Los turistas no se olvidan la Lotería de Navidad antes de marcharse de Soria

«¿Y si cae aquí el Gordo de Navidad?». La campaña publicitaria de la Lotería de Navidad está dando sus frutos, aunque lo cierto es que Soria nunca la ha necesitado. «Julio fue un poco más flojo pero ahora en agosto en torno al 80% de los que entran a la administración son turistas que buscan llevarse un décimo de Soria», señala el responsable de la administración de lotería número 1, César Muñoz, quien reconoce que los días más fuertes son lunes y jueves, y sólo en la mañana del pasado lunes habían pasado unas 300 personas buscando la suerte. Por ahora, la afluencia de visitantes comprando lotería es similar a otros años, en una semana «muy animada», reconoce Rafael Serrano, de la número 6, tras comprobar un ascenso paulatino desde las fiestas de San Juan.

El fenómeno no es nuevo, todo el que veranea o pasa unos días en Soria quiere llevar un décimo, «la media son entre tres y cinco, aunque hay quien se lleva la serie», comenta el lotero de Claustrilla.

Los destinatarios son tanto familia como amigos, con quienes compartirán número y azar en esta ocasión.

Desde las administraciones recalcan que todos los que ahora mismo compran Lotería de Navidad son visitantes, «el autóctono dice que es muy pronto y que ya vendrá a por ella». Hay para todos.

Además, la generalidad opta por el número de la casa, «quieren uno que sea de Soria», sin duda algo típico de la provincia, además del torrezno y la mantequilla, que hasta el 22 de diciembre no caduca. «Hay quien pide alguna cifra, el 23 sobre todo por ser el del año, y luego las peticiones típicas del 13, 15, 69 o los 7, «eso no cambia», afirma desde la administración número 2 Carlos Iglesias, «pero por norma general quieren el que vendemos aquí», especifica.

El puente festivo fue un momento álgido de turistas, pero en las loterías ya notaron el alza a comienzos de agosto, con el aluvión de veraneantes. «Además de los lunes, los jueves son los días más fuertes», comenta Muñoz, y eso es por la celebración del mercado, que atrae a muchos de quienes descansan y disfrutan de las fiestas en los pueblos que se desplazan hasta la capital ese día.

Las administraciones de lotería se muestran satisfechas por el ritmo de la venta, aunque hay quien matiza que «julio fue más flojo que otros años», aunque no creen que la inflación tenga la culpa, porque precisamente en época de crisis la Lotería de Navidad siempre es vista como la última tabla de salvación y hay que comprar los remos, o décimos.

Hasta noviembre, coincidiendo con la presentación del esperado anuncio de Lotería de Navidad al que Loterías y Apuestas del Estado nos tiene acostumbrados, no se conocerá la consignación para este año, aunque todo hace indicar, como en otras ocasiones, que será la más alta de España por habitante. Los turistas tienen mucha culpa.