Las edades del Ayuntamiento de Soria

La plaza Mayor es una de las estampas más tradicionales de Soria y donde el tiempo parece detenido. Sin embargo, es un espacio mucho más dinámico de lo que parece a ojos de un eventual visitante. Tuvo tráfico rodado y una fuente a modo de rotonda que ahora recuerda la parte alta del Espolón; contó con un refugio antiaéreo subterráneo que luego se reconvirtió en urinarios y que ahora es invisible al paseante; la Fuente de los Leones se fue para regresar en 1987; aparecieron el monumento al Fuero de Soria y la buena de Leonor Izquierdo ofreciendo asiento; el ábside de La Mayor volvió a ver la luz tras décadas oculto; la Audiencia ahora quiere crecer; y la Casa Consistorial, el Ayuntamiento, ha ido ampliándose con el paso del tiempo aunque a simple vista parezca una construcción uniforme y simétrica, de una pieza.

El camino hasta el actual edificio ha sido largo. El original se culminó en 1629 como sede para las reuniones de los 12 Linajes de Soria, las familias preeminentes de la ciudad. Su anterior lugar de encuentro, la iglesia de San Miguel de Montenegro, había desaparecido a finales del siglo previo. El palacete se correspondía con lo que hoy es el cuerpo central, aunque obviamente ha cambiado sustancialmente, desde las ventanas hasta los accesos. El patio de columnas es reminiscencia de aquel espacio original, así como el escudo o el nombre: Casa Consistorial de los 12 Linajes.

Durante más de dos siglos cumplió su función primigenia, pero la llegada de nuevos aires fue laminando la institución hasta quedar primero sin propiedades y luego sin actividad con la llegada de la monarquía parlamentaria. La Casa Troncal de los 12 Linajes se restauró a principios de este siglo XXI, pero ya sin el poder que otrora tuvo en Soria.

Sin sus creadores originales, el cuerpo central de la hoy casa consistorial albergó la milicia, fue escuela y, dado que las corridas de toros se celebraron allí durante siglos, palco hasta 1853. El Ayuntamiento estaba radicado en lo que hoy es el Palacio de la Audiencia. En 1883 se produjo el cambio a las instalaciones actuales, aunque la cosa duró poco. Hubo que pasar por Condes de Gómara antes de regresar con el siglo XIX ya en sus últimos compases y pagárselo al Estado, que no siempre ha sido casa exclusiva de sorianos. 

Vivió reinados y repúblicas, 'dictablandas' y dictaduras, la 'dictablanda', la II República, la dictadura -visita oficial de Franco incluida- y parte de la Transición. Ahí seguía su fachada viendo pasar a los sorianos. Pero llegó un momento en el que se había quedado pequeño. En 1978 se decidió su ampliación hacia el lateral derecho, quedando asimétrico pero algo más amplio ante un catálogo de servicios que crecía. Domingo Hergueta había sustituido a Fidel Carazo como alcalde el año anterior, pero sería José Luis Liso Marín quien en 1979 gobernase el conjunto ya como primer alcalde democrático.

Poco a poco el sistema se asentó y los servicios -o quizás la burocracia- también dejaron pequeña esta ampliación, donde además se cubría el servicio de Policía Local a falta de un cuartel mejor. Tocaba en los albores del siglo XXI 'estirar' el edificio hacia el lado de la Audiencia para acabar dejándolo simétrico en cuanto a fachada, que por dentro la zona es muy diferente a las anteriores y tiene mayor profundidad que la ampliación del siglo XX.

Había un 'problemilla'. Para hacerlo, esta vez no sólo hacía falta las construcciones anexas, había que eliminar un tramo de calle que hoy se podría identificar con la prolongación de la calle del Teatro hasta la plaza Mayor. Como mutar ciertos elementos de Soria suele generar polémica y esto alteraba el aspecto de la plaza Mayor, hubo agrias discusiones políticas y populares sobre la decisión.

El hecho es la ampliación se culminó en 2007, impulsada por Encarnación Redondo pero de nuevo en tiempos de cambio. Ese mismo año comenzó su primer mandato Carlos Martínez Mínguez.

La obra concluyó dejando una dualidad palpable. Por fuera, la plaza Mayor perdió alguna de sus antiguas construcciones pero la fachada de la Casa Consistorial es ahora más armónica y señorial, cumpliendo en cierta medida la intención de quienes encargaron el escudo-rosetón de los Doce Linajes que aún la preside. Por dentro, sin embargo, es la zona más amplia, moderna y luminosa del Consistorio. El precio patrimonial para lograrlo aún levanta ampollas entre quienes preferían la imagen de los años 90.

El edificio ha estado en la plaza del Mercado, plaza Real, plaza de la Constitución, plaza del Trigo, plaza General Franco y plaza Mayor sin cambiar de sitio, que lo que mutaba era la denominación del enclave. También ha crecido y ha tenido usos de todo tipo, alcaldes de todo signo y cuitas del ciudadano de todos los colores. La Casa Consistorial de los 12 Linajes cumple ya 395 años como testigo del día a día de Soria.