Semana Santa
La cofradía de La Flagelación realizó su Vía Crucis penitencial por el Calaverón
La lluvia dio una pequeña tregua a los cofrades permitiendo el inicio de la procesión pero tuvo que suspenderse a mitad de camino por el aumento de las precipitaciones
El barrio del Calaverón acogió, como cada Lunes Santo, el Vía Crucis penitencial oficiado por la cofradía de la Flagelación del Señor que destaca por su silencio y solemnidad. A las 20.00 horas, y pendientes de la lluvia intermitente, el sonido de tambores, cornetas y carracas marcó el inicio de la procesión que partió desde la iglesia de La Virgen del Espino y recorrió, entre rezos y oraciones, las estaciones del Vía Crucis. La lluvia dio una pequeña tregua permitiendo la salida de la procesión pero les impidió terminar el recorrido debido al incremento de la precipitación.
Este año, la cofradía de la Flagelación procesionó con el paso de Jesús atado a una columna que lució su mejor estado tras su reciente restauración. La renovación se basó en trabajos de sellado de fisuras y juntas, junto al estucado y fijado de la policromía. Además, también se ha aplicado a la imagen un tratamiento anticarcoma.
Por primera vez, la jornada procesional del Lunes Santo se alargó hasta casi llegada la madrugada con la incorporación de una nueva procesión que se estrenó a las 22.30 horas, justo después de la finalización del Vía Crucis de la Flagelación.
Multitud de sorianos esperaron con una mezcla de expectación e ilusión, la salida de El Cristo de La Cena desde la iglesia de San Juan de Rabanera. Los miembros de las Cofradías de la Oración en el Huerto y Entrada de Jesús en Jerusalén, que junto a Ad Ecclesia han dado forma a esta nueva procesión, realizarán el recorrido que contará con varias paradas en las sedes de las dos cofradías, la iglesia de Santa María La Mayor y la iglesia del Carmen, hasta llegar a la Concatedral de San Pedro. La talla del Cristo de la Cena, realizada en madera de pino y bendecida el pasado domingo 18 de febrero en la Iglesia de los Carmelitas, se montó a modo de carroza sobre el soporte que, normalmente, transporta a San Saturio. Con esta nueva procesión se completa el eje cronológico de la Semana Santa en la capital soriana.