La capital
Uno de cada diez hogares en Soria lo forma una mujer sola de 65 o más años
Una tercera parte de las residencias está compuesta por una única persona
Una soledad creciente como tendencia general, que tiene su correlación en el elevado número de personas que viven sin nadie a su alrededor. Una tendencia que en el caso de la capital soriana afecta sobre todo a las mujeres mayores y que ha aumentado sensiblemente con el paso de los años. Sin que la situación signifique de manera automática ausencia de vínculos familiares o redes sociales, un buen número de mujeres de 65 o más años vive sola. En concreto, uno de cada diez hogares de Soria lo forma una mujer de ese amplio arco de edad y la evolución de los últimos años muestra cómo la cantidad se ha ido incrementando. Lo mismo sucede con los hombres, si bien el contraste entre unas y otros es llamativo, ya que hay muchos menos ocupando una vivienda en soledad. Desde el punto de vista porcentual ambos siguen la misma trayectoria.
El último recuento supone que hay 1.877 hogares con una mujer de 65 y más viviendo sola. Esto supone que algo más del 10% (en concreto, el 11,2%) se encuentra en este tipo de habitación, ya que la capital alberga 16.713 hogares. Las cifras proceden de la elaboración del último Censo de Población y Vivienda que, con datos de 2021, ha publicado recientemente el desglose más detallado de las características de los residentes.
El número de hombres en un hogar unipersonal es significativamente inferior: 627 varones mayores los ocupan. Esto se traduce en que las mujeres mayores que viven solas triplican a los hombres. Una proporción parecida a la que resultaba del Censo de Población y Viviendas precedente. Con las referencias de 2011, constaban entonces en la capital soriana 1.255 mujeres viviendo solas y 406 varones. En diez años sigue la realidad de que las mujeres triplican a los hombres como unidad del hogar. Las 1.255 mujeres de 2011 suponían casi el 8% de las situaciones, dado que había 15.965 hogares, según las conclusiones del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con independencia de la edad y sexo, un buen número de personas reside en una vivienda sin nadie más. Una tercera parte de las viviendas en las que se reside (en concreto, el 32,3%) acoge a un único vecino. Son 5.400 los hogares en esta situación que, lógicamente, abarca a una multitud de casos. De esas 5.400 unidades, 2.504 están ocupadas por personas de 65 y más años. Esto quiere decir que la vida en soledad supone el 46,3% en este segmento de edad de los hogares unipersonales. Si se tiene en cuenta el global de las viviendas, 16.713, resulta que el 15% está compuesta por mayores solas y solos. En el Censo de 2011 los mayores sin compañía en la casa representaban un 10%, de manera que en diez años han crecido en cinco puntos.
El 32,3% de los hogares que son únicamente de una persona, según refleja el Censo de 2021, se traduce en el desenlace por ahora de una tendencia creciente a ello, ya que en 2011 la proporción era del 26,5%. En estos diez años, en cifras, han crecido en 1.167.
El número de mujeres mayores con la casa sin otro familiar o residente se ha multiplicado entre un recuento y otro. Las 1.877 que constan en la actualidad tenían a 1.255 en la misma situación en 2011. El alza de 622 personas arroja una elevación porcentual de nada menos que prácticamente el 50%. En el caso de los hombres, el escalón en una década es aún mayor, con un 54%. Pero su cantidad es bastante inferior. En 2011 el Censo reflejaba 406 y 627 una década después.
Por debajo de los 65 años, la indagación del Censo de Población y Viviendas apenas registra cambios en las mujeres que optan por vivir solas. Había 1.479 en 2011 y la última cifra refleja 1.450. En cambio, se ha producido un vuelco en los varones. De 1.093 que figuraban en 2011, ahora aparecen 1.446. Una gran diferencia en diez años. Con 1.450 mujeres y 1.446 hombres, se puede decir que ambos sexos se equiparan en esta situación, cuando antes eran sobre todo las mujeres quienes lideraban la preferencia o necesidad de vivir en soledad entre la población activa.
El Censo de Población y Viviendas realiza además un detallado desglose de los restantes estados familiares, particularmente en lo referido a la residencia con hijo. Llama la atención la importante caída que se ha registrado en la cifra de parejas que viven con algún hijo menor de 25 años. En una década se ha producido una caída de más de un millar: 4.322 frente a 3.204. Aumentan, en cambio, los hogares compuestos por la pareja que vive con todos sus hijos mayores de 25. No es un alza espectacular, ya que se pasa de 966 a 1.024.
Las parejas sin hijos se apuntan a las caídas. El último Censo refleja 2.531 en la capital. Diez años antes eran 3.038. Una disminución de más de 500. Y de 1.025 hogares en los que un único progenitor vivía con algún hijo menor de 25 años se ha pasado a 1.844. Una fuerte subida que no refleja si el progenitor es hombre o mujer, a diferencia de lo que pasaba en 2011, con una abrumadora mayoría de mujeres (895 frente a 130). La referencia ‘otro tipo de hogares’ supera ahora el millar (antes 834).