Sociedad
Soria, acogedora de refugiados, cuenta con 328 plazas para solicitantes de protección internacional
«Hemos empezado una vida nueva en El Burgo, un sitio muy tranquilo que es como una familia», afirma Gana, que huyó de la guerra en Jarkov con su hija hace un año y medio
Soria, provincia acogedora, es lugar de paso de muchos solicitantes de protección internacional que buscan un futuro mejor lejos de sus países de origen, de donde tuvieron que huir por las guerras, las persecuciones, las dificultades económicas y muchas otras razones que les obligan a dejar atrás sus raíces y aventurarse a una vida nueva.
Muchos pasan de largo pero otros también se quedan, como la familia de Gana, ucraniana de 39 años, que hace año y medio huyó de Jarkov con su hija, de 11, y ahora vive «feliz» en El Burgo de Osma, tras pasar por el programa de Protección Internacional y la acogida temporal de la mano de Cruz Roja.
«Hemos empezado una vida nueva en El Burgo, un sitio muy tranquilo que es como una familia», reconoce Gana.
Ese es precisamente el principal atractivo de una provincia como Soria para los solicitantes de asilo, aunque también el inconveniente mayor para aquellos que prefieren una gran ciudad. Muchos de los que llegaron a la vez que Gana se han marchado, algunos de vuelta a Ucrania, otros «querían vivir en ciudades más grandes», apunta. Quedarse a veces se hace complicado por el trabajo, la vivienda y por supuesto el idioma.
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Para dar respuesta a la llegada constante de solicitantes de asilo, en la provincia existen 328 plazas para acogerles dentro del programa de Protección Internacional. «Siempre hay flujo, unos dejan el programa, otros se incorporan», aseguran desde Cruz Roja, una de las tres entidades que se encargan del programa.
Junto a Cruz Roja, trabajan en Soria Fundación Cepaim y Apip-Acam. Entre las tres gestionan las 328 plazas, principalmente en pisos, también en albergues, como el de El Burgo de Osma, con capacidad para una veintena de personas.
Reconocen que los casos de arraigo en Soria son menos de los deseados, pero existen. Como el caso de Gana, que es titulada en Economía –en Jarkov trabajaba en un banco– y su objetivo es convalidarlo en España para evolucionar en el ámbito laboral. «Fue fácil encontrar trabajo, en un restaurante, y me gusta. Estoy muy bien con mi jefe y con los compañeros que son muy simpáticos y amables, pero también quiero encontrar algo mejor», explica en un castellano fluido aunque, como ella misma dice, que tiene que mejorar también.
Cruz Roja cuenta en Soria capital con seis dispositivos para usuarios de Protección Internacional, todos ellos en acogida temporal. El 22 de marzo de 2022 se firmó un convenio con el Ayuntamiento para la cesión de dos pisos de propiedad municipal para alojar a 14 usuarios de nacionalidad ucraniana y desde el comienzo de este 2023, para usuarios de cualquier otra nacionalidad que sean solicitantes de protección internacional o beneficiarios de protección internacional o temporal
Los otros cuatro pisos que Cruz Roja tienen para solicitantes de asilo tienen una capacidad de 21 plazas, uno de ellos cedido por la Diputación Provincial. Asimismo, en El Burgo de Osma, Cruz Roja firmó un contrato con el Ayuntamiento para el alquiler del albergue municipal y poder acoger a 20 usuarios beneficiarios desde el 1 de enero de 2023. Anteriormente había sido centro de emergencia y primera acogida para personas ucranianas.
De este modo, el total de plazas de la provincia son 55 plazas de acogida temporal que suelen estar ocupadas al cien por cien por personas llegadas de distintos países como Ucrania, Venezuela, Colombia, Perú, Irak...
En el caso de Cepaim, cuenta con 58 plazas en Soria, según informaron desde la fundación. Asimismo, Apip-Acam es la que cuenta con más recursos, concretamente 215 distribuidas principalmente en la capital, con 150, y en la localidad de Abejar, con 65, ocupadas en su mayoría. Pisos que permiten vivir a familias procedentes de Siria, Ucrania, Colombia, Venezuela... Además de personas llegadas desde África, sobre todo Sudán, Mali o Kenia.
Estos recursos se destinan a la acogida temporal, una fase que pretende cubrir las necesidades básicas de la persona destinataria y ayudarla en la adquisición de las habilidades para facilitar una vida independiente después.
El tiempo estimado en este recurso para personas ucranianas y que tengan reconocida la protección temporal es de seis meses, prorrogables en caso de necesidad otros seis más. Hasta un máximo de 18 meses, que consta todo el itinerario.
Finalizada esta acogida, se incorporan a una fase de preparación para la autonomía, durante la cual requieren seguir recibiendo apoyo. Pasados los 18 meses, salen del programa.
Así se encuentran ya Gana y su hija Diana, que ingresaron en primera acogida en junio de 2022 y pasaron a la segunda a finales de ese año. Desde abril de 2023 están fuera del programa pero arraigadas en El Burgo de Osma.
De hecho, han aumentado la familia ya que el padre de Gana, que se quedó solo tras fallecer su mujer, se ha reencontrado con su hija y su nieta en la villa burgense. «Mi padre está empezando con el curso de español», explica Gana, consciente de la importancia de aprender el idioma para integrarse y avanzar.
La integración no siempre es fácil, y el ejemplo es su propia hija que en un principio no quería ir al colegio, «pero este año ya va contenta, tiene nuevos amigos y después de una excursión al campo ya está más feliz en el colegio», apunta su madre. El hecho de que El Burgo sea un municipio «muy tranquilo» y de pequeñas dimensiones les permite vivir con tranquilidad: «No me preocupo cuando mi hija sale de casa porque aquí nos conocemos todos».
Además, Gana confiesa que están «a gusto», y que en Soria han encontrado «amigos y cariño». «Tengo mis amigas y aquí estoy muy feliz», concluye, agradeciendo «mucho» la ayuda de Cruz Roja.