AGRARIA
Pérdidas de la fauna salvaje en campos de Soria. Piden a la Junta que pague los daños del corzo al girasol
Asegura que se comen las plantas en su inicio, dando al traste con la producción, y suponen pérdidas anuales que superan los tres millones de euros
La Alianza UPA-COAG de Soria denuncia «la inacción absoluta de las administraciones, y especialmente de la Junta de Castilla y León a la hora de controlar la fauna salvaje en nuestra provincia». La organización lamenta que en los cultivos de cereal y oleaginosas, colza y especialmente el girasol, los daños que provocan principalmente los corzos, «que se comen las plantas en su inicio, dando al traste con la producción», suponen pérdidas anuales que superan los tres millones de euros.
Estos daños no son compensados en su totalidad por los seguros agrarios, por disponer estos de una franquicia del 20% y un precio del producto muy inferior al precio del mercado, «lo que está ocasionando unas pérdidas no indemnizadas por explotación que en caso del girasol ya superan con creces los 3.000€ anuales», añade.
«Resulta un despropósito el afán que tienen las administraciones por defender antes a la fauna salvaje que a los propios agricultores y ganaderos, que son víctimas de la expansión descontrolada de especies muy peligrosas como el ciervo, jabalí o corzo, no solo para los profesionales del sector, sino también para el resto de ciudadanos por la elevada siniestralidad que provocan en las carreteras provinciales», según apunta UPA-COAG, que exige a las administraciones, empezando por la Junta, que abonen los daños de los corzos, jabalíes y ciervos al girasol y al resto de cultivos, y que de inmediato ponga en marcha un sistema eficaz de control de las poblaciones cinegéticas.
La organización denuncia que “es el mundo al revés, que sean los agricultores y ganaderos los que tengan que soportar los daños que ocasionan los animales cinegéticos en nuestras explotaciones, sin obtener beneficio alguno y que sean los propios productores los que tengan que suplicar y llevar a los tribunales a los responsables de los cotos de caza que se hagan cargo de los daños, o que el propio agricultor tenga que sufragar de su bolsillo un seguro agrario para dar gusto a los corzos, jabalís y corzos, y para dar placer a quienes quieren un campo descontrolado de animales silvestres, que no sean molestados por los profesionales agrarios”.