Sanidad
Los médicos rurales auguran un verano «malo» en Soria con «sobreesfuerzo»
Los centros de salud se organizan para que los profesionales cubran el cupo de pacientes de los compañeros de vacaciones. «Nos arreglaremos entre nosotros, no hay recursos»
La situación no es nueva, pero quizá algo peor. La marcha de algunos médicos por los procesos de consolidación, porque han obtenido plaza en otra provincia, los concursos de traslados y la imposibilidad de contar con los que terminan su formación de cuatro años como residente –los MIR este año finalizan en septiembre porque la pandemia obligó a que empezarán más tarde del mes de mayo, que es lo habitual– hacen que la falta de profesionales médicos sea aún más acusada en un territorio como el soriano, muy extenso, con pueblos dispersos, población envejecida y cronificada.
Los facultativos rurales reconocen que va a ser un verano «malo», teniendo en cuenta el notable aumento de población que se registra en la época estival, algo que tampoco es nada nuevo pero no por eso deja de preocupar. «No vamos a poder llegar, va a ser un milagro si lo conseguimos», señala uno de los médicos de la provincia con varios consultorios asignados.
En las zonas básicas de salud donde se han marchado efectivos la situación se pone cuesta arriba. «Será un sobreesfuerzo mayor, más kilómetros y más complicado», reconocen.
Los centros de salud de las distintas zonas básicas están manteniendo reuniones con la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria para organizar el verano. «Nos arreglaremos entre nosotros, no hay recursos», resume uno de los afectados.
La solución es la de siempre, un médico cubre el cupo de pacientes que deja el que se va de vacaciones. Pero es difícil hacer las combinaciones si se tiene en cuenta que el profesional que hace una guardia al día siguiente no se incorpora, con lo que también hay que suplir ese puesto, y aunque en los centros de salud hay médicos de área, precisamente para cubrir esas necesidades, no dan abasto.
Los profesionales estiman que faltarían unos ocho médicos de familia en la provincia, «para tener un funcionamiento mínimo, para cubrir las necesidades». Ante esa situación, la postura de los profesionales es «intentar llegar a todo», pero lo más complicado será en los consultorios locales. «Nos tocará llevarnos algún berrinche», aseguran, porque no siempre está garantizada la comprensión por parte de los pacientes, sobre todo los no habituales.
En los consultorios locales, en pueblos con muy escasa población el resto del año, es imprescindible la cita previa. El problema surge con la llegada de los veraneantes que multiplican por mucho las cifras habituales y eso lleva a los profesionales médicos a desplazarse, en ocasiones decenas de kilómetros para cubrir la demanda, algo complicado cuando hay falta de personal.
Un ejemplo reciente se vivió hace unos días en el pueblo de Matamala de Almazán, donde un cartel rudimentario a la puerta del consultorio alertaba de que el «viernes 21 no hay consulta médica, por insuficiencia de personal. Disculpen las molestias». Desde el centro de salud de referencia, Almazán, se explicó por «alguna incidencia» del profesional. El cartel evidenció que no fue posible encontrar un sustituto para pasar consulta.