Empresas
Ondara plantea un nuevo ERTE que dejará la empresa sin trabajadores
La propiedad aspira ahora a un expediente para los once técnicos restantes amparándose en que el trabajo técnico está completado y que no hay «nada que hacer» hasta que se obtenga la licencia de cultivo
Cuando el fondo norteamericano Full Moon cerró la compra de Aleia Roses a mediados de 2020 la empresa contaba con más de 260 trabajadores. Cuatro años después, transformada en Ondara y pasando de cultivar rosas a aspirar a plantar cannabis la cuenta de trabajadores activos se va a situar en cero. Así de cruda es la realidad de una firma que este lunes planteó a los sindicatos un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) para los 11 técnicos que aún quedaban en la empresa, según confirmaron los sindicatos. La próxima semana se iniciarán las negociaciones.
Tal y como ya informó este medio, en Ondara ahora mismo hay en torno a los 60 trabajadores. Unos 40 llevan en situación de ERTE prácticamente dos años desde que finalizó la cosecha para la validación del proceso de producción de cannabis. Hace un par de semanas la empresa comunicó su intención de incorporar a ese ERTE a 8 trabajadores técnicos que figuran desde un primer momento en el expediente, pero que no habían sido afectados, es decir, seguían trabajando hasta ese momento.
La inclusión de esos 8 trabajadores en el ERTE redujo la plantilla activa de Ondara a 11 personas que iban a permanecer en el invernadero de Garray realizando funciones técnicas hasta completar el proceso de obtención de la licencia. Esa situación ha cambiado. El pasado lunes la empresa planteó un nuevo ERTE para esas 11 personas de tal modo que toda su plantilla estará en situación de ERTE. La representante de CCOO, Amor Pérez, avanzó que la previsión es que pueda haber 1 o 2 trabajadores que no estén en el ERTE para poder contestar a los requerimientos que pudiera haber de la Agencia del Medicamento o las labores ordinarias de la empresa, aunque eso se discutirá la próxima semana.
El mazazo para la plantilla es evidente y detrás esconde un planteamiento meramente económico de los dueños. Ondara lleva prácticamente dos años sin ingresos y ese movimiento busca reducir al máximo sus gastos en espera de que llegue la ansiada licencia de cannabis. Desde los sindicatos se ha tratado de convencer a la empresa de que mantenga a los trabajadores teniendo en cuenta todo el proceso de la empresa en los últimos años, el trabajo realizado o la propia imagen de Ondara. Los sindicatos también han incidido en el riesgo de perder técnicos con formación específica en un ámbito tan especializado como la plantación de cannabis.
La postura de la propiedad es, por ahora, inflexible. «Su planteamiento es que ahora no hay nada que hacer, que el trabajo técnico está hecho y hay que esperar la licencia», lamentó Pérez. «Una más de estos señores, y no es para bien», lamentó Pablo Soria, de UGT. «No sabemos cómo se van a hacer gestiones que puedan quedar pendientes, o la gestión misma del ERTE si también afecta al departamento de Recursos Humanos», lamentó Soria.
En principio, el ERTE planteado es para 96 días con lo que finalizará el 31 de agosto, la misma fecha en la que termina el expediente de otro medio centenar de trabajadores. Inicialmente, la postura de los sindicatos es que este nuevo ERTE al menos replique las condiciones del otro expediente. «No puede ser diferente», insiste Pérez. De la misma forma, se ha pedido a la empresa que ofrezca información fidedigna sobre la situación económica de Ondara y un «compromiso por escrito» del propietario, David Engel, con respecto al futuro del proyecto del cannabis en Soria y la reincorporación de los trabajadores. Asimismo, se pide concretar las fechas en las que se podría dar el regreso de la plantilla a las instalaciones ubicadas en Garray.
Hay que recordar que la empresa está inmersa en la, en teoría, última fase de obtención de la licencia para el cultivo y la exportación de cannabis con fines medicinales. En los últimos meses se remitió la información correspondiente a la Agencia del Medicamento con todo lo relativo a la producción y a los clientes, y desde hace algunas semanas se está en el momento de la subsanación y aclaración de las cuestiones. «En cuanto tengan el permiso tendrán que pagar lo que adeudan –de vacaciones y complementos a trabajadores–y si ahora dicen que no hay dinero, no sé cómo la van a hacer cuando tengan que comprar plantas y pagar a los trabajadores», recalcó Soria.
Ahora mismo, el futuro de la empresa, que pareció aclararse cuandose logró cerrar el acuerdo con erl cliente canadiense, vuelve a situarse en el abismo. Cuatro años después de la llegada del fondo Full Moon el proyecto no ha conseguido cumplir los objetivos propuestos y la confianza en el proyecto por parte de la representación laboral hace tiempo que está bajo mínimos. La obtención del permiso, sí pasa el filtro de la Agencia del Medicamento, permitirá conocer si el proyecto realmente tiene un plan de futuro viable.