Heraldo-Diario de Soria

Soria registra una cosecha un 30% superior a la media, empañada por unos precios de «los años 80»

La última comisión provincial de estadística agraria deja rendimientos de trigo de 3.800 kilos por hectárea y de 3.500 de cebada que se pagan a 200 euros la tonelada, un 30% menos que el año pasado

Cosechando cereal

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Con un 85% de los campos cosechados Soria registra una campaña un 30% superior a la media de los últimos años, pero empañada por unos precios de hace cuarenta años, que desincentivan el cultivo porque no compensan los costes que han tenido que asumir esta temporada. Porque los rendimientos registrados de trigo de 3.807 kilos por hectárea y de 3.463 kilos por hectárea de cebada quedan desvirtuados por unos gastos en insumos multiplicados en las últimas campañas desde la siembra hasta los trabajos de abonado y fertilizantes.

Y es que la tonelada de trigo se está pagando a 200 euros, “como en los años 80”, según explicó ayer el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, José Manuel Ruiz Romera, al término de la última comisión provincial de estadística agraria. De hecho, los precios abrieron la sesión de este órgano colegiado formado por técnicos y funcionarios de la Junta, representantes de las organizaciones profesionales agrarias (también en calidad de agricultores), de Agroseguro y otros expertos en materia agrícola invitados a participar.

“El año pasado el trigo estaba a 300 euros la tonelada”, lo que supone un descenso de un 30%. Y la cebada se paga a 180 euros la tonelada, todavía a menos. “Hemos caído en los precios de hace cuarenta años pero los costes están desorbitados, de modo que desincentiva prácticamente todo el cultivo porque no se puede trabajar a pérdidas”, valoró Ruiz Romera.

Una situación que pone en jaque la rentabilidad de las explotaciones agrarias, que en el mejor de los casos están “muy ajustadas”, y más aún después de dos campañas desastrosas, con rendimientos muy por debajo de la media de los últimos años, situada en los 3.000 kilos por hectárea. Además, es más de tres veces superior a los resultados de 2023, con 1.110 kilos por hectárea.

También el triticale, el cuarto cultivo en cuanto a superficie en la provincia, ha experimentado un aumento en los rendimientos hasta los 3.804 kilos por hectárea. Y el centeno registra 2.000 kilos por hectárea, mientras que de avena son 3.000 los kilos cuantificados por hectárea. Todo siempre teniendo en cuenta que son las medias de una provincia con una amplia superficie agrícola de 180.000 hectáreas.

Apenas quedan parcelas por cosechar y en las zonas más altas de la provincia como Tierras Altas o Miño de Medinaceli, entre otras, dado que la cebada está en un 95% segada y el resto de cereales, en un 85%, con lo que previsiblemente para mediados de la semana que viene se dará por concluida la campaña de verano. Pero el resultado ya lo adelantó Ruiz Romera a falta de que las organizaciones agrarias se pronuncien con sus respectivos balances, porque “aunque no ha sido el desastre del año pasado, los precios de los años 80 desencadenan una situación preocupante para el sector que le está llevando a dejar de sembrar las parcelas menos productivas o a apostar por cultivos que conlleven menos costes. Tampoco ayudan las exigencias de la Política Agraria Común (PAC) de diversificar en las parcelas.

Es la tendencia de los últimos años, tal y como recordó el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, dado que para la presente campaña se han sembrado 40.000 hectáreas menos de cereal, dejando la superficie de estos cultivos en 180.000 hectáreas. Un descenso que se ha reemplazado por el girasol, la colza o la veza y los yeros, directamente relacionado con los requisitos de los ecoesquemas de la PAC que obliga a rotar para recibir las ayudas. 

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