Cultura
Cultura enciende el ‘gran hermano’ para proteger el patrimonio de Soria
Una veintena de templos del medio rural ya cuentan con un sistema de alarmas para prevenir expolios y conservar los bienes
La Junta de Castilla y León, a través de la consejería de Cultura, Turismo y Deporte, ya tiene activo el ‘gran hermano’ que ayudará en la conservación, mantenimiento y prevención de expolios para una veintena de templos de la provincia. El proyecto permita que las iglesias enclavadas en el medio rural cuenten con un sistema de monitorización, sensores y conexión a una central de alarma, según confirmaron desde la propia consejería. Aún falta por rematar la conexión de la iglesia de San Bartolomé ya que es necesario contar con una instalación auxiliar para el suministro eléctrico.
Hace ya más de dos años que se iniciaron los trámites para la implantación de este proyecto piloto en Soria. Antes se realizó una experiencia parecida en la zona de La Tebaida (El Bierzo). Desde la Junta consideran que la implantación progresiva de este tipo de sistemas de conservación preventiva basada en la monitorización remota es esencial para «superar el modelo tradicional de conservación por respuesta» que básicamente ofrecía una respuesta a un daño que se había producido en un bien.
Tras la experiencia en León el proyecto desembarca en Soria para implantar sistemas de protección y monitorización en inmuebles protegidos, situados en zonas despobladas y en ocasiones carentes de cobertura, con la intención de extenderlo a otras zonas de la Comunidad Autónoma.
Los sistemas instalados en los templos cumplen una triple función. En primer lugar hay un componente para la conservación preventiva de los bienes que permitirán medir parámetros como la temperatura, la humedad o los movimientos. El segundo objetivo es de protección con una red de sensores de seguridad para alertas de cuestiones como intrusiones en el templo, posibles incendios o la caída de rayos. Todos esos datos se trasladan a una central de alarmas de una empresa de seguridad. Por último, hay una monitorización para la gestión del uso y las estructuras del templo. Los templos elegidos cuentan con la instalación necesaria para poder transmitir todos esos datos.
En el proyecto se adjudico el pasado mes de abril y contempla una inversión de más de 700.000 euros. En los 24 templos sorianos incluidos se han colocado 429 sensores, 13 de ellos monitorizan el funcionamiento de los equipos pararrayos, 122 detectan el acceso a los inmuebles reduciendo así el riesgo de intrusión, 159 informan de la existencia de humo y fuego proveniente de incendios, 102 sensores de carácter ambiental recogen datos de temperatura (76), luminosidad (14), existencia de CO2 (18) y 27 sensores con carácter estructural, según explicaron desde la consejería cuando se explicó el proyecto el pasado mes de abril.
Los datos resultantes de la monitorización son visibles a través de la plataforma Territorio Rural Inteligente (TRI) gestionada desde la Dirección General de Telecomunicaciones y Administración Digital. En un futuro podrán ser descargados para su análisis y posterior toma de decisiones a través de la plataforma de Gestión Inteligente del Patrimonio KHN-P promovida desde la Dirección General de Patrimonio Cultura. La experiencia estará activa hasta el 2027.
El despliegue en Soria está completado a la espera de la ermita de San Bartolomé de Ucero –la ermita de Cañón– que necesita de una instalación auxiliar para garantizar el suministro eléctrico. En este sentido, se tiene previsto lanzar un contrato fijar la dimensión y el diseño integral de una instalación fotovoltaica. La intención es colocar un tótem o una estructura similar ajena al inmueble donde se puedan ubicar placas fotovoltaicas necesarias y un pararrayos. Además se proyectará el enlace de la instalación proyectada desde las placas fotovoltaicas hasta los puntos de almacenaje y/o consumo. «Habrá de diseñarse una instalación que produzca el menor impacto visual posible sobre la ermita y su entorno. Se estudiarán las ubicaciones propuestas valorando en cada caso los grados y el índice de soleamiento recibido así como el impacto visual que cada una de ellas producen», explican desde la consejería.