El pago a proveedores en Soria encadena 5 meses por encima del plazo legal
El último dato publicado, correspondiente a mayo coloca la demora en 37 jornadas
Una de las referencias económicas que mejor funcionaba en el Ayuntamiento, el plazo medio de pago a los proveedores, muestra una tendencia poco favorable en lo que va de año. Soria no sólo cumplía con los tiempos legales, sino que lo hacía con celeridad, pero ahora la realidad es distinta: el abono de las facturas se encuentra fuera del margen que marca la norma. Son ya cinco meses los que encadena satisfaciendo sus compromisos por encima de las 30 jornadas que señala la normativa. Habría que remontarse a las complicaciones más señaladas de la crisis financiera que comenzó en 2008 para encontrar una tendencia de estas características.
Las administraciones tienen que liberar las facturas en el plazo de 30 días. Pero Soria lleva de enero a mayo sin cumplir con esta previsión. El último dato confirma la evolución desfavorable. Los compromisos fueron satisfechos en una media de algo más de 37 días, según el seguimiento estadístico del Ministerio de Hacienda para el mes de mayo. En ese periodo se habían desembolsado 2,3 millones de euros y quedaban ‘atascadas’ facturas por valor de 1,5 millones.
Los siete días sobre los 30 de la norma mejoran en dos lo acontecido en abril, cuando se rozaron las 40 jornadas. Un nivel superado ampliamente en marzo, con algo más de 44 días para que las empresas reciban el pago de sus servicios. En febrero y enero, las magnitudes se quedaron, respectivamente, en 40 y 33 días, según los propios datos locales.
El pago a proveedores atraviesa por una situación inédita, que coincide con una remodelación en el departamento económico. Al modificarse la fórmula en cuanto al abono de facturas en relación al ejercicio precedente, se están produciendo las demoras. Y tampoco ayuda el cambio de personal en intervención y tesorería.
Ya al concluir el primer trimestre se detectó que el pago a proveedores no pasaba por su mayor agilidad, aunque se confiaba en revertir el estado de cosas de cara al mes de mayo. Este cálculo ha resultado fallido y habrá que esperar a la publicación de los datos de junio para conocer si se produce un punto de inflexión y el Ayuntamiento regresa a la senda por debajo de las 30 jornadas. Si bien lo acontecido no es del agrado del equipo de Gobierno, en su momento se significaron las demoras como relativamente asumibles.
Habría que remontarse a la crisis financiera y a los tiempos del plan de ajuste de 2012 para encontrar un periodo tan prolongado de demoras. Eso sí, lo que sucede en la actualidad nada tiene que ver con los retrasos que se producían entonces. Y es que entonces hubo momentos en los que el Ayuntamiento tardaba nada menos que cerca de 200 días en pagar a los empresarios por los servicios realizados.