MEDIO AMBIENTE
Soria se libra de las orugas de procesionaria este año
Más allá del daño en los pinos, el contacto con este insecto puede genera urticaria y alergia
Pueden dañar los pinos, en ocasiones se consideran plaga y llegan a causar alergias y urticarias a humanos y mascotas. Pero este año no toca. Los partes de los agentes medioambientales evidencian que esta primavera los bosques de Soria están libres de plagas de la oruga procesionaria del pino.
El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Soria, José Antonio Lucas, confirmó que se han realizado controles para evitar la expansión del insecto, pero advirtió que la procesionaria “siempre se da", informa Ical.
Una de las zonas de Soria y Burgos donde más se expande la oruga es el Parque del Cañón del Río Lobos. Esto es debido a que el pino laricio o negral es “apetitoso” para la oruga. En esta zona, los agentes medioambientales colocaron trampas de feromonas para capturar machos y disminuir el número de puestas durante los días de mucho hielo para controlar su expansión.
“También se utilizan pértigas e incluso escopetas para romper los bolsones. Está prohibido el uso de tratamientos masivos químicos porque pueden afectar a otras especies”, explicó.
Al respecto, Lucas explicó que en algunos pinos existe una especie de bolsa de seda blanca y se puede ver caminando bajo ellos un largo gusano con pelos urticantes, y añadió que es un insecto defoliador que se alimenta de las acículas de los pinos, de ahí el color marrón amarillento que dejan en sus ramas.
El ciclo completo de la procesionaria de los pinos pasa por cuatro fases: adulta, huevo, oruga y crisálida, por lo que es fácil verla en cualquiera de ellas. Las mariposas (adultas) emergen del suelo en los días más calurosas del verano y buscan el ramillo más adecuado para realizar la puesta, tienen preferencia por los árboles cuya silueta destaca en el horizonte, por ese motivo suelen ser pinos situados en los bordes de la masa.
Coloca los huevos de forma ordenada, entre 48 y 336 por puesta, y de ellos nacen las orugas a los 30 ó 40 días. Estas viven en las acículas de los árboles y se alimentan de ellas, y construyen esos bolsones para resguardarse del frío, que suelen ser más grandes y densos cuanto más fría es la zona donde se encuentran. Con la llegada de la primavera, las orugas descienden de la copa hacia el suelo, una detrás de otras, pegadas, de ahí el nombre de procesionarias. Una vez en la superficie terrestres, proceden a la crisalidación, es decir, se entierran para pupar. De ahí, del suelo, saldrá el próximo verano la mariposa, que volverá a poner huevos.
“La procesionaria tiene cuatro estadios de muda, pero hay veces que se entierran y no salen ese año y aguantan hasta tres años enterradas, bien por protección a las adversidades o pervivencia. El ciclo no es siempre anual”, explicó. Asimismo, aseguró que el insecto ataca más a repoblaciones de árboles realizadas fuera de estación y en épocas de sequía.