Numancia encara su quinto verano sin investigación

Un verano más, tal y como ocurre desde 2020, el yacimiento de Numancia no tendrá excavaciones arqueológicas. La consejería de Cultura y Turismo confirmó que ningún grupo de investigación ha solicitado la pertinente autorización para excavar la célebre ciudad celtíbera. Mientras, los investigadores que desarrollaron su labor sigue pendientes de completar los análisis sobre los restos que se desarrollaron durante la década pasada.

Desde Cultura explicaron que, como ha manifestado en anteriores ocasiones, hay «disposición total» a colaborar con el yacimiento-museo arqueológico de Numancia. En este sentido, recordó cómo se han celebrado diversas reuniones con la Dirección General de Bellas Artes «para entre otros temas, plantear la situación de algunos bienes del patrimonio cultural que son titularidad de la Administración estatal y están ubicados en el ámbito territorial de Castilla y León y que vienen siendo gestionados por la Comunidad de Castilla y León tras las transferencias».

El objetivo es fraguar «un espacio de corresponsabilidad y colaboración sobre estos bienes». En un primera fase, ya iniciada, se acordó «centrar la atención en primer lugar en San Juan de Duero». Por ello «el pasado mes de abril tuvo lugar una reunión, promovida por el Ministerio de Cultura y Deporte, para poner en marcha un proyecto de conservación y protección del Monasterio de San Juan de Duero, entre las diferentes administraciones implicadas, para analizar las necesidades concretas del monumento y las diferentes propuestas de intervención de cara a conservar este emblemático bien». Prueba de esta colaboración es la reciente autorización para la utilización de un georradar y drones de fotografía fotogramétrica para analizar el estado de los Arcos.

En cuanto a Numancia, desde la consejería explicaron que «se sigue pendiente de conocer los resultados finales de las investigaciones realizadas en los últimos años». En este sentido «a la vista de estos resultados se planificarán las acciones a realizar en el futuro en lo que a investigación arqueológica se refiere». Por último, inciden en que «este año ningún equipo de investigación ha solicitado autorización para excavar en Numancia».

Las excavaciones en Numancia se paralizaron en 2020, el año de la pandemia. Las medidas sanitarias impedían los trabajos de campo y la campaña se centró en el estudio e investigación de los materiales hallados en la manzana XXIV (30 cerámicas policromadas principalmente). En el verano de 2022 la Junta de Castilla y León manifestó que estaba a la espera de que un nuevo equipo investigador asuma la investigación y excavación en el yacimiento celtíbero y romano de Numancia, en Garray, para lo cual deberá presentar un proyecto «viable científicamente».

El arqueólogo soriano y miembro del equipo de Numancia, Antonio Chaín, incidió en que las investigaciones arqueológicas se plantean para «solucionar lagunas» y que no se trata de «excavar por excavar». «Hay que ver qué tenemos, qué necesitamos y lugo cómo hacerlo, en ese proceso de está», explicó. En los últimos cinco años han salido diveras publicaciones y seguramente «en un futuro» lleguen nuevas excavaciones.

Chaín destacó que también la arqueología está en un proceso de «excavar menos» ya que el uso de nuevas tecnologías hace que «sea menos necesarios para sacar información». «Numancia está muy excavada», remarca. Para el arqueólogo una de las líneas interesantes a explorará sería la «transición» de los habitantes de Numancia desde el asentamiento a su configuración como ciudad-estado.

Chaín insiste en que una campaña de apenas 20 días genera «mucho trabajo» y que una nueva investigación «también tiene que tener a alguien que quiera hacerla». En este sentido aboga por generar un «marco de investigación» que permita estabilidad a los investigadores teniendo en cuenta que sería necesario para mantener un equipo de 4 investigadores todo el año una cuantía de unos 200.000 euros.

La apuesta ahora debe ir centrada en la correcta «conservación y mantenimiento» del yacimiento para que esté en las mejores condiciones de cara a las nuevas posibilidades de investigación. Asimismo, un nuevo Plan Directoral del yacimiento debería abordar la investigación, pero también la conservación y la difusión del mismo.