La Casa de la Juana, la libertad de crear desde un "decimonónico y opulento" Casino de Soria

La segunda planta del Casino Amistad Numancia alberga en el corazón de Soria a los socios más veteranos que matan la tarde viendo fútbol, toros o jugando a las cartas con las profesionales de La Casa de la Juana, un taller de arte que brinda a la “conservadora” Soria su forma de expresarse y estar en el mundo. Ambos colectivos conviven desde el respeto, cada uno en su universo y en su forma de entender el mundo.

Los socios acogen la excentricidad innata de las cuatro artistas y ellas, Isis Gayo, Miriam Tello, Azahara del Campo y Cristina Ortega, aprecian su sabiduría, les homenajean, ya que su máxima es “aprender del pasado, rendir tributo a los que las precedieron y crear desde la continuidad, que no desde la ruptura”, relata Miriam Tello.

Con esa mirada desprejuiciada, las artistas brindan a la sociedad soriana la oportunidad de aprender a pintar o a expresarse a través de diferentes disciplinas artísticas. En una de las salas cada artista posee su pequeño espacio para crear. Cada una ocupa una esquina sin solaparse una a la otra. Así La Casa de la Juana, una antigua pensión en la parte de arriba del Casino, se ha convertido en un espacio de libertad, de evidenciar lo que es la sororidad y también de resistencia de la España “llena de oportunidades, que no vaciada, que habla a través de diferentes soportes plásticos de los problemas de su territorio", cuenta Miriam Tello,

Isis Gayo es la artista, según sus compañeras, con mayores dotes para la comunicación, y tuvo la idea, durante la pandemia, de destinar un espacio del Casino, un centro difusor de la cultura soriana desde 1848, al arte. Llamó a su amigo y presidente del Casino, Adolfo Sainz, quien acogió la idea con entusiasmo y supo de las posibilidades de incluir en el decimonónico centro nuevas iniciativas culturales, con una mirada fresca. “La Casa de la Juana es un lugar de libertad y creación, donde se trabaja obra individual y colectiva y desde donde se trazan sinergias con el territorio”, resalta Isis.

En este centro de arte se imparten cursos para niños y adultos y se organizan intervenciones en otros espacios públicos como el mural en homenaje a la familia de Gaya Tovar en el polideportivo de la Juventud, exposiciones o intervenciones.

La realizadora soriana Cristina Ortega, autora de ‘La loba parda’, última en incorporarse, trabaja en una película documental sobre la evolución del Casino Numancia, que posiblemente contará con cuatro capítulos y se exhibirá en los cines, informa Ical.

Su trabajo, que tendrá también una primera parte en pequeño formato, servirá para hablar de este opulento y decimonónico espacio, Bien de Interés Cultural, que tuvo el privilegio de contar como socios a Antonio Machado, Gerardo Diego, Juan Antonio Gaya Nuño, Manuel Ruiz Zorrilla, José Canalejas, Epifanio Ridruejo y Antonio Pérez de la Mata, entre otros muchos, o de su conversión en Ateneo donde había un movimiento femenino, que organizaba numerosas actividades culturales.

Cristina Ortega cuenta con un pequeño laboratorio de fotografía en la despensa de la cocina de Juana. Por su parte, Miriam Tello subraya la importancia de que la sociedad soriana participe en las actividades del Casino y se asocie porque se ha convertido en un hervidero cultural donde se desarrollan más de 250 actividades al año.

Azahara del Campo detalla que han creado el Carnet Joven que permite a los menores de 35 años pagar menos de la mitad de la cuota por ser socios y el Club Rayo de Luna, enfocado a dar respuesta a las inquietudes culturales de gente más joven.

Estas dos iniciativas trata de abrir el Casino aún más a la sociedad e incorporar sabía nueva. A través del Club los jóvenes pueden ir a pasar la tarde en la biblioteca de juegos de mesa con tal solo pagar diez euros al mes. “Muchos socios del Casino están apuntados desde que terminaban la mili. Ahora tenemos que incorporar a jóvenes porque en el Casino está la novedad y la vanguardia”, precisa Isis Gayo.

Las cuatro profesionales afirman que cada una de ellas tiene su propia voz, que enrique a la de las demás y forman una paleta de colores perfecta. “Las cuatro tenemos una visión de ver la vida. Cristina sabe plasmar como nadie retratar la mirada descarnada de la mujer en el campo. Todas estamos preocupados por el devenir de nuestro territorio y esto lo llevamos a nuestra obra”, agrega.

Por su parte, Miriam Tello, afirma que todas tienen la sensibilidad común por la tierra y la naturaleza y llevan en el ADN la responsabilidad de cuidar el común y es muy “tranquilizador”. “Las miradas que tenemos sobre el lugar como lo vemos, plásticamente, es distinto. Nos gusta no solo hacer obra personal sino aportar al bien común. Queremos vivir de lo que producimos, como cualquier profesional, porque el hecho de que te guste no significa que lo tengas que hacer gratis. Pero, por otro lado, queremos expresarnos a través del arte”, resalta.

Creen que la cultura en Soria goza de buena salud, gracias a la oferta impulsada por el concejal Jesús Bárez, recientemente fallecido, que legó que no es un “opio para el pueblo” y que es necesario educarla. Ellas garantizan con su trabajo colectivo y su visión individual larga vida al Casino.