Sordo critica la fiscalidad diferenciada y apuesta por «infraestructuras y servicios»

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, se mostró ayer crítico con la fiscalidad diferenciada y apostó claramente por las infraestructuras y los servicios para fomentar el desarrollo en la denominada España vaciada. «La experiencia histórica de pensar que por establecer zonas con un nivel impositivo más bajo se va a atraer a empresas nunca ha dado buenos resultados y acaba deteriorando las cuentas públicas», indicó Sordo, ayer en el Casino, donde presentó su primer libro de ficción. 

De lo que se trata, dijo el responsable sindical, es de aprovechar fondos de Recuperación europeos tener en cuenta la situaciones de zonas particularmente despobladas como es Soria. «Todo lo que sean políticas de desarrollo sectorial, industrial, de condicionar las decisiones estratégicas de las empresas a través de fondos públicos, nos parece bien, y cualquier ayuda pública en ese terreno tiene que revertir sobre los trabajadores», añadió, «pero el concepto de fiscalidad diferenciada es un eufemismo para decir que se reduzcan las cotizaciones sociales a las empresas, cuando creo que ninguna empresa va a invertir en un territorio porque le reduzcan el 50% la cotización si luego no hay un entorno que facilite la actividad productiva». 

En ese sentido, afirmó que lo que se necesitan son infraestructuras, servicios públicos, digitalización de todo el país y «condicionar las decisiones de las empresas con los fondos públicos que ahora existen en mayor cuantía que nunca, que se promueva la inversión de las empresas porque el Estado dispone de miles de millones». Alertó sobre la competencia de los territorios en desfiscalización, porque «reducir los impuestos en territorios despoblados es abrir la puerta a que los grandes núcleos vayan a una política de desfiscalización, como hace el Gobierno Madrid. Contra esto es con lo que hay que rebelarse», insistió.

Sordo presentó en el Casino su libro Cuentos de Oficio, escrito durante la pandemia, como «un hobby», con historias de ficción inventadas, algunas con temáticas relacionadas con los trabajadores o las enfermedades profesionales, con el maltrato, una dimensión social en general «pero no en código sindical», apuntó el sindicalista, quien reconoció el «honor de estar en un sitio tan literario».