La trashumancia pasará por las calles de Soria el 20 de junio

Ya hay fecha para el paso de las ovejas trashumantes por la capital soriana. Será el próximo jueves, 20 de junio, cuando un rebaño de más de un millar de cabezas cruce Soria en su camino hacia Tierras Altas dirigido por tres hermanos oriundos de Navabellida: Ricardo, José María y Basilio Pérez y ocho perros, cinco mastines y tres pastores. 

Un año más para cumplir una antigua tradición y una forma de vida que culminará el sábado 22 de junio con la fiesta de la Trashumancia que se celebrará en Oncala, tal y como han confirmado fuentes de la Mancomunidad de Tierras Altas que lleva ya 14 años apostando para poner en valor y apoyar esta acción, desde un punto de vista cultural, etnográfico y turístico.

Ricardo Pérez explica que actualmente se encuentran en Trujillo (Extremadura) y será en este enclave donde carguen el ganado en varios camiones el día 19 de junio por la mañana para afrontar el camino de regreso a Soria donde está previsto que lleguen por la tarde tras un viaje de unas ocho horas. Allí «esperamos que los animales puedan pastar y descansar pasando la noche en un corral», apunta Ricardo Pérez que añade que «este año hay bastantes obras y veremos a ver qué tal responden las ovejas ya que hay alguna parte del camino que igual tiene que cambiar y desviarnos por otro sitio».

Hay un grupo de 600 ovejas, madres con sus crías y ovejas jóvenes que no están preparadas para afrontar el paso por Soria y que subirán directamente hasta Tierras Altas sin realizar la parada soriana, explica el pastor trashumante.

Será el 20 de junio el día grande de la trashumancia en la capital. Por la mañana el ganado comenzará su viaje en la estación del Cañuelo y cruzará las calles más céntricas de la capital soriana, siguiendo el trazado de la cañada real, para continuar con su viaje hasta Tierras Altas, donde el ganado descansará durante el verano y donde, además, se celebrará la fiesta de la trashumancia el próximo 22 de junio.

Ricardo lleva «toda la vida» siendo pastor trashumante. «Empecé con 16 años y voy a hacer 67 años», explica. Sin embargo, continúa, «de momento aguantamos, no pienso en jubilarme». Respecto a esta fiesta que se realiza en torno a la trashumancia, Ricardo indica que está muy bien. «A la gente le gusta. Es una actividad en peligro de extinción y para los niños y la gente joven que no lo ha visto nunca, es un espectáculo ver al ganado cruzando por el centro de Soria», apunta. Sin embargo, «únicamente se acuerdan de nosotros este fin de semana, como una anécdota para un rato y ya está. Y ser pastor trashumante es estar todos los días al pie del cañón. Muy sacrificado. Con los desplazamientos, los cambios de tiempo, la burocracia...», lamenta.