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La ‘parcela del circo’ de Soria aspira a crear viviendas colaborativas
Rey considera «ideal» para ello la parte de equipamiento que mira a la calle Ávila , mientras el gran suelo de la avenida de Valladolid mejora con más seguridad el paso interior
La 'parcela del circo', entre la avenida de Valladolid y la calle García Solier. MARIO TEJEDOR
La ‘parcela del circo’, el gran solar próximo a la estación de autobuses, tiene ya su ordenación por parte del Ayuntamiento. Mientras espera el visto bueno de la Junta a la reciente aprobación provisional, la parte local piensa ya en qué hacer con la parte de equipamiento que mira a la calle Ávila. El equipo de Gobierno piensa en un uso de vivienda colaborativa, una fórmula pública de alquiler social en la que los inquilinos comparten unos servicios comunes. El punto es «ideal» para ello, señaló el concejal de Urbanismo, Luis Rey, quien explicó que, una vez aprobada la modificación del PGOU por parte del Junta, hay que ver «cómo lo encajamos». Los fondos europeos se perfilan como una fuente de financiación, ya que están «apostando por este modelo».
La modificación del PGOU supone ordenar los algo más de 8.300 metros cuadrados vacantes desde hace muchos años y cuya utilidad más relevante ha sido albergar espectáculos de circo. Situados entre la avenida de Valladolid y García Solier, 1.234 son de equipamiento público. Mirando a la avenida de Valladolid, la referencia urbanística permite ahora construir hasta 57 viviendas, distribuidas en nueve plantas escalonadas.
En la aprobación inicial, uno de los reparos observados por los grupos era el paso interior entre la avenida de Valladolid y la parte trasera, los espacios libres y el aparcamiento mirando a García Solier. En su segundo paso por el pleno, se acepta una alegación que mejora este punto y lo hace más diáfano. Y es que el recelo era que pudiera convertirse en otro pasaje fallido a través de inmuebles, con problemas de higiene o seguridad.
La parte de equipamiento permite un inmueble de cinco plantas. No consta a cuántas viviendas pudiera dar origen (no todo el inmueble tendría que ser para residencia), ya que la modificación se ciñe únicamente a enunciar los posibles usos que según el PGOU tienen los equipamientos públicos. La «intención del Ayuntamiento», explicó Rey, consiste en explorar la vía de la vivienda colaborativa o ‘cohousing’. Es algo que en su momento se abordó con el promotor que ha instado el conjunto.
Las casas colaborativas tienen una demanda creciente entre colectivos con intereses o necesidades comunes, por ejemplo jóvenes o mayores. Se trata de viviendas independientes, que comparten ciertas zonas y servicios. Esta fórmula, utilizada en cooperativas, pasa al ámbito público mediante la opción de un alquiler social. Desde el punto de vista de los fondos europeos los beneficios pasan por la colaboración y convivencia y el uso responsable de recursos.
En cuanto al paso entre la avenida de Valladolid y García Solier, como tiene que hacerse a través del edificio residencial con frente a la vía principal, generaba dudas sobre una degradación futura. Al aceptarse la alegación, se impulsa un carácter más ‘amable’.
En este sentido, se han delimitado trazados y tamaños «de soportales y pasajes peatonales, dándoles el carácter de obligatorios, dotándolos de dimensiones suficientes para garantizar la calidad del espacio de uso público generado, la visibilidad, la seguridad y la accesibilidad» en todo su recorrido. «Para que su funcionalidad sea completa», el pasaje «debe conectar entre sí espacios de uso público», señala la consideración que ha sido incorporada a la modificación.
Inicialmente, el contacto con los espacios públicos era «demasiado reducido». El nuevo diseño cambia esta situación y cuenta con «dimensiones adecuadas para conseguir seguridad y visibilidad». El paso por espacios privados quedará claro que es de uso público.
El ‘solar del circo’ permanece sin desarrollar desde hace muchos años y ni siquiera las previsiones del PGOU de 2006 consiguieron revertir la situación. De hecho, se consideraba que sus determinaciones no eran las más adecuadas para tal posibilidad y de ahí la modificación. Entre otras cuestiones, cambia (sin tocar la edificabilidad) el inmueble residencia, que pasa a nueve plantas (28,5 metros de altura) desde las siete consideradas antes (22). El de equipamiento, inicialmente previsto con cuatro alturas, consigue cinco.