LADO OCULTO
La Barrosa de Abejar: antiguo ritual entre carnavalesco y mitológico
Daniel Serini García y Adrián Gómez Teresa son los dos mozos protagonistas de este año y portarán el próximo sábado el famoso armazón que simula una vaquilla
La Barrosa es la fiesta más característica de Abejar y también la más antigua. Siempre se ha celebrado el Martes de Carnaval pero desde 2019 se decidió trasladar el evento al sábado posterior para favorecer la asistencia de los abejarucos. Tras la suspensión de 2021 con motivo del Covid, volvió a celebrarse el año pasado de nuevo. Daniel Serini García y Adrián Gómez Teresa serán los protagonistas de este año. Se da la circunstancia de que Daniel es hermano de Marco, uno de los dos barroseros que portaron la Barrosa en 2019, la primera vez que se celebró esta fiesta en sábado.
Abejar votó en febrero de 2019, unas semanas antes de la celebración del rito, su traslado al sábado. Participó el 50% de los censados y se decidió el cambio de día por 107 votos a favor, 29 en contra y tres en blanco. Así, en 2019 fue el primer año que La Barrosa se celebró con el cambio de fecha. Es Fiesta declarada de Interés Turístico Regional.
Este evento es un viejo ritual que se encuentra, tal y como recoge la web municipal, «entre carnavalesco y mitológico, de incierto origen». Y continúa, «como consecuencia de la fecha en que tiene lugar la celebración (hacia mediados de febrero), conserva el carácter de un acontecimiento relativamente íntimo, aunque cada vez acudan más visitantes a este día tan especial para los vecinos y en concreto para los mozos del pueblo». Sobre todo desde que se decidió trasladar la celebración de la fiesta al sábado en 2019.
Cuentan los padres de las últimas generaciones de barroseros que en su época les tocaba sortear quién portaba ese año La Barrosa ante la gran cantidad de quintos, por lo que muchos de ellos se quedaron en su día sin poder cumplir con el ritual.
La Barrosa, en sí, es un armazón de madera que se viste con unas telas blancas. En la parte delantera lleva la graciosa faz de toro, amén de los correspondientes cuernos, que son auténticos. En los laterales penden cintas y escarapelas de colores; en la trasera, el rabo y varios cencerros en el interior que acompasarán con su tintineo los movimientos de La Barrosa.
Dentro de este aparejo se sitúa el mozo llamado ‘barrosero’, sosteniéndolo con sus hombros. Su cabeza sobresale sobre el lomo de la vaquilla.
Los barroseros que son los mozos que entran en quintas, van ataviados con trajes blancos, fajín rojo, sombrero parecido al cordobés (aunque más pequeño) y polainas de cuero. Además, de los protagonistas, quien no acarrea ‘La Barrosa’ porta en una mano una cesta para las donaciones y en la otra una fusta o látigo (llamado zurriago), hoy para espantar a la muchachada y antaño símbolo de autoridad por un día.
Un poco de historia
«Así ataviados, Barrosa y barroseros recorren la población casa por casa recogiendo donativos de los vecinos que servirán posteriormente para el ágape de los quintos del año», indica la web https://guiadesoria.es/. En otro tiempo, «tenían incluso costumbre de embestir por la calle a quienes no eran de su agrado. Hasta se atrevían a sacar al cura ‘a cornadas’ de la iglesia, o irrumpir en un pleno del Consistorio local para acometer a los presentes sin que nadie pudiera rechistar».
Ya por la tarde, tras la puesta de sol «se dirigen al salón del Ayuntamiento donde se cita todo el vecindario en un ambiente festivo y carnavalesco. La Barrosa dará entonces tres vueltas al recinto antes de caer abatida por varios cazadores que simulan sus disparos con salvas al aire. Los cuerpos inertes de Barrosa y barroseros son trasladados sobre tableros por jóvenes de la localidad a un pequeño recinto anexo. Sus cuerpos son regados generosamente con vino, empapando a los concelebrantes que se encuentran debajo. Pasado un momento, los difuntos reaparecerán resucitados ante la comunidad que celebrará con júbilo el milagro».
Tras la muerte fingida, todos los abejarucos beben vino dulce simulando la sangre de La Barrosa y bailan la tradicional ‘rueda’ alrededor del salón. La Barrosa descansa hasta el año que viene, pero la fiesta continúa con la cena de mozos en el salón y cena comunal en el polideportivo y la posterior verbena de disfraces.