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SOCIEDAD

Esto es lo que opinan los hosteleros de Soria sobre la imposición de las propinas

La posibilidad de que pueda establecerse como una obligación, a debate

Un camarero sirve una copa en un establecimiento del centro de la capital. GONZALO MONTESEGURO

Publicado por
I.LL.Y.
Soria

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Cada vez son más los clientes que utilizan tarjetas o aplicaciones del móvil para pagar en los establecimientos de hostelería, con la consiguiente paulatina desaparición del dinero en metálico. Esto ha provocado que se esté reduciendo la cantidad de propinas que dejan en bares y restaurantes, pero, a cambio, los hosteleros comienzan a valorar cada vez más las gratificaciones en forma de reseñas positivas en las páginas web y en las redes sociales. Es su mejor ventaja en estos momentos.

La posibilidad de que se establezcan las propinas como un porcentaje del total de la cuenta sobrevuela desde hace un tiempo en el país, y las opiniones son para todos los gustos. Los que están a favor argumentan que no ven mal el hecho de que los establecimientos sugieran un porcentaje de propina como se realiza en otros países de Europa y América; los más reacios manifiestan que, con esto, al final el cliente estaría pagándole el sueldo al camarero, independientemente de que le atienda bien o mal. 

Lo cierto es que a día de hoy no hay ninguna obligación legal que establezca que el consumidor tenga que dejar una propina, así como tampoco la hay que imponga un máximo o mínimo a pagar. Por ejemplo, en Estados Unidos una propina común suele rondar el 20% e, incluso, el 25% si el servicio ha sido muy gratificante. En cambio, si se optara por dejar un 10% o menos el local podría considerarlo una ofensa o como que el trato ha sido catastrófico, con las correspondientes consecuencias para el empleado.

Pablo Cabezón, presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Soria (Asohtur), sí constata que se está perdiendo la costumbre de dejar algo de propina con el uso de los pagos telemáticos, pero considera que no se debe imponer como excusa para subir el salario del camarero, dado que perjudicaría al cliente, puesto que lo vería aplicado en su cuenta a mayores. “La propina se deja si estás contento con el servicio, de modo que si estás obligado será un impuesto, ya no sería una propina”. 

Señala al respecto que el hostelero lo tendría que repercutir en el gasto del comensal pero no lo debería asumir de sus costes, porque entonces el perjudicado sería el propio empresario. Sin olvidar que el camarero debería tributar por ello: “El que lo tiene que tener claro es el trabajador que si se legisla deberá declarar esta ganancia”. 

E insiste en que “al final lo tendría que pagar el consumidor", pero añade: “¿Y por qué debería hacerlo si le han tratado mal y no se siente contento con el establecimiento ni con el camarero que le ha atendido?”. 

Desde el Mesón Tito de Vinuesa creen que sí se debería imponer, de la misma forma que se realiza en otros países europeos. “Tendría que ser un porcentaje de la cuenta, pero en España la gente no está acostumbrada. En Europa es una actitud cultural porque saben que no te van a decir nada si no dejas una propina, pero no está bien visto”. 

Sin embargo, desde El Aljibe de Medinaceli sostienen que tiene que mantenerse como algo voluntario: “Si ves que te han atendido bien y es justo que dejes propina, la dejas; de lo contrario, también es justo que no dejes si consideras que el servicio ha sido malo. Es sentido común y así el camarero se siente motivado para realizar bien su trabajo”. Además, pone de manifiesto que en otros países, como en Estados Unidos, les pagan parte de la nómina a los camareros de lo que obtienen de las propinas.

En esto mismo coinciden en el Restaurante Villa de Ólvega: “No se puede obligar a nadie a pagar por algo que no considera que se ha hecho bien. El que quiere dejar deja, independientemente de que pague con tarjeta. Porque todo el mundo lleva algún cambio en el bolsillo”. En lo que no está de acuerdo esta hostelera es en que si se está fomentando el pago telemático a los empresarios no les debería suponer un coste este servicio, como les está ocurriendo en la actualidad.