TEATRO
‘Decadencia’ y el recurso de reír por no llorar ante las miserias humanas
Pedro Casablanc, director y protagonista, comparte escenario con Maru Valdivielso
Reír por no llorar, sarcasmo e ironía y un resumen de las miserias humanas expuestas en el escenario, de la mano de Pedro Casablanc, en este montaje director y protagonista, y la también reconocida Maru Valdivielso, que ayer pusieron en escena Decadencia, una obra ante todo provocadora que no deja al público indiferente, tampoco al asistente al Palacio de la Audiencia. Sus protagonistas, dos parejas formadas por tres aristócratas y un vividor que aspira a sacar provecho de sus debilidades, son clasistas y racistas, frívolos y desalmados, son hipócritas, banales y egoístas y actúan como depredadores, sin principios ni límites. Lo que sí tienen es miedo a que los miserables a quienes desprecian se junten y los ataquen.
La obra, según texto de Steven Berkoff, un mago del humor negro, en la versión de Benjamín Prado, derrocha humor que es sarcasmo, ironía que es rabia. Sus protagonistas son grotescos pero peligrosos y sobre todo infelices, ya que están vacíos aunque no les falte de nada, y ni sus lujos ni su lujuria los llenan, como explica en su página web el propio Prado: «No creen en el amor y cuando forman parejas no lo hacen por que se quieran, sino por que se necesitan en el mal sentido de la palabra. No se seducen, se cazan; no se dan, se ponen precio; no se entregan, se venden, transforman sus cuerpos en una mercancía y sólo llegan al placer a través del dolor, el abuso y la humillación. Y a la hora de vengar una infidelidad, no descartan ni desplumar al traidor ni cometer un crimen».
Por otro lado, Carlos Núñez regresa a Soria para celebrar el 25º aniversario de su primer disco, el ya clásico Irmandade das Estrelas. Será mañana sábado, a las 20.30 horas en el Palacio de la Audiencia. El gaitero español más internacional ha vendido más de un millón de discos con Sony y ha sido el primer músico en introducir su instrumento, la gaita, en templos internacionales de la música como el Musikverein de Viena, el Carnegie Hall de Nueva York, el Boston Symphony Hall, el Royal Albert Hall de Londres, la Sydney Opera House, o la Berliner Philharmoniker.