Los alergólogos advierten a sus pacientes para que no les ‘pille el toro’ en Valonsadero

El festejo del Desencajonamiento transcurrió tranquilo y las atenciones que más prestó el servicio de Cruz Roja tuvieron que ver con procesos alérgicos. Los niveles de polen de gramíneas están a reventar, mayor de 50 granos de polen por metro cúbico, según la información polínica de la Junta de Castilla y León, y no tiene ninguna pinta de que, por el momento, vaya a disminuir.

El coordinador del servicio de alergología del Complejo Hospitalario de Soria, Jonatan Vicente, alerta a los alérgicos «para que no les pille el toro» en los festejos sanjuaneros en el monte Valonsadero, y aconseja, primeramente tomarse la medicación completa y acudir con una de rescate –sobre todo inhaladores para los asmáticos–, utilizar medidas de prevención como gafas de sol y mascarilla, e intentar limitar la exposición, sobre todo evitando la primera hora de la mañana y al final de la tarde que es cuando más polen circula en el ambiente. Y por supuesto, pensar en vacunarse.

«Lo veníamos avisando, que iba a ser una primavera mala para los alérgicos, y va a seguir siéndolo porque hay mucha agua y a no ser que lleguen temperaturas altísimas que sequen la planta, va a continuar polinizando», explica Vicente, que piensa en las consecuencias del Lavalenguas, La Compra y La Saca.

«Me van a odiar, pero hay que tomarse la medicación. Muchos dejan de hacerlo porque no se puede consumir alcohol», reconoce el coordinador de alergología, quien insta igualmente a limitar la estancia en el monte, y ante los altos niveles y si es necesario por los acusados síntomas, prescindir de desplazarse hasta allí. «Por las características orográficas, (la zona de los chiringuitos) es un valle que recibe lo que baja de las laderas, el polen se acumula allí, y a eso se suma el polvo que también irrita las mucosas», es decir, el cóctel más peligroso para los alérgicos. Por eso en la jornada del domingo, Cruz Roja dispensó numerosos antihistamínicos para tratar de paliar lo síntomas.

Vicente asegura que es «duro» para los alérgicos, y lo dice con conocimiento de causa porque también es sanjuanero, pero cuando los niveles de polen están tan altos incluso la medicación es insuficiente. «La mascarilla ayuda porque es un filtro, pero sigue entrando aire, además también los filtros se saturan y tendrían que cambiársela», matiza sobre una medida de protección útil que, en general, no se aprovecha. «Acabamos muy cansados de la mascarilla por el covid y su uso no ha calado como protector contra el polen, aunque sí puede servir al alérgico que lo pase mal», apunta el coordinador de alergología, quien augura un mes de junio «complicado» para quienes tienen a las gramíneas como el enemigo a batir.