Heraldo-Diario de Soria

MICOLOGÍA

Las licencias micológicas se desploman en Soria por la falta de lluvias

La asociación aglutina ya a 95 propietarios, casi un 50% más que en 2018 / Las últimas lluvias alientan a los recolectores a expedir sus licencias y ya suman 6.155, si bien están muy por debajo de las que había hace un año, casi 10.000 / Cinco nuevos pueblos suman 5.000 hectáreas al mayor acotado de la provincia

Dos hermosos níscalos en un monte soriano.

Dos hermosos níscalos en un monte soriano.

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Montes de Soria arranca la campaña micológica de otoño con la incorporación de cinco nuevos pueblos y propietarios de montes en municipios ya adheridos que suman otras 5.000 hectáreas al que es el acotado de mayor superficie de la provincia. Así, el coto alcanza ya las 165.000 hectáreas gracias a sus 95 socios, ayuntamientos y asociaciones de vecinos de entidades locales en su mayoría, según explicó el director técnico de la agrupación, José Antonio Vega.

Para esta temporada se han sumado el Ayuntamiento de Alcubilla de Avellaneda; el Ayuntamiento de Cidones; Montes de Ocenilla; la Agrupación de Propietarios El Berrún de Ocenilla; de Espejón se incluyen el Comunero de La Solana y la Comunidad de Palositos; el Ayuntamiento de Fuentestrún, que incorpora tres montes de utilidad pública; un propietario privado de Langa de Duero; la Asociación de Vecinos de Peñalba de San Esteban; y los Montes de la Asociación de la Comunidad de Vecinos de Quintanilla de Tres Barrios.

Una trayectoria que empezó en el año 2018 con 64 propietarios, de modo que en apenas cuatro años ha experimentado un incremento de casi el 50%. Sin olvidar su mayor logro: la figura de Parque Micológico, el segundo en constituirse en Castilla y León, pero el de más extensión. Un año después de que la Junta reconociera esta figura, quedan por incluir los montes de utilidad pública de la Administración regional, pendiente de aprobar el convenio de colaboración con la Asociación Montes de Soria.

Una vez esté firmado, Vega adelantó que Montes de Soria realizará una ampliación única del Parque Micológico, con los montes de la Administración regional y las 5.000 nuevas hectáreas de esta temporada. Mientras tanto, el coto SO-50.002 se gestiona de manera conjunta con la superficie de la Junta de Castilla y León, el acotado SO-50.003, en virtud de un acuerdo que permite unificar la regulación del recurso y la expedición de permisos.

De esta forma, la Asociación Montes de Soria se ocupa de los carnés válidos para la recolección de setas en los montes regulados del Parque Micológico Montes de Soria PMSO-50.001 y en los Acotados SO-50.002 y SO-50.003. Una demanda de licencias que en los últimos diez días se ha disparado por la llegada de las precipitaciones. De hecho, casi el 90% de todos los carnés registrados durante el mes de septiembre, 1.205, “se han expedido desde el 12 de septiembre, cuando empezó a llover en la provincia”, constató Vega. Más de la mitad de los 1.056 permisos de los últimos diez días son locales, 585, pero llama la atención que la cifra de turistas que se han animado a solicitar su licencia a raíz de las lluvias, 309, supone el 33%, “lo que da idea de la importancia del micoturismo para la provincia”.

Aun así, la expedición de permisos tiene todavía que ‘despertar’. Hasta la fecha (desde el 1 de enero) son 6.155 las licencias activadas, mientras que hace un año casi se alcanzaban las 10.000. Un descenso de un tercio directamente relacionado con la sequía y la ausencia de precipitaciones que hasta ahora no invitaban a los recolectores a animarse a por el carné. Casi la mitad de los permisos, 2.949, se han expedido por internet. Se han registrado 3.336 locales, 1.298 vinculados y 1.521 turistas. La mayoría son de uso recreativo, 4.666, y el resto, 1.492, comerciales (sólo los pueden obtener los locales).

