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PSOE y PP se posicionan contra la violencia de género y Vox se abstiene

«Somos tan ambiciosas que queremos que no haya más asesinadas», expone Gonzalo en un tenso pleno que se adhiere a la declaración de la FEMP que no pudo ser institucional

Pleno del Ayuntamiento. - MARIO TEJEDOR

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Soria

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Con la llegada de Vox al Ayuntamiento han disminuido los consensos básicos. Si en el pleno precedente su abstención impidió una declaración institucional en respaldo de sufrientes, la población civil palestina e israelí en la guerra de Gaza, ayer no prosperó por el mismo motivo la unidad contra la violencia de género. Al menos, en esta sesión se supo la postura de Vox, cosa imposible de averiguar, por no haberla expresado, en la de octubre. Algo conocido como ‘violencia de género’ es tabú para Vox, que habla de ‘violencia intrafamiliar’ y encuentra en ello nuevas sugerencias. Como en octubre y con Gaza, la que podría haber sido una declaración institucional tuvo que tramitarse como moción del PSOE por falta de unanimidad en la Junta de Portavoces. E igual que entonces, el PP se sumó a ella y Vox se abstuvo. El sospechoso texto para Vox no era otro que el de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de cara al 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta entidad parece no estar al tanto de innovaciones conceptuales y en su propuesta para las instituciones habla en diez ocasiones de ‘violencia de género’, menciones incluidas al Pacto de Estado de 2017.

El PP zanjó rápidamente el tema y expresó su opinión con una «respuesta clara y concisa». La concejala María Madurga refirió el «compromiso inquebrantable e incuestionable» de su grupo «en la lucha contra la violencia de género». Y es que «hay cosas que deberían estar por encima de la política, de la ideología». Más allá de las abultadas estadísticas de asesinadas (más de medio centenar en lo que va de año en España), «son vidas» y no «números». Y hay muchas muertas y «así año tras año». En este sentido, «estamos fallando como sociedad» y es preciso «no mirar hacia otro lado». Madurga animó a «asumir nuestra responsabilidad como políticos».

Con esta contundente manifestación acabó prácticamente todo lo que tenía que decir el PP y, de manera previsible, fueron PSOE y Vox los que llevaron al pleno a una tensa sesión. Entre la postura ideológica de Vox y la pasión de la concejala de Igualdad, Gloria Gonzalo, cuando habla sobre el tema, estaba claro que no iba a ser un mero intercambio de exposiciones.

La mujer «sufre más» la violencia, admitió el concejal de Vox Fernando Castillo, quien reconoció una «lacra social». Pero hay que «analizar a la hora de invertir dinero público cuáles son las verdaderas causas» de las agresiones. Entre ellas, «perfiles de los problemas propios de la pareja», como infidelidades, las drogas, la salud mental, el «matiz cultural dentro de la serie de personas que vienen de otros países» y «claro», el «machismo».

La FEMP considera el asesinato, como la «máxima expresión del machismo» y a lo largo del texto utiliza los términos ‘violencia machista’ como sinónimo de ‘de género’ en tres ocasiones. La atribución al machismo del origen de la violencia pareció configurarse como el gran reparo de Vox, al tiempo que metía en el mismo saco de agresores o potenciales a divorciados, drogadictos, enfermos mentales, inmigrantes y otros. Unas implicaciones que no pasó por alto Gloria Gonzalo. «Sus ideas racistas y machistas son contrarias a la democracia», expresó la concejala de Igualdad. En unos casos, se mira al extranjero, en otros, al pobre, a veces al enfermo, más allá al adicto («no hay sustancia que obligue a pegar») y a la propia mujer con la infidelidad que Castillo había incluido en la relación, «dando el argumento de que algo habrá hecho». La violencia de género es «uno de los mayores desafíos que tenemos como país», expuso la concejala. «La igualdad es un asunto de hombres y mujeres» y «el feminismo también es para ellos». Para Gonzalo, Vox aprovechó su discurso para «meter a todos los colectivos de los que abomina». Si bien se congratuló de la clara explicación del PP («sinceramente, gracias») avisó de sus pactos de gobierno. «Ojalá vuestra ruptura con Vox», deseó.

Gonzalo había dicho que la de Vox es una «ideología contra las mujeres» y esto no debió de gustarle a Castillo. «No se lo creen, pero Vox es el partido que más defiende a las mujeres», aseguró el edil, apelando a medidas que propone, como el «endurecimiento de penas». Pero esto son «medidas cuando ya nos hayan asesinado», matizó Gonzalo. Las mujeres «nos queremos libres y vivas» y «somos tan ambiciosas que queremos que no haya más asesinadas».

El pleno debatió una segunda moción, en este caso de Vox, relativa a la implantación de un plan estratégico de subvenciones. Las del Ayuntamiento no están «ajustadas al procedimiento exigible», declaró Castillo. Al texto, con el respaldo de PP, se opuso el PSOE, considerando que ya está en ello.

La ausencia del plan destapó embarazosas situaciones para la administración local soriana. Al parecer, desde la Ley de noviembre de 2013 que lo impone, ni el Consistorio, ni la Diputación, ni la mayoría (beneficio de la duda por no decir la totalidad) de municipios subvencionadores, incluido El Burgo de Osma, lo tienen. Lo refirió el portavoz del PSOE, Javier Muñoz. De cara a la elaboración del presupuesto de 2024 los departamentos están advertidos de hacer constar las ayudas de su competencia de cara al plan. El Consejo de Cuentas ya avisó en primavera de que faltaba.

El Ayuntamiento tiene una larga lista para asociaciones y actividades de todo tipo: deportivas, culturales, sociales, de vecinos o del tercer sector en materia de servicios sociales. Unas se conceden en concurrencia y otras son nominativas. El asunto iba sobre procedimiento y no sobre la labor que desempeñan las entidades. Pero por alguna razón Castillo habló de «reducir al mínimo» las nominativas del tercer sector.