Heraldo-Diario de Soria

Un informe alerta de la «importante contaminación» que llega al Sur de Soria a causa de Madrid

El Sur de la provincia se resiente del ozono troposférico del tráfico y calefacciones de la capital de España

Vista de Medinaceli. HDS

Vista de Medinaceli. HDSPicasa

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Soria

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Sin las ventajas de actividad y servicios de las grandes poblaciones, pero con los inconvenientes de la polución. El Sur de la provincia se resiente de Madrid y sus contaminantes, debido al régimen de vientos y a cómo se forma un elemento nocivo para la salud y entre los causantes del efecto invernadero. Se trata del ozono troposférico, que hace que el Sur de Soria presente una «importante contaminación». Lo alerta el informe estatal sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción, que también en el caso de la capital soriana detecta deficiencias en relación a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Madrid irradia polución hasta muy lejos a causa de los vientos de componente Sur. Esto provoca un «barrido» en la zona de la Sierra de Guadarrama que, moviéndose «en sentido horario», alcanza a Soria. No es que las emisiones del tráfico, la calefacción y la industria lleguen directamente. Son la causa de que se forme el ozono troposférico que azota a la provincia, ya que la reacción fotoquímica que lo produce se da a cierta distancia de donde se emiten las mencionadas emisiones.

Si bien el ozono es importante como protección contra los rayos ultravioleta, este carácter se da en la estratosfera. Las altas concentraciones en la troposfera son causa de trastorno para la salud humana y, además, refuerzan el efecto invernadero. Como la reacción se desencadena a cierta distancia, son las áreas periurbanas y rurales las afectadas. En el caso de Soria, a más de un centenar de kilómetros, de manera que ni la despoblación ni los núcleos dispersos son garantía de una completa calidad del aire. Esta «importante contaminación» llegada o formada a causa de Madrid es compartida por el corredor del Henares.

El otro punto soriano en el que se fija el informe de Ecologistas en Acción es la capital, con las mediciones y conclusiones de la estación medidora de la avenida de Valladolid. Un lugar de abundante circulación, en el que las consideraciones del informe tienen como referencias la legislación actual, la que en breve entrará en vigor por parte de Europa y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es esta última la que establece unos criterios más estrictos sobre el número de jornadas en que considera viables unos parámetros de concentraciones superiores a ciertos umbrales. A pesar de ello, tampoco con la norma vigente, más laxa, se cumple siempre.

El caso más llamativo es, precisamente, el del ozono troposférico. La capital sobrepasó en 27 jornadas el límite de 100 micras por metro cúbico, cuando la OMS determina un tope de tres. Este gas, que puede causar trastornos pulmonares y fatigas, superó en una jornada los límites de concentración (no de días) tanto de la normativa actual como de la que próximamente entrará en vigor. Sin embargo, estos últimos niveles son bastante más altos, de 120 micras y 25 y 18 días, respectivamente. Si se atiende al informe del año pasado, resulta una cierta mejora en relación a la OMS, ya que entonces se detectaron 35 ‘infracciones’.

En cuanto al dióxido de nitrógeno, la situación permanece sin cambios. Esto quiere decir que la avenida de Valladolid reproduce el mismo nivel en relación a la OMS que en el documento anterior. En una y otra ocasión consta que en 74 días se produjo una concentración superior a la recomendada por la OMS (25 micras por metro cúbico; tres jornadas). La nueva normativa estima aceptables 50 micras por metro cúbico y 18 días de superación para este compuesto derivado de la oxidación de las emisiones del tráfico.

Por último, el informe de Ecologistas en Acción se fija en las pequeñas partículas, de carburantes fósiles y las arrastradas por el viento, cuya tamaño es inferior a diez micras. El empeoramiento es patente, ya que en la actualidad aparecen ocho ‘incumplimientos’ en otras tantas jornadas, cuando doce meses antes se contabilizaban cuatro según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (tres días al año). Al tomar como comparación la normativa vigente, la capital no sobrepasó el umbral máximo de 35 días, pero sí superó en seis jornadas las concentraciones permitidas por esta norma más ‘blanda’.

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