La tasa de riesgo de pobreza infantil en Soria se coloca en el 23,5%

El arrastre de la crisis financiera y las consecuencias de la pandemia se han hecho sentir en las condiciones de vida de muchas familias. Un aumento de necesidades que el Ayuntamiento de la capital confirma año a año con concesiones crecientes de ayudas en unos casos y en otros con apoyos que no disminuyen. Muchos hogares están en riesgo de pobreza y desde el punto de vista de las familias con hijos o menores a su cargo, las dificultades se acrecientan.

La capital soriana ha experimentado un alivio en esta referencia y, aunque las cifras no son tan elevadas como a nivel nacional, los porcentajes llaman a la reflexión. Y es que hasta un 23,5% de los menores de 18 años se encuentra vinculado con situaciones potencialmente de pobreza. La acción social y la mejora de las condiciones económicas tienen que combinarse en pos de un alivio de una conclusión que se refiere a personas.

Los umbrales de riesgo de escasez tienen que ver, estadísticamente, con la renta de la unidad familiar. En el caso de los menores se refiere a aquellos que viven en hogares con ingresos equivalentes que están por debajo de un determinado nivel. De manera general, el 60% de la mediana de ingresos equivalentes. El 23,5% es el último dato disponible y corresponde a 2021. Aunque la marca de la necesidad depende del número de personas que componen la unidad familiar, puede decirse a título orientativo que en aquel año el umbral se situaba en 20.024 euros anuales en un hogar compuesto por dos adultos y dos menores de 14 años. En un hogar unipersonal, se colocaba en 9.535.

La referencia de la capital mejora sensiblemente las condiciones que se advierten a nivel nacional. La media de España sobre riesgo de pobreza infantil es del 30%. Hay que tener en cuenta que las mediciones tienen que ver con una tasa de riesgo moderado en ambos casos. La evolución soriana muestra una tendencia a la reducción, de manera que en la actualidad la magnitud se coloca en un puesto parecido al de 2019 (tras años de caída). Parecido, pero no idéntico, ya que los efectos de la pandemia, con sus limitaciones y complicaciones en el empleo, no se han superado por poco. El promedio de la ciudad es ahora una décima superior que en el año previo al coronavirus. Tampoco hay que perder de vista las variaciones poblacionales.

El 23,5% de la última entrada es la media de los tres distritos en que se divide la ciudad. Desde la perspectiva zonal, la distribución de la pobreza potencial tiene en el centro, el Calaverón y el Norte su espacio más acusado. Aquí el porcentaje medio asciende al 28,6%, por debajo en todo caso del nacional, pero la reseña más abultada. Los datos municipales recogidos sobre la base del Comisionado nacional en la materia revelan una mejora paulatina, lejos además del abultado 33% al que se elevó la tasa en 2020. La pandemia hizo sentir sus ahogos y escollos de una manera general en toda la ciudad, pero particularmente en este área cuyas rentas tienen menos alcance.

La zona con una situación relativamente menos comprometida (teniendo en cuenta de lo que se habla) es la oriental de la ciudad. El cerro Castejón, San Pedro y la Universidad componen este distrito donde el riesgo de pobreza infantil alcanza al 19,8% de los menores, con una reducción desde el 20,5% de 2020. En un punto intermedio, con el 22,1% se sitúa el occidente de la ciudad desde la Dehesa a la avenida de Valladolid, La Barriada, San Andrés y la expansión de Soria. Una amplia zona donde la referencia alcanzó al 24% en el año en el que la pandemia surgió y golpeó con más fuerza. En todo caso, las cifras no ofrecen una 'foto fija', ya que hay que considerar los movimientos de la población y la evolución en la composición de los hogares.

Los umbrales se definen a partir de la renta disponible equivalente, precisada como la que el hogar recibe tras impuestos y transferencias. Esto depende del tamaño de la unidad familiar. La pobreza relativa suele establecerse a efectos estadísticos por debajo del 60% de la mediana de ingresos equivalentes.

El Plan de Infancia y Adolescencia del Ayuntamiento, cuya base fue una amplia encuesta entre el colectivo de la ciudad, tiene muy en cuenta la lucha contra la pobreza infantil, punto en el que se aliena con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Dentro del área de servicios sociales del documento se reseña de manera explícita la ‘Lucha contra la pobreza y las desigualdades de acceso’. Un apartado cuyos fines pasan por «proteger a la infancia más vulnerable, garantizando la correcta difusión de los recursos disponibles para ello en la ciudad» y «facilitar recursos a familias con menores que tienen alguna carencia o se encuentran en situación de riesgo, eliminando barreras económicas».

De manera concreta, el Ayuntamiento apuesta por un protocolo de protección y atención a la infancia más vulnerable y el mantenimiento de las líneas de ayuda, incluidas las de guardería y urgentes en caso de necesidades perentorias.

El Plan se compromete a «medidas de apoyo» en el sentido de becas o más ayudas «para garantizar la igualdad de acceso a la oferta de recursos disponibles para los niños y las niñas de Soria» y a difundir sus acciones de manera que sean conocidas y participadas, «superando barreras culturales y económicas que puedan existir».

El Ayuntamiento de Soria, que mantiene una línea de subvenciones para ONGs y sus proyectos de cooperación internacional, se fija también en este plano y pone el acento en aquellos programas vinculados a la infancia. Estos, en búsqueda del aumento de la calidad de vida de sus destinatarios, los considera una «prioridad». También se compromete a acciones de sensibilización. Soria renovó recientemente la calificación de Ciudad Amiga de la Infancia que otorga Unicef, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, como reconocimiento de sus políticas hacia el colectivo.