Heraldo-Diario de Soria

Adiós a la colocación flexible de terrazas en Soria al acabar el año

El Consistorio ratifica la vuelta tras el 31 diciembre a las condiciones de la Ordenanza vigente para «volver a la normalidad» y ultima los «flecos» de una nueva regulación

Público en las terrazas de la capital. MARIO TEJEDOR

Público en las terrazas de la capital. MARIO TEJEDORPicasa

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Las terrazas extendidas y las ubicaciones en sitios inusuales, básicamente franjas de aparcamientos, inician la cuenta atrás. El 31 de diciembre expiran las medidas de flexibilidad acordadas por el pleno en febrero de 2021, en una sesión que formalizó la permisión previa de 2020, a raíz de la pandemia. La hostelería fue uno de los sectores más afectados al depender su actividad de la socialización y para los ejercicios siguientes se prorrogó la medida. La última ampliación se acordó para 2023 y parece que no habrá más prórrogas. «La flexibilización se acaba a 31 de diciembre», confirmó la concejala de Comercio y Turismo, Yolanda Santos, quien reconoció que «tenemos que volver a la normalidad». Para 2023, el pleno dio el visto bueno a la prolongación el 23 de diciembre del ejercicio previo y ya entonces se señalaba la duración de un año. La intención queda ahora ratificada.

De esta manera, a la vuelta del 31 de diciembre los hosteleros tendrán que ajustarse a la Ordenanza que regía antes de que el covid lo trastocara todo. A la norma vigente, sin el agregado de las licencias extraordinarias. Los negocios regresarán a los emplazamientos y tamaños que tenían previamente.

El Consistorio sigue revisando la Ordenanza, con el objetivo de una puesta al día. Los matices están ya prácticamente cerrados, a falta de los «últimos flecos», explicó la concejala, y la redacción, que llevará un tiempo. Teniendo en cuenta los trámites que conlleva el cambio de una Ordenanza (más allá del texto inicial hay que contar con las alegaciones, muy probables en este caso, y su resolución, donde «todo se puede ver y estudiar»), la nueva norma no tomará automáticamente el relevo el 1 de enero.

Y tampoco asumirá previsiblemente de manera automática las innovaciones por el coronavirus y otras circunstancias. El tema «trascendental», la ubicación en aparcamientos, «según estamos trabajando, yo creo que no va a aparecer», expresó Santos.

Y es que la ocupación de una terraza en una franja de aparcamiento no es tanto una cuestión de regulación hostelera, sino de urbanismo. «No queremos hacer una norma sobre otra norma, que son los usos del suelo», explicó Santos. Este tipo de emplazamientos de calzada «cumplió su función» y no es posible señalar que ese lugar vaya a tener terrazas «para siempre». Tal vez pueda albergarlas en el futuro, por ampliación de aceras u otra circunstancia. Pero, de entrada, no, ya que «estamos cambiando el urbanismo por la terraza».

De manera práctica, el 1 de enero el sector, con el que el Ayuntamiento ha trabajado y trabaja las novedades, retornará a las condiciones previas a la pandemia y su regulación.

Además de las pérdidas ocasionadas por el covid y la facilidad para la recuperación de los negocios ante la merma de la clientela en interiores, en la ampliación de cara a 2023 se tuvo en cuenta otro hecho: la inflación. Explícitamente se mencionaron los gastos energéticos y el alza de las materias primas. Así que si la enfermedad y sus limitaciones necesarias fueron las causas iniciales, luego se atendió a la actualidad económica.

«Como las circunstancias ya no son las que eran, lo que queremos es cerrar eso, hay que terminarlo, no podemos estar eternamente» prorrogando la flexibilidad, aseguró la concejala. En cuanto a la nueva Ordenanza, se actualizarán los sitios de ubicación. En los próximos días habrá una reunión con los grupos políticos, mientras se van «terminando las reuniones con los hosteleros». De momento y para el final de año, se trata de «volver a la Ordenanza precovid».

La pandemia marcó a los hosteleros, no sólo por el cierre de actividad por el primer estado de alarma en marzo de 2020, sino también por las restricciones posteriores y las distancias de seguridad. Los veladores se constituyeron en un recurso esencial para permanecer en el mercado. El Ayuntamiento, recordó la concejala, dio el visto bueno a las solicitudes para acrecentar espacios que eran viables, algo que «costó muchísimo» desde el punto de vista técnico.

Esto tuvo su efecto en una amplia proliferación. Con motivo de la prórroga de 2023 se señaló un recuento de 170, con 500 veladores (mesa y cuatro sillas). El nivel habitual previo se colocaba en unas 80 terrazas. El plazo para 2023 suprimió únicamente una circunstancia de flexibilidad, al impedir para un mismo negocio la combinación de cerramiento estable y acotado no perdurable. Esto afectó a un mínimo de establecimientos (El Vergel y Ramón y Cajal).

El Ayuntamiento dejó además de cobrar la tasa por ocupación en 2020 y 2021. Al año siguiente, considerando un regreso paulatino a la normalidad, el pleno acordó el cobro del 50%. En el presente ejercicio los locales abonan ya la tasa de manera íntegra.

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