Y es que, aunque de forma muy localizada, ya se están registrando las primeras producciones de níscalos y boletus. El técnico de la Fundación Cesefor, José Miguel Altelarrea, constató el inicio de la campaña de boletus aereus “hace unos diez días” en robledales y encinares, sobre todo, con un rendimiento de un kilo por hora, una cantidad a su juicio “interesante”, pero que todavía tiene que aumentar en plena temporada. También señaló la recolección de níscalos y boletus edulis en zonas de alta montaña. Una condición necesaria era que lloviera este fin de semana, pero finalmente se han quedado en chubascos dispersos entrando por el noroeste de la provincia (Pinares y la Ribera del Duero) y que llegaron levemente hasta la capital, perdiendo intensidad hasta salir por el límite con Zaragoza. En el sur fueron aún más escasos. Además, para volver a ver precipitaciones habrá que esperar hasta mediados de esta semana. Aun así, indicó que “las previsiones son optimistas” y aunque “no será una campaña excelente”, sí sigue pensando en que será una “temporada buena”.

El director del Instituto Micológico Europeo (EMI en sus siglas en inglés), Fernando Martínez Peña, reconoció que “estamos en un momento crítico en el que es necesario que llueva y las temperaturas se mantengan suaves para tener una buena campaña micológica”. Puso de manifiesto que “las últimas borrascas han mejorado un poco la situación en algunos territorios de Soria, pero no lo necesario, como sí ha ocurrido en otras zonas de España que ya están en producción”. Insistió en que “hace falta más humedad para desencadenar la fructificación generalizada de setas y esperemos que las previsiones de lluvias mejoren”.

Explicó Martínez Peña que “en algunas zonas puntuales de la provincia de Soria donde las tormentas han sido más generosas o en zonas como trampales, márgenes de ríos o fondos de valle ya se están registrando producciones discretas típicas de esta época del año como de Boletus grupo edulis, entre otras especies”. Pero recomendó “esperar entre dos y tres semanas tras una fuerte precipitación para dar tiempo a que se desarrollen los carpóforos de las setas, dado que en caso contrario se destruye la producción por pisoteo y la probabilidad de que las setas maduren y dispersen esporas se reduce”.

Como experto, “la clave es un fuerte contraste de humedad y temperatura en el suelo en septiembre, es decir, que pase de seco a saturado rápidamente y que las temperaturas desciendan igualmente. Para ello, lo ideal son periodos de lluvias abundantes, con más de 50 o 60 litros por metro cuadrado. Mucho mejor si caen en varios días suavemente o en forma de granizo para favorecer la infiltración del agua en el suelo”. Después, en “una situación ideal, deben continuar las lluvias y temperaturas suaves para mantener la humedad de los suelos en octubre y noviembre y que las heladas tarden en llegar”.

Insistió en que “queda mucho otoño por delante y Soria tiene mucho potencial micológico”. Por eso, “cuanto antes se recuperen las buenas condiciones de humedad en la capa superficial de los suelos de nuestros montes mejores perspectivas de campaña micológica tendremos”. Recordó que la reserva de humedad en la capa superficial del suelo depende de las lluvias, de las temperaturas y del tipo de suelo, y “lamentablemente las precipitaciones registradas en agosto y septiembre en las principales zonas de producción de la provincia no han sido suficientes para recuperar dichas condiciones de humedad en los suelos y las temperaturas han sido más altas de lo normal, por lo que las reservas de humedad en el suelo están todavía bajas”.

Cree que, en general, los hongos saprobios como la seta de cardo (Pleurotus eryngii), los parasoles (Macrolepiota procera) o los champiñones (Agaricus sp) “responderán bastante bien a la llegada de las lluvias”. Por el contrario, especies micorrícicas como los níscalos (Lactarius grupo deliciosus) o los boletus (Boletus grupo edulis) tienen unas condiciones de fructificación más complejas pues, además de las lluvias, dependen del estado fisiológico de los árboles a los que viven asociados, entre otros factores.

Sí constató que hay años en los que la producción micológica se adelanta y otros en los que se retrasa. “Todavía estamos dentro de lo normal para la región climática en la que nos encontramos” porque el hecho de que se adelante la producción “no siempre es lo ideal. Hemos observado años en que se desencadena la fructificación muy pronto en septiembre tras un periodo tormentoso en agosto y después acontece un periodo seco y caluroso en septiembre que malogra los primordios de las setas, deshidrata los carpóforos y favorece la proliferación de agusanamiento. Otras veces una campaña retrasada seguida de un periodo húmedo y temperaturas suaves ha tenido como resultado una producción menos abundante, pero de mucha mejor calidad”.

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