos en marcha en un trocito de trigo que habíamos dejado sin cosechar. Se empezó a acercar la gente a ver la máquina; fue el inicio de lo que ahora es la muestra de la Siega Antigua”, explica orgulloso.

Y es que fue a partir de ese momento cuando le picó el gusanillo por ir restaurando máquinas y empezaron a rondarle por la cabeza iniciativas para no perder toda la maquinaria que se había utilizado y que con la revolución técnica quedaba obsoleta. Y ya se han cumplido ocho ediciones de la Siega Antigua; la última se celebró en Nepas el pasado fin de semana, con una gran afluencia de público.

Un evento único en el país y coordinado por Miguel García, uno de los yernos de Alberto, que ha conseguido implicar a toda la familia. “Este año tuvimos menos tiempo para organizar todo, pero gracias al esfuerzo que se hizo en la edición anterior, justo antes de la pandemia, hemos podido aprovechar ese trabajo para este evento que cada vez atrae a más gente”. De hecho, asegura que

no hay otra jornada similar en toda la geografía nacional que mueva tanta maquinaria antigu

a. “Sí hay en Inglaterra, donde se celebran convenciones espectaculares, pero en nuestro país Nepas es el referente”, manifiesta Miguel, quien lo vincula sobre todo gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías.