CAPITAL
La devolución del IBI le costará al Ayuntamiento de Soria 350.000 euros
La decisión condiciona la cuenta general, que aprueba el PSOE con la abstención de PP y De Gregorio y el ‘no’ de Ciudadanos
La sentencia que anula por una cuestión de plazos la subida del IBI del año pasado entró de lleno ayer en el pleno, con el debate de la cuenta general. Son aproximadamente 350.000 los euros que en su caso tendría que devolver el Ayuntamiento, aunque la voluntad de recurrir y su resultado dejan en el aire de momento las conclusiones del recorrido judicial iniciado por FOES y Ciudadanos. La sentencia, conocida en la víspera de la asamblea, condicionó la votación, en la medida en que el ‘retrato’ de las obligaciones y derechos municipales de 2022 puede quedar alterado por lo mandado por el Tribunal Superior de Justicia, debido a que la información pública del acuerdo inicial sobre el impuesto no permaneció en el tablón de anuncios los días preceptivos. El equipo de Gobierno respaldó el documento contable, mientras que Podemos hacía constar las novedades y de ahí su abstención. Ciudadanos votaba en contra, PP y el concejal no adscrito Saturnino de Gregorio se abstenían.
Al equipo de Gobierno le queda una «sensación de injusticia» en el tema del IBI, no sólo ante una anulación que llega por «un pequeño error de dos días», sino también por haber sido instada por una «parte de la patronal», la que representa FOES, que «son los primeros» en pedir «subvenciones y ayudas». Se refería el portavoz del PSOE, Javier Muñoz, sobre todo a los tiempos de la pandemia y la puesta en macha por parte del Ayuntamiento de las ayudas a pymes y autónomos, el refuerzo de la colaboración con Iberaval o la supresión de la tasa de terrazas. «Pero eso ya se nos olvidó», lamentó Muñoz. Apelaba así a la necesidad de impuestos para sufragar servicios y, en general, las necesidades de la sociedad.
De manera parecida, Marisa Muñoz, de Podemos, recalcó que las empresas «no son dioses», sino que tienen su papel en la generación de «beneficios» y que a ellos subordinan el empleo. Tienen un desempeño «no despreciable, pero son lo que son». En cuanto a la cuenta general, «esa sentencia lo cambia todo», pues aunque «no se entra en el fondo» (no habla de la subida en sí), «no se expuso» como debiera.
A la abstención de Podemos se sumó el PP, cuyo portavoz, Javier Muñoz Remacha, prefirió centrarse en la cuenta general y sus datos. Por ejemplo, en el 26% de ejecución de las inversiones,. La «falta de cumplimiento de la inversión es continuado», señaló. Además, «no hay una Relación de Puestos de Trabajo hecha», cuando «más de la mitad es personal laboral, sin una estabilidad de empleo». El documento advierte del «escaso desarrollo de la actividad industrial» y del «envejecimiento poblacional».
Estas últimas referencias provocaron la reacción del equipo de Gobierno, en el sentido de que las competencias de empleo, sanidad y otras relevantes para el desarrollo corresponden a la Comunidad Autónoma, gobernada por el PP. Con más de 40.000 habitantes según el último recuento, la capital ha conseguido «revertir las cifras» frente al más amplio declive regional, recordó el portavoz del PSOE.
Para María Ángeles Morales, por Ciudadanos, la cuenta general «no se ajusta a la realidad». Está, por un lado, la sentencia del IBI. Por otro, una decisión judicial más: la que anuló la última modificación presupuestaria de 2021. Precisamente el pleno se dio por enterado en dación de cuenta de la ejecución de tal fallo judicial, cuya repercusión es básicamente la anulación de una partida de 600.000 euros en aprovechamientos maderables, usada en su día para cuadrar gastos de ciertos proyectos. Al tiempo de la modificación, tales ingresos no se habían producido. Luego, se desbordaron.
En la cuenta precedente, «este concejal entonces en el grupo Ciudadanos» se abstuvo, señaló Saturnino de Gregorio, debido a la disconformidad con la mencionada modificación. Como hay otra pendiente de recurso, la causa de abstención es la misma. En la cuestión del IBI, De Gregorio consideró «prácticamente imposible» el recurso e instó a no «aumentar la bola» demorando la devolución, ya que la tardanza judicial puede causar más desajustes contables en próximos años. De Gregorio instó al equipo de Gobierno a que «paralice por precaución» los recibos que girará el Ayuntamiento con el tipo impositivo que el Tribunal Superior anula por la cuestión de los plazos.
Como De Gregorio compartió la decisión de atacar el IBI, su intervención no fue bien recibida por el equipo de Gobierno. «Sin presentar una sola medida» cuando estuvo en Ciudadanos, su actitud ha sido en este tiempo la de presentar «recurso tras recurso hasta que alguno ha caído», lamentó Muñoz. Ahora se trata de «intentar laminarle al Ayuntamiento» los 350.000 euros. «Se ha amarrado bien al sillón, señor De Gregorio», acusó Muñoz sobre el salto al PP del todavía no adscrito, a quien calificó de «tránsfuga de manual». En una dura declaración, aseguró que «nos ha abierto el camino» con sus acciones judiciales. «Hace lo que le da la gana allí donde trabaja» (De Gregorio es secretario de Golmayo) y «vamos a jugar todos a lo mismo a partir de ahora».
«Lo de amarrarme al sillón, pues no, no me amarro al sillón», son «suposiciones que alucino», se limitó a señalar el interpelado.
Los datos de la cuenta general son conocidos por la liquidación. «Todos los indicadores analizados son muy positivos», resumió el portavoz del equipo de Gobierno, suponen «ratificar que las cuentas de este Ayuntamiento van bien» y que el remanente crezca sin incrementar la deuda. Un endeudamiento que se coloca en el entorno del 50% de los ingresos corrientes.
El de ayer fue el último pleno ordinario de un mandato que «ha tenido todo menos tranquilidad», por el covid y la invasión rusa de Ucrania. Estas palabras iniciales de Muñoz sonaban a una despedida de ciclo que ratificó el alcalde, Carlos Martínez, en una intervención final en la que habló «de cuatro años que no han sido fáciles» y en la que agradeció el «compromiso» de todos, especialmente en la pandemia. La concejala Marisa Muñoz, había tomado antes la palabra para despedirse, al no repetir en la lista de Podemos. Con el mismo espíritu de agradecimiento, «siempre nos quedará El Collado», aseguró.