El embalse de la Cuerda del Pozo, 'el Pantano' para miles de sorianos, es más que una reserva de agua. Alberga mucha vida en sus orillas con corzos, ciervos, jabalíes e incluso las vacas de ganadería extensiva que echan un trago. También en superficie hay numerosos animales que van desde los somormujos hasta los 'novedosos' flamencos avistados por primera vez en 2023. Pero es dentro de sus aguas donde se encuentran las mayores colonias, las de peces -y cangrejos- que desarrollan allí su ciclo vital.
Algunas de ellas resultan atractivas para la pesca deportiva e incluso tiene cierto valor culinario no siempre apreciado. Otras simplemente sirven de pez pasto o han asentado sus colonias. Y es que la mayoría de los peces del embalse de Cuerda del Pozo son invasores. Las tremendas truchas que pescaron los abuelos entre la puesta en servicio de la presa y la introducción de ciertas especies son ya una rareza.
Estas son las 6 las especies de peces más frecuentes en el Pantano:
Carpa
Carpa común (Cyprinus carpio). Otro ciprinido de gran tamaño. Llleva siglos en España pero se considera invasora y exótica. 'Pasta' por el fondo y consume bastante alimento, por lo que a pesar de ser 'viaje conocida' se considera que su presencia afecta gravemente a las especies autóctonas. En Cuerda del Pozo hay ejemplares de las denominadas 'carpas de espejos', que presentan unas escamas de gran tamaño que les dan un singular aspecto. No se suelen comer aunque no son tóxicas. Han protagonizado varios episodios de alta mortandad en las aguas del Pantano de Soria. El estudio les daba una presencia del 5% entre las especies del embalse.
Alburno
Alburno (Alburnus alburnus): Es un pez pequeño, que sólo en casos excepcionales podría llegar al palmo de longitud pero que por lo general ronda los 10 ó 12 centímetros. De color plateado, cunde mucho también aguas abajo y en el Soto Playa de Soria es muy frecuente ver las ondas cuando se ceba. Su valor para la pesca es mínimo pero es un pez pasto para especies como el black bass, con lo cual suelen introducirse en muchas ocasiones de forma paralela. Compite con otras especies por los insectos, crustáceos y gusanos, lo que unido a su profusión hace que escasee el alimento para otros peces. Un informe de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y la Junta de Castilla y León publicado en 2017 y basado en la hidroacústica las capturas a red para comprobar el estado del embalse señaló que los alburnos eran un 56% de los peces encontrados.
Barbo
Barbo (Barbus barbus). Esta especie sí es autóctona aunque su población se quedaba en el informe científico en un 11% del total del embalse. Pueden alcanzar grandes tamaños y suelen alimentarse inmediatamente debajo de la capa de agua. Son muy característicos sus bigotillos y so forma de comer, redondeando la boca y succionando como una aspiradora. No son muy apreciados para la gastronomía pero en ocasiones sí se utilizan como cebo para los cangrejos. En el caso de las especies invasoras no se puede hacer para evitar su propagación, pero el barbo suele acabar siendo comestible legal... de segunda mano.
Black Bass
Black Bass (Micropterus salmoides). Muy apreciada para la pesca deportiva y no tanto para la conservación de las especies autóctonas. También conocida como perca americana es uno de los últimos habitantes en llegar a Cuerda del Pozo. Generalmente se encuentran ejemplares pequeños, lo cual es señal de que se reproduce en esta masa de agua. Es un carnívoro voraz que prefiere las aguas tranquilas así que no parece probable que suba, pero no sería descartable encontrarlo en un futuro en zonas tranquilas como Almazán o la capital. El estudio apunta que su población suponía en 2017 un 3% de la ictiofauna del embalse, pero es bastante fácil verlo junto a las zonas de rocas.
Lucioperca
Lucioperca (Sander lucioperca). Una de las primeras introducciones y señalada por el declive de la trucha. Se considera especie de pesca deportiva aunque como en todas las especies invasoras, la que se pesque se debe matar. Su carne es apreciada en países como Francia aunque en España apenas se consume, posiblemente por sus abundantes espinas. Las luciopercas son fácilmente reconocibles por su cresta espinosa. En Cuerda del Pozo llegan a alcanzar varios kilos de peso. En el citado estudio de la CHD y la Junta eran el 24% de los peces de Cuerda del Pozo.
Trucha
Trucha autóctona (Salmo trutta fario). Era la reina, hoy es toda una rareza. Los vecinos más mayores de localidades como Vinuesa recuerdan haber sacado a la especie más apreciada de la provincia de Soria en tamaños sorprendentes, pero la progresiva introducción de otras especies y, quizás, la llegada de otros factores, mermaron enormemente su población en el Pantano. Hoy en día sacar una trucha a mosca o a cucharilla en Cuerda del Pozo es prácticamente una entelequia a pesar de ser una especie depredadora y que puede alcanzar tamaños de más de medio metro en ejemplares de cierta edad. El estudio de hace unos años le daba un 1% de presencia en Cuerda del Pozo.