Afectados del edificio de Pajaritos exigen «celeridad» al Ayuntamiento en la solución de la quinta planta

El proceso urbanístico abierto por la construcción de una quinta planta no recogida en el proyecto de ejecución en un edificio en Los Pajaritos II deja unos afectados directos, los compradores de las viviendas del inmueble, que se exponen a la demolición de los pisos de la última altura en el peor de los casos y en el mejor a la demora de la entrada en sus casas por los expedientes abiertos y pendientes de resolución.

Varios afectados han dado un paso hacia adelante y exigen «celeridad» para solventar una situación que les está causando demasiados perjuicios, temiendo además que el proceso electoral municipal alargue aún más los ya de por sí retrasados plazos.

«Si bien la manera de obrar de la constructora es más que cuestionable, y habrá técnicos cualificados para dictaminar y sancionar si se han cometido ilegalidades, también parece que al Ayuntamiento no le preocupa tal situación, pasándose la bola unos a otros y demorando por casi más de un año una solución, utilizando este hecho como arma electoral para hacer campaña, y sin importar a quién se lleven por delante en el fuego cruzado», señalan los afectados, que aseguran que llevan desde noviembre de 2022 sin tener noticias ni explicaciones por parte de la constructora, Domus Nebrija. Entonces, la promotora les remitió una comunicación aportando «tranquilidad» al respecto y afirmando que las obras seguían su curso habitual sin ningún tipo de incidencia o retraso.

Aseguran que esta situación es ya «insostenible», y reclaman: «En vista de que no se atiende a nuestras demandas de información, reclamamos al Ayuntamiento y a la constructora que presenten públicamente y de forma clara, concisa y veraz en qué estado se encuentra el proceso, las medidas de contingencia que plantean para los afectados, y los plazos reales de resolución».

El Ayuntamiento de Soria aprobó en el pleno de marzo la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del sector Pajaritos II que afecta a la polémica quinta planta construida de forma irregular por lo que se encuentra en periodo de alegaciones. La polémica surgió en el pleno de octubre de 2022 cuando se evidenció la irregularidad de la quinta planta. 

De forma paralela, existe un expediente de restitución de la legalidad urbanística, que de momento se ha resuelto –en febrero– con la orden de derribo de dicha quinta planta, abriendo igualmente un plazo de alegaciones para que la constructora se pronunciara.

De todos estos hechos, los vecinos señalan que no recibieron ningún tipo de aclaración, a pesar de los sucesivos intentos de demanda de información, tanto al Ayuntamiento como a la constructora. «Tras todos estos antecedentes, con unas manifiestas contradicciones, incertidumbre, y ausencia de información, ¿qué futuro nos espera?, ¿en qué punto están nuestras casas?», cuestionan.

Y es que se trata de unas 40 familias de afectados que se han visto de golpe y sin previsión atrapadas en esta situación. «Familias que esperaban tener una nueva vivienda y que se han visto obligadas, por ausencia de información de lo que estaba pasando, a dejar la suya anterior sin un nuevo lugar que habitar. Algunas habían vendido ya sus anteriores residencias. Otras no han podido renovar sus contratos de alquiler. Parte han tenido que volver a vivir con sus padres o familiares. Las más se han tenido que buscar la vida para poder dormir bajo un techo», exponen.

La situación es tan sorprendente que el cuarto piso, un ático, que algunos compraron, «se ha convertido mágicamente en un quinto», ya que al edificio le ha aflorado una planta más, sin que estuviera contemplado en el proyecto. «Desconocemos si alguien sabe que, detrás de este esperpento que parece no importar a nadie, hay personas afectadas que llevan mucho tiempo anhelando que se les entregue su vivienda, que cada vez se va demorando más y más sin un final a la vista, y que se les están desvaneciendo todas las ilusiones puestas en iniciar sus nuevas vidas», manifiesta este grupo de futuros vecinos, que tendrían que haber recibido sus viviendas en septiembre de 2022. Sus contratos contemplan compensaciones por retrasos, que todavía no se han aplicado, y la incertidumbre que se cierne sobre este asunto les sobrepasa.

«Todos tienen su parte de culpa», consideran, en referencia a la constructora y al Ayuntamiento, y no se explican cómo «se ha seguido adelante en algo que supuestamente no estaba legal o carecía de permisos». De hecho, las obras en la quinta planta del edificio de Pajaritos siguieron incluso tras la paralización, como quedó constancia tras una visita municipal un mes después de la orden de no continuar la intervención, topándose con operarios en la planta y los precintos de prohibido el paso destrozados.

«Hay muchas cosas raras, muchas supuestas irregularidades», critican, y añaden que también han sufrido problemas con las cantidades avaladas. 

«Lo que los propietarios quieren es irse a vivir a sus casas, y no queremos que ahora sea utilizado como arma electoral». Insisten en que «los políticos implicados deben servir a su propósito de vocación por la ciudadanía, olvidando su propios intereses partidistas». «Queremos celeridad en la solución», concluyen.