Cultura
Leo Harlem: «La España vaciada la vais a echar de menos como se os llene»
El monologuista, en plena promoción de su última película, repite hoy función en Soria después del lleno total en la Audiencia / «El mejor humor es reírnos de nosotros mismos», asegura
Leo Harlem lo volvió a hacer. Cumplió su objetivo, «que el público se lo pase bien y se vaya muy contento». Y hoy repetirá hazaña, tras el lleno total del teatro del Palacio de la Audiencia de Soria, con un espectáculo «popurrí» con algunos textos propios, sobre temas a los que ya tiene acostumbrados a sus incondicionales, tecnología, viajes, vida moderna, humor sociológico. «Lo que se pone de moda yo lo pongo en solfa», aseguró en el camerino, unos minutos antes de salir al escenario. Porque, «el mejor humor es reírnos de nosotros mismos», recalcó, y él lo hace.
«La gente necesita reírse. Mira como estamos. El humor es una terapia para todo, para los problemas, la vida normal, lo que hemos pasado de la pandemia, lo que nos toca vivir. La gente necesita válvulas de escape, en vez de liarnos a tortazos en el parque nos reímos un poco y cargamos las pilas», señaló el humorista, que no para, en plena promoción de su última película, La familia Benetón.
Y la inspiración de Leo Harlem también llega de la vida misma. «Que se pone de moda estar todos en forma, el tipo de comida, los destinos turísticos..., lo paso por mi óptica, siempre con exageración, y la gente se siente identificada y es lo mejor», confesó sobre la fuente de sus monólogos, que condensa en poca palabras: «Somos muy tontos, que nos dejamos llevar, porque ahora es muy fácil, hay muchas cosas, móviles, internet...».
Lo que ve que le motiva para llevar al escenario no es que sea desternillante, recalcó, «es que es preocupante», pero le da una vuelta. «Los móviles de los niños, es una cosa... No sé qué tiene que pasar», señaló con una máxima, «hay que usar el mundo digital con raciocinio. Estoy en contra de ese mal uso de la tecnología, porque la tecnología tiene cosas muy positivas».
Leo Harlem defiende la «vida sencilla» frente a la velocidad de la sociedad actual, «el usar y tirar, que nadie cocina, te llevan una hamburguesa en bicicleta, no sabemos hacer una tortilla que es más rico, más sano y más rápido, ¿pero qué es esto? Ahora te piden por Amazon una caja de chinchetas». Y ante eso, la España vaciada tiene mucho que decir. «La vais a echar de menos como se os llene», bromeó, pero con fundamento. Según el humorista, «el problema es que es muy difícil para los jóvenes ganar un sueldo en un pueblo y se van donde hay oportunidad. Y es que la gente vivía de otra manera. Ahora se vive más en precario que nunca pero tienen un teléfono de 2.000 pavos».
Él como leonés y vecino de Valladolid durante años, aunque reside en Madrid desde hace 21, conoce bien a los de esta tierra. «En Castilla y León nos reímos de lo mismo y nos tendríamos que reír de todo lo que podamos. Hay que reírse en la vida normal, pero para eso hay que hacer una vida distinta, hay que socializar. He conocido mucha gente mucho más divertida que yo que no son profesionales del humor, pero como cada vez estamos más aislados...», lamentó.
Un profesional en los distintos formatos, de cine, teatro, televisión o radio, al preguntarle a quién quiere más, confesó que lo que más le gusta es dormir, «porque siempre lo he hecho muy poco. Trabajé de panadero, de camarero... Dormir me parece una actividad fascinante». Pero puestos a elegir, se queda con la radio y el teatro, «por la inmediatez y frescura, la reacción de la gente es directa. En el cine repites y repites y estás 14 horas».
En cualquier caso, Leo Harlem trabaja «mucho» y aunque aseguró estar «encantado», ya que no pensó en alcanzar esta fama, y dado que no es «nada pesetero» ni vive «a lo loco», su intención es jubilarse con 63, es decir, le quedan dos años.
«A mí ya me vale más el tiempo que el dinero. Quiero vivir unos años sin trabajar porque empecé con 16 años y tengo más de 40 cotizados. Yo ya he cumplido y hay que dejar sitio a la gente joven», avanzó. «No voy a estar como los Rolling con ochenta y pico años pegándome esas palizas. Que yo creo que es por no estar en casa», bromeó. Sin duda, cuando cumpla su propósitos, el público le echará de menos, porque como él dice, «la risa es la mejor terapia». De momento, hoy repite en la Audiencia y las 50 sillas de última hora todavía están disponibles.