Soria registra ya 25.000 hectáreas de daños en el campo
La mayor parte de los expedientes se han abierto por pedriscos, con focos con afecciones muy importantes, mientras que en el resto son de intensidad media-baja
Con la cosecha ya generalizada en toda la provincia, el campo registra siniestros en casi 25.000 hectáreas de un total de 242.000 hectáreas aseguradas, lo que supone un 10% de la superficie protegida, y la mayor parte de los daños se han producido en cultivos herbáceos. Son datos facilitados por Agroseguro a partir de los expedientes que ya han abierto en Soria. Una veintena de peritos se encuentran estos días tasando las fincas afectadas, con un daño «muy variable».
Quinta Esquina
«Si creen que ser agricultor es tan fácil y tanto dinero da, que se pongan a trabajar en el campo»
Pilar Pérez Soler
Hasta el momento Agroseguro ha recibido partes de siniestro en más de 24.700 hectáreas de cultivo aseguradas y la mayoría de las afecciones vienen provocados por las tormentas de pedrisco, ocurridas sobre todo durante los meses de junio y julio. Son más de 16.600 hectáreas reclamadas por el pedrisco, sobre todo de cultivos herbáceos. Así, los expedientes suponen el 10% del total de la superficie asegurada en la provincia, que incluye todos los cultivos, 242.000 hectáreas, si bien de cereal se han sembrado este año algo más de 180.000 hectáreas.
Mari Luz Cano, directora de la zona norte de Agroseguro en la que se circunscribe la provincia de Soria, constata que «los daños son muy variables», porque se han detectado tormentas con diferentes focos a lo largo y ancho de la provincia con algunos localizados donde «las afecciones son muy elevadas», y menciona zonas de la comarca de Almazán y de las Vicarías. En el resto, los daños son de una «intensidad media-baja».
Además, el campo ha sufrido daños por heladas en algo más de 1.300 hectáreas de cultivo, la mayoría uva de vino, debido a que las temperaturas bajo cero se repitieron durante varios días, por lo que la reiteración de las horas de frío sin duda afectaron a las plantas.
A modo de comparativa, el año pasado por estas fechas se habían abierto expedientes por pedrisco en 4.500 hectáreas, una cifra cinco veces inferior a la de esta campaña, si bien entonces ya había daños por sequía en 134.000 hectáreas, que este año no ha tenido excesiva incidencia, con una superficie reclamada de cultivos herbáceos que asciende a algo más de 2.500 hectáreas.
«Es favorable para el campo que el régimen de pluviometría haya vuelto a registros de años atrás, dado que arrastraba tres temporadas con anomalías climáticas que dieron al traste con la cosecha». No obstante, Mari Luz Cano ya adelanta que no va a ser una campaña con siniestros mínimos, sino con unas cifras normales o habituales para una zona como Soria.
Tampoco se atreve a cifrar la indemnización prevista hasta que no se cierren las tasaciones. Actualmente se han ido incorporando peritos de manera progresiva a la provincia de Soria, hasta llegar a 20, para realizar las labores de tasación a un ritmo óptimo y finalizar lo antes posible.
Lo que sí tiene claro es que este año «por fin» va a ser una «cosecha buena» para el campo soriano en comparación con la trayectoria que llevaba, a partir de las últimas cifras de la comisión provincial de estadística agraria, celebrada el pasado lunes, que ratificó la producción de la anterior cita de este órgano colegiado, con unos rendimientos de 3.800 kilos por hectárea en el caso del trigo y de 3.500 kilos por hectárea para las cebadas, significativamente superiores a los de un año medio.
Unos datos medios «buenos», aunque muy variables dependiendo de unas comarcas u otras, con los que el sector espera remontar tras las dos últimas campañas desastrosas por la sequía.
Con una superficie sembrada de cereal que ha superado las 180.000 hectáreas, la cosecha de estos cultivos en Soria se presenta con perspectivas muy positivas, gracias a unos rendimientos y una producción significativamente superiores a los de años anteriores, más de tres veces superior a los resultados del año pasado, con 1.110 kilos por hectárea.
Pero sigue sin acompañar el contexto de los precios, entre los 180 y los 200 euros el kilo de trigo y cebada, unas cifras de hace diez años pero con unos costes que aunque se han moderado no permiten compensar unos resultados productivos.