Iglesia
El obispo de Osma-Soria se reúne con el Papa para retomar la causa de Sor María de Jesús
Una delegación del grupo de trabajo mantendrá audiencia en el Vaticano el jueves a las 10.00 horas y habrá conferencias en torno a la ‘Venerable’ hasta el 18 de noviembre
El obispo de la Diócesis de Osma-Soria, Abilio Martínez, se reunirá con el Papa Francisco el próximo 16 de noviembre para retomar la causa de Sor María de Jesús de Ágreda en su camino a la beatificación. Una delegación de más de 60 personas del grupo de trabajo de la causa de ‘la Venerable’, entre las que se incluye la madre superiora Vianney del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, donde fue abadesa Madre Ágreda, como también se le conocía a Sor María de Jesús, y donde se encuentra su sepulcro. El convento alberga también el Museo Sor María Jesús de Ágreda en su honor.
Desde el 16 al 18 de noviembre Roma acoge un congreso en torno a su figura con el propósito de dar por fin continuación al proceso de beatificación de ‘la Venerable’, y una de las figuras espirituales más destacadas de la España del siglo XVII. Además, se va a estrenar el documental ‘La aguja y el hilo’ del director Víctor Mancilla, algo que estaba pendiente desde mayo de 2020 y que se pospuso por la pandemia del coronavirus.
El obispo acudirá al Vaticano el jueves 16 de noviembre y se quedará hasta el 17, aunque las jornadas sobre Sor María de Jesús continuarán hasta el sábado. Habrá conferencias y charlas que serán impartidas por expertos en la materia. El Papa Francisco les recibirá en audiencia el mismo jueves a las 10.00 horas, según informan a este periódico fuentes de la Diócesis de Osma-Soria.
Abilio Martínez puso de manifiesto que espera que el Vaticano se vuelque esta vez con la causa y se reabra su proceso de beatificación de la agredeña, considerada por los católicos como una de las más grandes místicas de la historia de la Iglesia católica. Gran defensora de la Inmaculada Concepción de la Virgen, continuó la corriente escotista iniciada por el teólogo y filósofo franciscano Juan Duns Escoto. Mantuvo una abundante relación epistolar con el rey Felipe IV durante más de veinte años. De continuar con la beatificación, después tocaría canonizarla como santa.
Es famosa por atribuirse fenómenos externos, sobre todo sus ‘apariciones’ en Nuevo México y Texas, donde evangelizaba y enviaba a los indios a pedir el bautismo a los misioneros franciscanos. La Inquisición tomó cartas en el asunto en 1635 e hizo un proceso formal sobre el mismo (1649-50) con resultado favorable para la monja. En 1673 se inició su proceso de beatificación, llegando a ser declarada venerable por Clemente X.
En los procedimientos oficiales de la Iglesia hay tres pasos a la santidad: un candidato se convierte en venerable, luego beato y después santo. Venerable es el título dado a una persona fallecida que el Papa reconoce formalmente que ha vivido una vida heroicamente virtuosa. Es la congregación para las Causas de los Santos la que estudia el documento y determina si puede llegar en el futuro a ser canonizada.
La Santa Sede recibe los testimonios de personas que conocieron a la persona que se pretende canonizar, así como analizar sus escritos en vida. El relator deberá dictaminar en un documento si esa personalidad puede llegar a ser santo. En caso de que el relator dé luz verde, corresponde al Papa aprobar para dictar el Decreto de Heroicidad de Virtudes. La siguiente fase es de las más complejas, ya que para ser beatificado, es necesario demostrar la realización de un milagro gracias a su intercesión. Un proceso largo que ha de ser analizado por la Diócesis donde tuvo lugar el supuesto milagro, y donde además conviven los testigos. Por un lado, suelen ser hechos que los científicos no logran justificar a través de la ciencia. Por otro lado, se estudia la intercesión del venerable en la realización de ese hecho.
La Congregación para las Causas de los Santos será quien decrete si se puede considerar un milagro el hecho concreto. De serlo, el prefecto de la Congregación ordena la confección del decreto correspondiente para ser sometido a la aprobación del Papa para ser beatificado y determinar la fecha de la ceremonia litúrgica.
Una vez beatificado, falta el último paso para ser canonizado, siendo para ello requisito imprescindible acreditar un segundo milagro, que ha de producirse una vez que se haya celebrado la beatificación, no antes. Para examinarlo esta congregación sigue los mismos pasos del primer milagro, siendo el Papa el encargado de su aprobación.