Heraldo-Diario de Soria

La tuneladora Saturia culmina el emisario de la nueva depuradora de Soria

La máquina termina la perforación de los cinco kilómetros de túnel entre la desembocadura del Golmayo y la planta de Los Rábanos. La estimación es que los tratamientos en la localidad arranquen a inicios de año

La tuneladora Saturia rompe la pared en el emboquille Norte. - MARIO TEJEDOR

La tuneladora Saturia rompe la pared en el emboquille Norte. - MARIO TEJEDOR

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Soria

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La tuneladora Saturia ha concluido su periplo subterráneo, lo que significa que todo el túnel emisario de la nueva depuradora ya está horadado. A eso de las once y media de la mañana asomaba la máquina tras desplomar el muro de cemento del emboquille Norte y se desataban los aplausos y las felicitaciones tras la espera de aproximadamente media hora, atravesada de los ruidos de fondo de la perforación. Los representantes de todas las administraciones implicadas en el proyecto, los ingenieros y trabajadores de la adjudicataria OHLA y los medios estaban convocados a las once junto a la desembocadura del río Golmayo para asistir a la quiebra de la pared, como si de la botadura de un barco se tratara, y no era para menos. La ‘guerra’ que ha dado la depuradora y su ubicación y su coste desde que nada menos en 2009 se declarara su utilidad pública, aunque los preliminares se remontan al entorno de 2006. Los abrazos estaban más que justificados. Desde el túnel, siguiendo la costumbre de la construcción, los trabajadores sacaron banderas: una de España y otra de Soria.

Saturia ha ‘ahuecado’ cinco kilómetros de terreno desde Los Rábanos, un terreno complicado de gran fracturación que ha supuesto la última ‘penuria’ de la obra, con un cierto retraso. Si se consideran los antecedentes, discusiones, incertidumbres y modificados, las vicisitudes del túnel han sido lo de menos, pues significaban que la ejecución estaba en marcha. Y no es que le costara poco arrancar.

La presidenta de Acuaes mostró su «satisfacción» por haber acabado un «trabajo complejo», el «camino crítico» para la puesta en marcha de la planta. Ahora se espera que «todo culmine en la primera parte del año próximo», refirió Rosa Cobo sobre el tiempo que falta para que la nueva planta entre en funcionamiento. Y lo que queda tiene que ver con el túnel y su acondicionamiento y conexión. Porque la depuradora lleva un par de meses finalizada y también ha concluido la obra de incorporación de caudales desde la actual y obsoleta frente a San Saturio.

El objetivo es a «principios de enero ponerla en marcha», explicó por su parte el alcalde de Soria, Carlos Martínez. Con todo lo que ha rodeado el proyecto, que esto suceda mes arriba mes abajo es lo de menos. Por eso el alcalde instó a no «poner el cronómetro», pues ya viene a ser «anecdótico» el momento exacto de comienzos de 2025 en que la instalación de Los Rábanos comience los tratamientos.

El alcalde se había limitado a recordar lo del interés general declarado en 2009. No era momento de hacer memoria de todo lo siguiente, los cambios de ubicación y una financiación inicial con fondos europeos cuya ejecución se iba de plazo, por lo que la ciudad se negó a entrar en un convenio primero en 2014 que podría haberla arruinado con un gasto indeterminado y más que millonario al tener que asumir todo lo que no entrara en el periodo. Luego, la búsqueda de nuevas financiaciones. Hasta aquí saltó el alcalde desde 2009 para agradecer al entonces presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, un compromiso de participación que «daba viabilidad» al proyecto. Por eso para Martínez la depuradora es un «ejemplo de colaboración institucional», lo que «ha hecho posible este grandísimo reto».

Ahí estaba el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, para confirmarlo. Con una presencia inicial de fondos europeos del 35%, el Ayuntamiento por su cuenta «no podía acometer» el resto del 65%. La Junta «quiso ser parte de una solución», explicó el consejero, y asumió aproximadamente la mitad de lo que le tocaba al Consistorio.

Pero las peripecias de la depuradora no se han detenido y en las obras se han generado «sobrecostes» que hay que encarar. El consejero confirmó que la transferencia global de la Junta ascenderá a 24 millones. Y es que el programa completo se ha ido a más de 80, de los que ahora Europa asume el 55%. El dinero no parece actualmente una inquietud o motivo de discordia y a mediados de junio la comisión de seguimiento del proyecto ya abordaba la necesidad de un añadido al convenio de marzo de 2019. En este tiempo, la planta tuvo su modificado de obra, la incorporación de caudales el suyo y el túnel se sumó a estos cambios con un tercero.

El consejero alabó la «obra ejemplar, compleja» llevada a cabo por una ingeniería nacional y destacó la depuradora como una «adecuada solución de presente y de futuro» para Soria y su alfoz, ya que su capacidad de tratamiento es de 180.000 habitantes equivalentes. Lo que no sólo garantiza su adecuación al crecimiento de la población, sino al «futuro industrial», el servicio a la actividad económica.

Una vez comience el tratamiento en Los Rábanos, hay doce meses de ‘garantía’ y vigilancia de estas operaciones. Podrá acometerse además la última etapa del proyecto, ya sin la urgencia ambiental o de modernización. Se trata del desmontaje de la vigente depuradora, cuya obsolescencia viene publicándose desde hace años y a pesar de las actualizaciones. La finalidad es que se acondicione allí un área de esparcimiento.

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