PATRIMONIO
Cinco BIC, ‘fuera de plazo’ desde hace 40 años y más
El Ayuntamiento de Ágreda está pendiente de declaración desde 1973 y bienes en Espejo de Tera, Chavaler, Caracena y Alcubilla de las Peñas esperan desde 1981-83
En estas fechas se cumple el medio siglo desde que el edificio del Ayuntamiento de Ágreda comenzó su andadura para ser Bien de Interés Cultural (BIC). Entonces ni siquiera existía esta figura, ni la Comunidad Autónoma que ahora tiene que culminar el expediente. Pero siguiendo la propia Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, el inmueble está ‘fuera de plazo’ a tal fin. Junto al Consistorio agredeño hay otros cuatro bienes en Soria que tienen el expediente iniciado. Desde hace 40 años y más no se han movido trámites y ahí siguen las resoluciones de la Dirección General de Bellas Artes que abrían el expediente. Cinco monumentos que permanecen congelados en la historia administrativa, menos interesante que la propia que atesoran.
En aquellos años no se hablaba de BIC, sino de Monumento Histórico-Artístico. Más allá de esta puesta al día, el registro de BIC de la Junta muestra sin culminar los documentos de entonces, bien el anuncio en el Boletín Oficial del Estado, bien la resolución misma, como en el caso de Ágreda. Espejo de Tera, Chavaler, Caracena y Alcubilla de las Peñas son las otras localidades que comparten el retraso, una caducidad de hecho.
A finales de enero se conocía que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León había anulado el acuerdo por el que se declaró BIC el monasterio de La Monjía. El monumento de Fuentetoba llevaba en espera nada menos que desde 1995, cuando se abrió el expediente. Pero la protección completa no llegó hasta 2021. La propiedad reclamó contra el acuerdo y ganó el pleito por la gran demora producida. La sentencia hablaba de un expediente «paralizado sin causa ni motivo legal alguno, y por causa exclusivamente imputable a la administración demandada». La Monjía inició recientemente el nuevo camino hacia el BIC con la incoación del expediente, ya en plazo.
Son dos años los que debe tardar en resolver la Comunidad Autónoma. Es lo que recordó el Defensor del Pueblo a propósito de La Monjía, en una indagación de oficio ajena al contencioso. «Los procedimientos para declarar los bienes muebles e inmuebles y actividades integrantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León como Bien de Interés Cultural han de resolverse en el plazo máximo de veinticuatro meses a partir de la fecha de su incoación», señaló el escrito del Defensor del Pueblo, recordando la Ley regional.
Más allá del Consistorio de Ágreda, los otros cuatro bienes esperan desde comienzos de los 80, concretamente desde el periodo 1981-83. Tras el de Ágreda, el más veterano es el expediente del yacimiento de Los Tolmos (del Bronce Final, en Caracena), cuya resolución se publicó en enero de 1981. De junio de 1982 data el documento de la iglesia de Santo Tomás Apóstol, en Chavaler. Un mes después quedaba protegida la iglesia de San Bonifacio (Espejo de Tera). En septiembre de 1983 se producía el mandato sobre la Torre de la Senda en Alcubilla de las Peñas.