El tiempo medio de pago a los proveedores escala dos días, hasta 16

El tiempo medio en el que el Ayuntamiento paga a los proveedores escaló ligeramente durante el año pasado, hasta situarse en 16 como media del ejercicio. El resultado se coloca dentro del arco dela evolución de los últimos años y no supone alteración de la norma legal de los 30 días en los que las administraciones tienen que satisfacer las facturas. Lejos quedan los tiempos de grandes demoras y ni siquiera durante la pandemia del coronavirus se sobrepasaron los topes. Y es que el Ayuntamiento apostó por agilizar y facilitar la liquidez de las empresas.

Los comienzos de año suelen ser complicados en esta estadística y enero cumplió la probabilidad. Fueron 20 las jornadas medias, aunque no fue la marca más elevada. Esta se registró en octubre, cuando las reclamaciones se dieron por satisfechas en 23 días. Los dos siguientes meses se colocaron igualmente en el entorno de las 20 jornadas, según la estadística municipal al respecto. Por otra parte, las 23 que señaló octubre fueron una marca que no se repetía desde junio de 2018. En aquel año hubo además tres meses que subieron por encima de los 30 días legales. El más considerable, octubre, con 38.

En el otro extremo, la agilidad, se encontraron febrero y agosto, que con 11 días se situaron en umbrales similares a los mismos meses del ejercicio precedente.

En 2022, el Ayuntamiento conoció también un comienzo ‘complicado’ en comparación, con 19 días para liberar las obligaciones. De hecho, fue el umbral más elevado de los doce meses, entre los que destacaron por su agilidad marzo y diciembre, con nueve.

El pago a proveedores es una referencia que mide el tiempo en el que tarda la administración en abonar los servicios de las empresas, una vez que estas han entregado la reclamación. En la actualidad, se computan 30 días, después de la modificación de los criterios que señalaban un primer tiempo de 30 días para se examinara la reclamación y otro de la misma duración para abonar la deuda. Esto hacía que los datos finales de las administraciones quedaran un tanto ‘camuflados’, en la medida en que a la cifra en positivo que marcaba, había que agregarle los 30 días precedentes. Por el contrario, cuando la cantidad se señalaba en la estadística en negativo había que entender que era el resultado de restarle 30. Una vez que se modificaron los criterios contables, en 2018, las cantidades se ajustaron más a la realidad (los 30 días de entrada y salida) y esto hizo que ciudades como Soria pasaran de golpe a no cumplir con los requisitos. Nada que ver, sin embargo, con los tiempos de la crisis financiera, cuando las complicaciones llegaron al extremo de que el Ayuntamiento de la capital abonara sus facturas en cerca de cien días. Desde el otoño de 2014 Soria se encuentra, prácticamente mes a mes, al día en la satisfacción de las cuentas de las empresas.