La soriana Paula del Río, nominada a los Premios Mies Van der Rohe

La joven soriana Paula del Río ha sido nominada a los Premios Mies Van der Rohe 2024 por la obra ‘Plaza y Oficina de Turismo de Piódão’, en Portugal. Su estudio, Branco del Río arquitectos que dirige junto con el portugués João Branco, ha sido reconocido ya por otra decena de trabajos, pero es la primera vez que es nominado a los que son los galardones de arquitectura más importantes de Europa y por una pequeña intervención que ha permitido dignificar la vida de este pueblo.

Paula, sorprendida y agradecida por la nominación, reconoce además que es «una oportunidad fantástica para dar visibilidad» a los proyectos de su estudio. Asegura que «es muy gratificante porque la arquitectura también está hecha de cosas pequeñas y sensibles como lo demuestra este trabajo que con poco se pueden obtener grandes resultados».

Explica que el proyecto lo plantearon desde el principio «para que fuera muy participativo porque necesitaban implicar a los vecinos, que fuera algo importante para ellos y no lo rechazaran». Y es que este trabajo en la plaza del pueblo donde antes se limitaba a ser un aparcamiento ha servido para mejorar su día a día porque en la actualidad es un lugar de encuentro y ha ganado en imagen, con lo que permitirá atraer a más turismo.

Cabe señalar que el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea-Premio Mies van der Rohe es un galardón que se otorga cada dos años por la Unión Europea y la Fundación Mies van der Rohe para reconocer y premiar la producción arquitectónica de calidad en Europa. Para la edición de 2024 han sido seleccionadas un total de 362 obras destacadas realizadas en 38 países europeos diferentes. Y la de Paula es una de ellas.

A principios del año que viene el jurado elegirá los 40 más destacados y conocerá de primera mano a los finalistas con entrevistas con los arquitectos, sus equipos y los clientes del proyecto. Los ganadores se darán a conocer en abril y la ceremonia de entrega de premios tendrá lugar en mayo de 2024.

El proyecto ‘Plaza y Oficina de Turismo de Piódão’ rehabilita y reconfigura una plaza y el edificio de la oficina de turismo de la localidad, transformando un espacio que se utilizaba hasta ahora como aparcamiento en una zona abierta como salón de reunión del pueblo, favoreciendo el intercambio y la interacción social. Se trataba de «la única zona llana y abierta del empinado pueblo de Piódão», ubicado en la Serra do Açor, en el centro de Portugal y ahora «ha recuperado su dignidad de vestíbulo acogedor y lugar de reunión», explica Paula. Porque lo que antes era un aparcamiento ha sido rediseñado, pavimentado y parcialmente sombreado utilizando materiales y técnicas tradicionales. Un espacio que se ha devuelto a su gente «siguiendo su cultura material y constructiva».

Y es que la plaza Cónego Manuel Fernandes Nogueira es el único espacio abierto, llano y despejado que sirve como principal acceso al pueblo. A lo largo de los años había sido ocupado por coches como aparcamiento.

Los materiales y soluciones constructivas utilizadas tanto en el edificio de la oficina de turismo como en la plaza procedían del lugar. «Hay, por tanto, una cierta sensación de que no se hizo nada, de que siempre ha sido como está. Con el objetivo principal de sacar los coches y devolver el espacio a las personas, se libró el espacio de obstáculos y se recalificaron y redefinieron sus límites».

En primer lugar, una retícula de cerezos, en la entrada, cambia la secuencia de llegada. Tras el primer descubrimiento del pueblo, realizado en coche, a lo lejos, en el que se reconoce su asentamiento paisajístico, los árboles posponen el segundo orden de comprensión del conjunto: la apariencia de la elevación del pueblo desde su base. Este filtro vegetal también protege y retira la plaza de la calzada, impidiendo el paso de los coches.

En segundo lugar, el nuevo pavimento de la plaza construido en esquisto sin desniveles ni bordillos, refuerza el nuevo carácter peatonal y garantiza la accesibilidad universal. La complejidad formal del espacio, carente de direccionalidad, se aborda con la introducción de un gran círculo central, en el eje de la iglesia, que circunscribe el busto y los árboles existentes.

En torno a esta nueva centralidad suave se ordenan los diferentes elementos que componen la plaza: la fachada de la iglesia y los cimientos de piedra sobre los que descansa, la oficina de turismo y las pequeñas casas con restaurantes y cafeterías.

La intervención, tanto en el interior como en el exterior de la oficina de turismo, tuvo como objetivo limpiar y aclarar el edificio existente, eliminando elementos y añadidos. Una nueva nave protege los accesos al edificio y contribuye a una imagen unitaria del conjunto.

«La actitud del proyecto fue actuar en silencio», indica la arquitecta soriana. Se conservaron los árboles existentes, la estatua y el alumbrado público. El nuevo pavimento se construyó con el mismo material y técnica que todo el pueblo, el esquisto, siguiendo una tradición dominada por los constructores locales. Y los árboles plantados, a la entrada de la plaza, son cerezos autóctonos.

Los dos porches, en los accesos a la oficina de turismo y a los aseos públicos, se construyeron con una delicada estructura de columnas metálicas y vigas de madera, y se cubrieron con losas de pizarra, al igual que todos los tejados del pueblo.

«El enfoque de diseño general tiene como objetivo contribuir a un acuerdo donde sea difícil captar lo que es nuevo y lo viejo, evitando dañar la conexión de los locales con el lugar. Se establece una conexión entre la sostenibilidad cultural y material, que se espera contribuya al asentamiento de nuevos habitantes en este interior tan apartado del país», indica Paula.