La provincia de Soria cuenta ya con más de 400 viviendas de uso turístico

Las viviendas de uso turístico están en el punto de mira del Gobierno. Esta semana la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, el Gobierno cambiará la Ley de Propiedad Horizontal para que los vecinos puedan vetar los pisos turísticos anunció que el Gobierno impulsará cambios en la Ley de Propiedad Horizontal para que «ajuste y clarifique» el papel de las comunidades de vecinos a la hora de permitir o vetar el establecimiento de estos pisos en sus bloques. Se trata de un sector en auge que en Soria suma ya más de 400 viviendas con más de 2.500 plazas.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica desde hace unos años una estadística experimental que trata de medir el número de viviendas de uso turístico y su capacidad. Para obtener la información se utiliza la técnica de ‘web scraping’, que mediante programas de software extrae los datos de las tres plataformas más utilizadas de alojamiento turístico. Sobre los alojamientos extraídos, primero se seleccionan las viviendas turísticas de acuerdo con la normativa en esta materia de cada comunidad autónoma, y después, se eliminan aquellas viviendas presentes en más de una plataforma mediante un algoritmo que elimina duplicados.

Según esa estadística, los últimos datos publicados a nivel provincial, correspondientes al mes de febrero de 2024, apuntan a que en Soria hay 409 viviendas de uso turístico repartidas por todo el territorio provincial. La mayoría están en la capital, pero hay un buen número de este tipo de instalaciones en municipios turísticos como El Burgo (39), Vinuesa (17) o Covaleda (11), por citar algunos ejemplos. El crecimiento de este tipo de negocio es continuo. En febrero de 2021 el INE cifraba el número de viviendas de uso turístico en 295, en 2022 creció hasta las 339 y en febrero de 2023 se situó en 363.

El aumento del número de viviendas ha supuesto, evidentemente, un mayor número de plazas y de pernoctaciones. En febrero de 2021 habrá contabilizadas 1.877 plazas y los datos de febrero de 2024 sitúan ya esa cifra por encima de las 2.500. En cuanto a las pernoctaciones, otra estadística experimental del INE sobre alojamientos de corta estancia –incluye apartamentos turísticos, albergues turísticos, casas rurales, así como las viviendas de uso turístico– las cifras marcan un ascenso vertiginoso desde 51.000 del año previo a la pandemia (2019) a las 110.000 del 2022, último año publicado.

Según la información recogida por Europa Press, los cambios que plantea el Gobierno para las viviendas de uso turístico no solo atañen a la Ley de Propiedad Horizontal. El Gobierno tramitará de forma urgente un real decreto ley de forma urgente para que los alquileres temporales se incluyan dentro de la plataforma de registro único que el Ejecutivo quiere crear al amparo del reglamento de la Unión Europea 2024/1028, por el que se regula el intercambio de datos relativos el servicio de alquiler de alojamientos de corta duración, del que también formarán parte los alquileres turísticos. La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, ha afirmado este jueves que el registro estatal de pisos turísticos y de alquileres temporales no conllevará gastos y estará listo a finales del próximo año a más tardar.

Cabe recordar también que a principios del pasado mes de julio el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, anunció  una nueva regulación actualizada sobre las viviendas de uso turístico y los apartamentos turísticos en Castilla y León. Santonja puso de relieve el «interés» que despierta este asunto en el sector por lo que defendió que es preciso «abrir un debate sobre estas modalidades de alojamiento» y elaborar una normativa «única» que actualice la regulación actual de viviendas de uso turístico y apartamentos turísticos, recogida en sendos decretos, uno del 2015 y otro del 2017.

El alcalde de Soria, Carlos Martínez, ya alertó hace más de un año sobre la cuestión con la necesidad de equilibrar el turismo y la vida residencial. El regidor de Vinuesa, Juan Ramón Soria, reconoce que puede generar problemas «de cara al alquiler normal» aunque «todo el turismo es bienvenido». «En la convivencia no hay problema, pero sí se reduce la oferta porque es mucho más rentable la explotación turística», explica.