LA CAPITAL
La estación de autobuses de Soria ya muestra su nueva fisonomía con los trabajos
La terminal luce en su fachada un nuevo diseño institucional y corporativo / La empresa Arcor trabaja en la gestión integral del edificio con una inversión de 3,3ME
La estación de autobuses de Soria ya ha descubierto su nueva fisonomía con las obras que viene ejecutando la empresa. Los cambios afectan especialmente a la fachada, ya visible para los sorianos con una estructura más moderna.
Los trabajos se centran ahora en las dársenas y en el interior del edificio, aunque no se ha interrumpido el flujo de autobuses durante estos meses para poder compatibilizar los servicios de transporte de viajeros por carretera.
La estación podría reabrirse antes de un año, tal y como apuntó el pasado mes de diciembre la consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral, durante su visita a las obras de reacondicionamiento del edificio, en la avenida Valladolid. González informó de que las actuaciones avanzaban por buen camino, de ahí que pudiera adelantarse la apertura. De hecho, explicó que aunque la obra debería recepcionarse en diciembre de 2023, no descartaba que pudiera ser antes cuando vuelva al funcionamiento normal.
La terminal soriana comenzó su proceso de renovación en julio del pasado año. Un panel sigue tapiando el patio central del vestíbulo con numerosos cambios, lo mismo que en las dársenas. La adjudicación recayó en la empresa Arcor, por un importe total de casi 3,3 millones de euros y un plazo previsto de ejecución de 18 meses. Esta intervención está financiada por la Junta de Castilla y León y los fondos europeos Next Generation. Los cambios afectan básicamente a la arquitectura, las dársenas e instalaciones interiores, como la climatización, el saneamiento, la energía eléctrica, suministros, etc, además de aspectos de eficiencia energética, con instalación fotovoltaica y biomasa.
También se aborda la gestión integral de la propia estación, como control, seguridad y servicios de soporte tecnológico. Así, la estación luce un nuevo diseño institucional y corporativo. Además,ya se ha procedido a la sustitución de las cubiertas y el revestimiento exterior del edificio con acabado en placas de hormigón polímero, cámara de aire y aislamiento de roca que supone una mejora del 77,3% de la demanda energética.
Los trabajos también suponen la reorganización y cierre de las dársenas, destinando una de las alas para aparcamiento de autobuses y la otra acondicionada para uso exclusivo de viajeros, mediante la incorporación de un cerramiento acristalado con puertas automáticas para el acceso a las distintas dársenas. En materia de accesibilidad se dispone de un itinerario accesible que comunique las dos entradas existentes con la vía pública y con las zonas comunes exteriores, a través de sendas rampas con pendiente inferior al 6%, en los accesos desde avenida Constitución y avenida de Valladolid.
Así mismo, el edificio ya tiene construido el ascensor adaptado que relaciona las distintas plantas y se proyecta un itinerario accesible que comunica, en cada planta, el acceso accesible a ella con las zonas de uso público.
Del mismo modo, se han recolocado plantas y se encuentran nuevas utilidades. El punto de hostelería ha pasado al vestíbulo. En cuanto a los locales comerciales del interior, la separación abandona el cerramiento actual, de manera que quedan con cancelas enrollables. Por su parte, los aseos están instalados en la primera planta.
Está claro que la estación de autobuses de la ciudad se había quedado obsoleta y con estas obras a cargo de los fondos europeos se consigue un proceso de modernización que se venían reclamando desde la sociedad.